Las economías frontera se han visto especialmente afectadas por las crisis de los últimos años: pandemia, la elevada inflación y el aumento de los costes de endeudamiento de las economías avanzadas. Un dato llamativo, según Payden&Rygel, es que la mitad de los 14 impagos de deuda soberana posteriores a 2020 se han producido en mercados frontera: Líbano, Surinam, Zambia, Belice, Sri Lanka, Ghana y Etiopía. Y hay otros 5 países más “en apuros”.
Desde 2001, el índice NEXGEM de JP Morgan (referencia de este universo) ofrece un 1,7% de rentabilidad anual adicional frente al EMBI Global; y desde la pandemia, los rendimientos son aproximadamente un 1% mejores al año que los del EMBI Global. «Eso sí, con más riesgos y volatilidad», señala Kristin Ceva, responsable de Mercados eEmergentes de Payden&Rygel.
En su opinión, la inversión en deuda frontera permite exponerse a países que no pueden encontrarse fácilmente en otras clases de activos. «Esto no se limita a la deuda denominada en dólares, ya que los mercados locales presentan oportunidades dinámicas. Dado que son más pequeños, tienden a depender más de la dinámica del mercado interior y las monedas locales están menos correlacionadas con otros mercados de divisas de mercados emergentes. Por otro lado, como los mercados no están tan saturados de inversores internacionales, las consideraciones macroeconómicas pueden ser más importantes que los factores globales. Ahora bien, la posibilidad de obtener mayores rendimientos puede tener como contrapartida una menor liquidez», comenta Ceva.
Todos estos países tienen una calificación de alto rendimiento, pero 14 de los 38 considerados por Payden & Rygel están calificados «BB» por al menos una agencia de rating: son menos vulnerables al riesgo de evento y tienen sólidas métricas de crédito. Costa de Marfil, Marruecos, Paraguay y Costa Rica son algunos ejemplos. En el otro extremo del espectro están los créditos con calificación «B» y «CCC», que, en un caso adverso, podrían sufrir problemas de solvencia. Y hay muchos países entre estos dos extremos. En algunos, los fundamentos del crédito pueden no ser sólidos como una roca, pero actualmente no hay un alto riesgo de impago. Algunos ejemplos serían Jordania, Nigeria y Angola.
Principales rasgos
Según el análisis que hace Ceva, nuchos de estos países han entrado o están entrando en el territorio del «dividendo demográfico». «El descenso de las tasas de fecundidad y el aumento de las tasas de dependencia (proporción de adultos frente a niños y pensionistas) podrían sentar las bases de un mayor crecimiento ya que reducir el tamaño de la familia aumenta el espacio para el ahorro y, a su vez, crea una de las condiciones para la inversión interna», afirma.
Además, añade: «Los precios mundiales de los alimentos, según el índice de precios de la ONU para la agricultura y la alimentación, han bajado un 25% desde el máximo alcanzado tras la guerra entre Rusia y Ucrania. Si la historia es un buen indicador, esto debería ejercer una presión a la baja sobre la inflación de estos países«.
La experta también destaca que las economías frontera subieron los tipos de interés entre 500 y 600 puntos básicos en respuesta a la crisis de inflación de 2022, una magnitud similar a la que aplicaron los grandes bancos centrales de los mercados emergentes. Unos y otros han iniciado los recortes, y aproximadamente un tercio de los mercados frontera están por debajo de sus máximos de tipos recientes. A la par que muchos países frontera muestran un aumento de la deuda externa en relación con las exportaciones (deterioro), pero hay algunos (Líbano, Kenia y Ruanda) en los que este incremento es más espectacular.
Durante 2022, Bolivia, Pakistán y Ghana, por ejemplo, mostraron un importante deterioro de las reservas en términos porcentuales, con Ghana ahora en proceso de reestructuración y Bolivia y Pakistán cotizando en territorio de dificultades. En cambio, las reservas de Costa Rica e Irak han mejorado significativamente en los dos últimos años.
Respecto a las consideraciones ESG, Ceva apunta que utilizando los datos de MSCI, se observa que los países frontera tienen indicadores ESG más débiles, sobre todo en las categorías social y de gobernanza, en comparación con sus homólogos no frontera. Las puntuaciones medioambientales parecen más ajustadas, lo que pone de relieve que las economías frontera con menores ingresos y menos industrializadas suelen tener menores emisiones de carbono.
La selección importa
Para esta experta, hay dos conclusiones generales sobre las economías frontera: «Este grupo ha obtenido rendimientos superiores a los del universo más amplio de los mercados emergentes desde su creación; y la mayor rentabilidad conlleva un mayor riesgo, que se ha visto agravado por un contexto económico mundial más difícil».
Por ello defiende que la selección de países es clave. En Payden & Rygel sobreponderan los mercados frontera, pero se concentran en los países donde tienen una perspectiva positiva. Actualmente descartan 17 países de los 35 del universo NEXGEM.
«Con todo, merece la pena tener en cuenta que a finales del siglo XX los mercados emergentes «convencionales» como Brasil, México o Indonesia parecían mercados frontera. Cabe esperar que dentro de 25 años muchos de los mercados frontera actuales también habrán madurado, recompensando a los inversores por el camino», concluye Ceva.