En 2017 se ha hecho patente el regreso de los inversores hacia la deuda de mercados emergentes tras varios años en el dique seco. La caída del precio del petróleo, el menor crecimiento de China y los problemas políticos estaban detrás de ese desencanto, que este año se ha borrado casi por completo.
El ánimo inversor en deuda emergente “está en el aire”, como diría Bob Dylan, pero eso sí, cualquier análisis cauto nos llevaría a plantearnos si esta tendencia es sostenible a medio plazo o si, por el contrario, tiene fecha de caducidad.
Es la primera pregunta que le planteamos a Federico García Zamora, director de mercados emergentes de Standish, parte de BNY Mellon, en esta entrevista con Funds Society. Su respuesta es clara: “El contexto ha cambiado y se va a mantener al menos durante los próximos 12 a 24 meses por tres factores fundamentales: los tipos de interés, el precio del petróleo y el dólar”.
En su opinión, la estrategia de subida de tipos por parte de la Fed está ya incorporada en los precios de los bonos a largo plazo. “No va a ser una sorpresa para nadie que los tipos sigan subiendo y, por lo tanto, se va a asumir perfectamente”, señala el experto.
En cuanto al segundo factor clave, el precio del petróleo y de las commodities en general, García Zamora explica cómo están analizando tanto desde el lado de la producción (compañías del sector) como desde el lado de la demanda. Su pronóstico es que el precio va a estar mucho más estable en los próximos 12 meses en torno a 40-60 dólares. “El precio no puede volver a subir demasiado por encima de 55 dólares porque la oferta de petróleo no convencional subiría mucho mientras que por debajo de 40 dólares se destruiría mucha oferta”, explica.
A pesar de admitir que para la inversión en emergentes sería mejor que el precio del petróleo subiera, “un petróleo estable va a ser muy bueno sin que haga falta que suba. Con estabilidad de precios ya vamos a obtener buenos resultados”, argumenta.
Unos buenos resultados que, en términos de rentabilidad, se traducen en un 7%-8% de rentabilidad anual para la deuda emergente, “que es muy atractivo si lo comparamos con cualquier otro activo de renta fija en el que puedas invertir en todo el mundo si nada cambia en cuanto al tipo de cambio de las divisas”.
Precisamente, el tercer factor en el que se apoya este interés por los emergentes es la evolución del dólar y aquí las previsiones del experto apuntan a una caída del dólar en los próximos dos años. “Esto suma atractivo a esta clase de activo en contraposición a hace unos años cuando el dólar no dejaba de subir”, explica.
Una evolución al alza que el experto explica por el aumento rápido de los tipos de interés mientras en el resto del mundo bajaban, por la crisis europea, la retirada de estímulos por parte de la Fed, el colapso del precio del petróleo y la elección de Donald Trump. En opinión de García Zamora, todos estos elementos contribuyeron a situar la divisa estadounidense en cotas muy altas en los últimos cinco años, pero ahora se muestra convencido de que seguirá abaratándose porque “la administración Trump solucionará así el elevado déficit comercial del país. Depreciar el dólar siempre ha sido su intención, pero era más fácil explicar al votante medio estadounidense que solucionaría el problema elevando las tasas aduaneras”. Su pronóstico es que el dólar se sitúe en 1,25-1,30 euros.
De Rusia y Brasil a Sudáfrica y Turquía
La asignación de activos desde un punto de vista geográfico ha variado en los últimos doce meses. Durante 2016 Rusia y Brasil han sido las niñas bonitas de la cartera emergente de Standish en la que también ha tenido algo de peso Colombia a pesar de estar más rezagado en su recuperación.
“Otro país que nos gustó mucho es Argentina debido al cambio de gobierno. Su crisis era autoinflingida con un gobierno que se dio tantos tiros en el pie como pudo. Con una política mucho más razonable e inversión la potencialidad del país ha cambiado totalmente”. En este sentido, García Zamora señala que ya han tomado beneficios en Argentina y han rotado su cartera hacia otros emisores como México, Sudáfrica y Turquía, que “están baratos”.
El principal recelo del inversor en emergentes es la volatilidad, que el experto sitúa entre el 8% y el 12% dependiente de si la inversión se realiza en moneda local, euros o dólares. “Es cierto que estos activos han subido bastante, pero si eres un inversor a largo plazo sigue siendo atractivo. La caída que algunos esperan puede no llegar y mi recomendación es invierte ahora y, si hay caída, invierte más”, concluye.