Desde el lanzamiento de ChatGPT al público general hace un año, el interés por los potenciales usos de la inteligencia artificial se ha disparado exponencialmente, despertando la atención de los inversores por los valores vinculados a la IA. En el seno del evento sectorial MIND 23, celebrado recientemente en Madrid, cuatro gestoras internacionales compartieron sus impresiones acerca de si existe una burbuja en la IA y cómo afrontan la inversión en un universo tan amplio como la inteligencia artificial.
Rolando Grandi, Portfolio Manager Echiquier Artificial Intelligence & Echiquier Space, en La Financière de l’Échiquier, tras recordar que los datos «son el petróleo del siglo XXI», expuso que el desarrollo de la IA es exponencial, «toda una revolución». A la hora de seleccionar los valores para su cartera, primero hace «un mapeo» con empresas que venden Inteligencia artificial, que fundamentalmente son tecnológicas, pero también tienen en el radar compañías de sanidad, agricultura, etcétera. El objetivo es, según Grandi, «invertir en el proveedor y en el usuario de esa IA, así como a los capacitadores de esta tecnología».
Su selección de valores es concentrada: de media tiene 30 empresas y las Big 7 de 2023 están infraponderadas con respecto al peso que tienen en el Nasdaq. En definitiva, observa valoraciones atractivas tras el mal comportamiento del sector en 2022 en bolsa y teniendo en cuenta la aceleración del crecimiento de esta tecnología. «Además, los tipos de interés estarán planos o bajarán, lo que favorece a las cotizaciones de este tipo de compañías», asegura.
Mientras, Johannes Jacobi, Director y Senior Product Specialist de Allianz GI, se concentra en las oportunidades de futuro que ofrece la IA, aunque admite que los temas éticos y regulatorios «habrá que debatirlos». Para identificar oportunidades, las compañías que selecciona pasan por un complejo proceso interno de Allianz GI, tras un proceso que las divide en tres partes: infraestructuras -es decir, compañías relacionadas con la tecnología-, aplicaciones de la IA, como los servicios de software, y, finalmente, las industrias que adoptan la IA. Aquí, Jacobi detalla que entran todo tipo de sectores, desde el sanitario hasta el agrícola. «Vemos que apalancarse en la IA tendrá impacto en los márgenes», afirma.
En línea con esta idea, Brice Prunas, Portfolio Manager de ODDO Artificial Intelligence, insiste en que hoy en día, la IA tendrá impacto en todos los sectores del planeta, «no sólo en el sector tecnológico». El resto de industrias «pueden integrar la inteligencia artificial para ganar en eficiencia». La selección de valores es algo distinta. Pasa por filtrar un universo de 6.000 valores con una herramienta de procesamiento que reduce el universo de inversión. Dos gestores, uno financiero y otro técnico ingeniero, con el análisis fundamental seleccionan las compañías más interesantes, según explicó el experto. Por ahora, el grueso de su selección de valores está en Estados Unidos, también en Asia y en menor medida, en Europa.
Anis Lahlou, CIO y Fund Manager de Aperture European Innovation Fund y Aperture Small Cap Innovation Fund de Generali Investments, discrepa con Prunas en dar escasa relevancia a Europa en este ámbito de la IA. «¿Podemos encontrar 40-50 ideas en Europa que se benefician de la IA? Yo creo que sí», afirmó Lahlou. Y puso el ejemplo de ASML, de cuyos equipos depende un gigante estadounidense de la talla de Nvidia. El experto cree que muchas empresas europeas se van a beneficiar de la IA pero lamenta que no haya muchos inversores que lo vean así.
En definitiva, Grandi ve el mercado «positivo» para el sector tecnológico, que «está barato», ya que presenta «visibilidad, crecimientos de dos cifras y de incrementos de los márgenes» y concluye que «es momento de invertir». Para Jacobi, la IA es un tema que no va a parar en los próximos años, pese a la regulación o las cuestiones éticas relacionadas con ella. Y no cree que sea tarde para entrar en el sector, ya que, a diferencia con la burbuja de las puntocom, «los negocios ya están teniendo éxito con flujos de caja estables». Lahlou se atrevió a vaticinar que en no mucho tiempo «tendremos muchos dispositivos de IA que serán la norma» y Prunas, que la IA se hará más visible para las empresas, con un aumento del gasto en esta herramienta de tal calibre que empezará a aparecer en los informes financieros de las compañías.