El nivel de estrés en el sistema financiero ha aumentado recientemente como consecuencia de la intensificación de algunas fuentes de incertidumbre importantes, como la geopolítica y la ligada a las expectativas de inflación, según la nota de estabilidad financiera correspondiente al mes de enero que ha publicado la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).
Estas han dado lugar a aumentos en los indicadores de volatilidad de diferentes segmentos (renta variable, intermediarios financieros, deuda …) que han repercutido al alza en el indicador general. En consecuencia, el nivel de estrés del sistema se situaba a principios de febrero en 0,31 (0,23 a final de 2021).
Los mercados financieros nacionales se han visto afectados por la intensificación de las fuentes de incertidumbre comentadas, aunque algo menos que otros mercados, especialmente en el ámbito de la renta variable. Así, el Ibex 35 cedió un 1,2% en enero, unas pérdidas menos abultadas que las experimentadas por la mayoría de los índices (entre el 1,9% del Mib 30 y el 9% del Nasdaq). Esto puede deberse a que, además de que las valoraciones de las compañías españolas eran probablemente menos susceptibles de ajuste, existe en el índice español un mayor peso de las compañías de sectores que se vieron impulsados por elementos como el levantamiento de las restricciones en Europa (las empresas ligadas al transporte y el turismo), la mejora de las perspectivas de las economíaslatinoamericanas (las empresas de mayor tamaño) y la perspectiva de subidas de tipos de interés (bancos).
Las fuentes de riesgo más relevantes que se identifican sobre la estabilidad financiera están relacionadas con el recrudecimiento del conflicto en torno a Ucrania y con el repunte de la inflación, que lleva aparejado un giro de la política monetaria, más cercano en EE. UU. e iniciado ya en otros países como, por ejemplo, el Reino Unido. Estas fuentes de incertidumbre, que han restado algo de protagonismo a la evolución de la pandemia como factor de riesgo, ya han tenido consecuencias importantes sobre la evolución de los mercados financieros.
En este contexto, los riesgos de carácter financiero más relevantes son los de mercado y de liquidez, junto con el riesgo de contagio, cuya relevancia es mayor en episodios de aumento de incertidumbre. En los mercados de renta variable, el riesgo de mercado se ha materializado parcialmente, con ajustes notables en las cotizaciones que habían mostrado revalorizaciones más intensas en el periodo reciente. En Europa, y particularmente en España, este riesgo es menos relevante pues las valoraciones están mucho más ajustadas, pero puede ser importante en los mercados de renta fija, sobre todo en un escenario de aumento más intenso y cercano en el tiempo de los tipos de interés.
Este aumento incide negativamente en los tenedores de activos de deuda, con la posibilidad de desencadenar ventas en los mercados, y en los agentes que precisan de financiación, debido a su encarecimiento. El riesgo de liquidez también es relevante en este contexto, especialmente en los activos de peor calidad crediticia.