En la medida en que el impacto del coronavirus y las respuestas de los gobiernos vayan siendo más claras, el mercado seguirá reaccionando. Como consecuencia, el precio de las acciones oscilará, dejando patente qué compañías se han beneficiado y cuáles han salido perjudicadas por esta situación. No obstante, Kevin Murphy, gestor de equity value, y Duncan Lamont, director de investigación y análisis de Schroders, recuerdan que “el verdadero valor de las empresas se suele reflejar a largo plazo”.
Si bien la situación actual es desconcertante en plena crisis del coronavirus y con una posible guerra de precios del petróleo, muchos analistas y expertos afirman que ni los acontecimientos ni los titulares deberían afectar a los inversores a la hora de vender o comprar acciones. En este sentido, los gestores subrayan que la inversión value implica adoptar una visión a largo plazo. Frente al escenario económico actual, los expertos presentan una serie de cuestiones que analizan cómo se comporta la inversión value cuando los mercados están inestables.
En primer lugar, el verdadero valor de una empresa se determina en función de sus fundamentales. Esto es su potencial de generar beneficios, la solidez financiera o su balance general. Por ello, se compran compañías cuyas acciones están cotizando por debajo de su valor real (que se encuentran infravaloradas por el mercado) para después venderlas cuando alcancen dicho valor. Así, “los inversores value creen que los mercados tienden a reaccionar de forma exagerada, tanto en las buenas como en las malas noticias, y aprovechan las distorsiones de los precios”, añaden los expertos.
Por otro lado, ¿ofrece la inversión value una propuesta atractiva en mercados difíciles? Murphy y Lamont consideran que “están potencialmente preparadas para capear situaciones complicadas”. Las compañías value son, a menudo, negocios que han experimentado situaciones cercanas a la quiebra y se esfuerzan por evitar que vuelva a suceder. Por ello, suelen estar gestionadas desde la prudencia y presentan balances sólidos. No obstante, advierten que es necesario analizar caso por caso.
Ahora bien, las acciones value tienen a comportarse peor cuando los mercados son sobre vendidos. Es cierto que la reacción de los mercados ha sido vender acciones de compañías value, sobre todo, del sector financiero y materias primas. “Quizá no es algo que llame la atención dados los temores por el impacto del coronavirus, ya que son empresas muy cíclicas”, añaden desde Schroders.
Sin embargo, Murphy y Lamont recuerdan que estas empresas tienen actualmente algunos de los balances más sólidos del mundo, lo que, unido a sus atractivas valoraciones y a un riguroso proceso de selección, hace que algunas de ellas merezcan ser consideradas por quienes están dispuestos a adoptar una visión a largo plazo.
Si bien determinar el verdadero valor de una empresa y poner a prueba sus fundamentales en diversos escenarios puede no ser suficiente para saber cómo reaccionará ante una pandemia como la actual, “se trata de un análisis apto para saber cómo se comportarán estas compañías ante una crisis severa como la de 2008/09”, añaden los expertos.
Ahora bien, debemos analizar cómo se ha comportado la inversión value tras periodos de agitación en los mercados. “Las cifras señalan que, más que un momento de salir de los mercados bursátiles, históricamente los momentos de pánico han sido en los que los inversores han obtenido mejores beneficios”, asegura Lamont.
“Intuitivamente, se podría pensar que las cosas serían diferentes para las acciones de valor. También, que si los inversores ya son pesimistas sobre las perspectivas de una empresa, como suele ocurrir con las acciones de valor, se preocuparían aún más por ellas en un entorno así, y el precio de sus acciones se vería afectado. Sin embargo, ocurre lo contrario”, aseguran desde Schroders. Históricamente, quien ha invertido en compañías de valor en momentos de turbulencias, ha obtenido mejores resultados que si lo hubieran hecho en otro momento.
Utilizando datos desde 1991, los expertos analizan cómo se han comportado las acciones de valor (índice Russell 1000 Value) cuando el VIX ha estado en diferentes niveles. El VIX refleja la cantidad de volatilidad que los operadores esperan para el índice del mercado de valores S&P 500 de EE.UU. durante los próximos 30 días.
Cuando este índice se mantiene en niveles altos, normalmente se han producido fuertes retornos. De media, las acciones de valor han subido en torno al 25% en los siguientes 12 meses desde que el VIX superara los 33 puntos. “Por tanto, hay que tener en cuenta que el indicador alcanzó los 60 el pasado 9 de marzo, cuando su nivel normal es que esté entre los 10 y 20 puntos”, añaden Murphy y Lamont.
“Como ocurre con todas las inversiones, resultados pasados no tienen por qué ser un reflejo del futuro, pero la historia sugiere que los períodos de mayor volatilidad, como los que estamos experimentando en la actualidad, han sido mejores para la inversión de valor de lo que se podría haber esperado”, afirman desde Schroders.
Por lo tanto, ¿mantendrán los inversores de value su enfoque en medio de los acontecimientos actuales? De acuerdo con la opinión de Kevin Murphy y Duncan Lamont, sí. Estos seguirán pasando la mayor parte de su tiempo analizando los informes y cuentas de las empresas para determinar si el balance es lo suficientemente bueno. “En este sentido, los inversores seguirán centrados en saber cuál es el valor real de las compañías y no tendrán miedo de comprar, pensando en el largo plazo, cuando otros prefieran no hacerlo”, aseguran los expertos.
«No sabemos dónde se situarán los precios de las acciones en los próximos meses. Nadie lo sabe. Sin embargo, actuaremos como siempre lo hacemos, acudiendo a dónde esté el valor; adquiriendo acciones que otros no creen adecuadas y, sobre todo, comprando compañías que están infravaloradas. A medida que estas percepciones negativas se relajen, los precios de las acciones se revalorizarán”, concluye Kevin Murphy.