La actualización de las previsiones del BCE se convertía, con diferencia, en el aspecto más interesante de la última gran cita de 2017 con la entidad y no sólo desde la perspectiva de la inflación. Las estimaciones de crecimiento del PIB de la UEM eran revisadas al alza en línea con lo esperado, si bien las relativas a 2018 marcaban la diferencia, ya que sorprendía su mejora desde los cálculos del 1,8% en septiembre hasta el 2,3% anunciado en diciembre.
Así, al equipo de análisis de Intermoney le sorprendía sobre todo la actualización de sus previsiones de crecimiento, aunque los inversores en bonos se quedaban con las previsiones de inflación del banco central. “Respecto a 2018, en línea con nuestras expectativas, se revisaban desde el 1,2% hasta 1,4%, viéndose este hecho ensombrecido por el recorte de la estimación del IPC subyacente de la zona euro desde el 1,3% hasta el 1,1% para el mismo ejercicio. Unas cifras que convivían con una senda proyectada para el agregado del IPC hasta 2020 que, en algunos foros, podría considerarse insuficiente por lo paulatina de la misma y su nivel de llegada del 1,7%”, explican los expertos.
En conjunto, aunque existía predisposición en el BCE para articular un tono positivo hacia la inflación en la Eurozona, el problema es que éste no era todo lo consistente que cabría desear, denuncian desde la gestora. “Así pues, las perspectivas del BCE de una menor inflación subyacente no acababan de encajar con los PMIs preliminares de diciembre de la UEM, dado que éstos seguían dibujando un escenario al alza de la inflación, aunque la componente de precios cobrados moderase en el mes de diciembre».
Donde se daban coincidencias era en el crecimiento, pues los mencionados PMIs ofrecían una imagen muy positiva de la actividad en la Eurozona que concordaba con la revisión al alza del PIB previsto para 2018 (desde el 1,8% hasta el 2,3%), según el BCE. «No obstante, en este caso, lo importante era quedarse con la tendencia positiva descrita por el PMI compuesto, dado que las respuestas a la encuesta podrían estar sobrerreaccionando positivamente y creemos que resulta excesivo el avance del 0,8% trimestral para la UEM que se extraía del dato”.
Mayor prudencia
No obstante, en Intermoney son algo más prudentes de cara al futuro próximo y sitúan el crecimiento de la zona euro para el próximo año en el 2,1%. “En primer lugar, aunque no nos alarma el escenario político, sí se dan ciertas incertidumbres que pueden arañar alguna décima vía inversión y, además, nuestra previsión de tipo de cambio promedio del euro para 2018 es de 1,22 frente al 1,17 tomado por el BCE”.
Sin embargo, las anteriores diferencias son algo menores frente a lo verdaderamente importante: la favorable tendencia de fondo de la actividad en la Eurozona y el cambio en el escenario. De hecho, Draghi introducía un matiz significativo al considerar que la política monetaria del BCE ha dejado de acompañar a la recuperación de la UEM y, ahora, lo hace a la “expansión”, explican.