La decisión de ING y Goldman Sachs de vender sus filiales rusas supone un paso clave para mitigar los riesgos de reputación, legales y financieros. Sin embargo, según advierten desde Scope Ratings, la culminación de las ventas sigue presentando retos debido a la estricta legislación local y a las aprobaciones en varias etapas. ¿Qué impacto tendrá para las entidades poder salir, o no, del mercado ruso?
Para poder responder a esta pregunta, Marco Troiano, responsable de análisis de instituciones financieras de Scope Ratings, repasa primero en qué punto están las operaciones. Por ejemplo, la venta de ING Bank (Eurasia) a la empresa local Global Development JSC se sometió a due diligence, pero sigue estando sujeta a la aprobación de las autoridades reguladoras. El cierre de la operación está previsto para el tercer trimestre. Por su parte, Goldman Sachs ha obtenido la aprobación de las autoridades rusas para vender su filial al fondo de inversión armenio Balchug Capital.
“Los movimientos de ING y Goldman Sachs contrastan con la evolución del Raiffeisen Bank International (RBI), que fracasó en sus esfuerzos por reducir su exposición a Rusia mediante un canje de activos. RBI sigue teniendo que dotar provisiones contra los riesgos de su filial rusa. Aunque tiene la capacidad de absorber los efectos, esto pone de relieve los riesgos potenciales para los bancos extranjeros que siguen presentes en Rusia. Por su parte, Intesa Sanpaolo obtuvo las autorizaciones necesarias para desprenderse de su filial rusa en 2023, pero la operación se ha retrasado debido a los obstáculos burocráticos en Rusia”, explica Troiano.
El caso de ING y RBI
A la hora de valorar cuál es el impacto para las entidades de esta situación, el experto de Scope Ratings se centra en los casos de ING y RBI. Sobre la primera considera que los planes de desconsolidación y reducción de presencia de ING son un paso positivo para reducir los riesgos de reputación, jurídicos y financieros derivados de su presencia en Rusia. “El impacto sobre la rentabilidad y el capital será manejable, mientras que una culminación con éxito de la transacción permitirá a la dirección centrarse en el crecimiento en regiones objetivo clave”, señala Troiano.
ING anticipa que la transacción dará lugar a un impacto negativo en las pérdidas y ganancias después de impuestos de aproximadamente 700 millones de euros y una reducción de 5 puntos básicos en su ratio CET1.
Según el experto, un dato curioso es que la entidad dejó de hacer nuevos negocios con empresas rusas hace dos años. “Redujo sus operaciones, separó la filial de su red y redujo la exposición total de préstamos rusos en más de un 75%, hasta 1.000 millones de euros a partir de septiembre de 2024, con aproximadamente la mitad cubierta por la Agencia de Crédito a la Exportación y la Póliza de Crédito y Seguro de Riesgo. ING se ha comprometido a seguir reduciendo su exposición extraterritorial a clientes rusos”, añade.
Respecto a RBI, Troiano recuerda que es el banco europeo que mantiene una mayor exposición a Rusia, con préstamos por valor de 4.200 millones de euros a finales de 2024, aproximadamente el 4% de la cartera del grupo. “De acuerdo con su plan de reducción, los préstamos y los depósitos de clientes en Rusia disminuyeron interanualmente en 2024 un 30% y un 35%, respectivamente. El grupo austriaco ha sido el banco europeo más rentable en Rusia en los últimos tres años. Sin embargo, sufrió un descenso del 50% en sus beneficios consolidados debido en parte a una provisión de 840 millones de euros contabilizada a través de su filial rusa en el cuarto trimestre de 2024 en relación con una sentencia de un tribunal ruso que podría considerar a su filial responsable de daños y perjuicios por valor de aproximadamente 2.040 millones de euros en un caso presentado por Rasperia Trading”, explica el experto.
Según relata, en 2024, RBI intentó adquirir la participación de Rasperia en la constructora austriaca Strabag a través de su filial rusa, con el objetivo de recuperar los dividendos congelados. Sin embargo, la operación se canceló por temor a posibles sanciones.
En el caso de la entidad austriaca, su conclusión es clara: “Aunque la pérdida de la filial rusa, una de sus franquicias más rentables, afectará a los beneficios, el grupo confía en alcanzar una rentabilidad sobre fondos propios de alrededor del 10% en 2025, incluso sin la contribución de esta unidad (ejercicio 2024: 7,4%, excluyendo Rusia y Bielorrusia). Dado el sólido modelo de negocio de RBI y sus fuertes posiciones de mercado en Austria y Europa Central y Oriental, consideramos realista este objetivo”.