La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) destaca que el nivel de estrés en el sistema financiero ha oscilado alrededor del umbral que separa el riesgo bajo del riesgo medio (0,27), según se publica en la nota de estabilidad financiera correspondiente al mes de octubre de 2021. Se han observado repuntes transitorios en la mayor parte de los segmentos debido al comportamiento de los indicadores de volatilidad, que han afectado a activos de diferente naturaleza. A finales de octubre el nivel más alto de estrés se identificaba en el segmento de renta fija.
Los mercados financieros nacionales de renta variable mostraron una tendencia algo irregular en el tercer trimestre del año, afectados por diferentes incertidumbres, pero en octubre retomaron una nueva tendencia alcista compartida con otros índices de referencia, a medida que algunas de estas incertidumbres perdían intensidad. Estas estuvieron relacionadas con los problemas financieros de la inmobiliaria china Evergrande, con la rebaja de las previsiones de crecimiento, con el repunte generalizado de la inflación y, finalmente, con las diferentes decisiones en materia regulatoria que afectaron a las compañías eléctricas. En este contexto el Ibex 35 presenta un avance del 12,2% hasta octubre, una de las revalorizaciones menos intensas de entre los índices europeos junto con la del índice británico.
Por su parte, la evolución de los mercados de deuda se ha visto condicionada por el alza de la inflación y sus expectativas, que se han incorporado en las rentabilidades de los activos de deuda a largo plazo de la mayoría de las economías avanzadas dejando, en el ámbito de la deuda soberana a 10 años, solo al bono alemán en terreno negativo. El rendimiento del bono español finalizaba octubre en el 0,62% (0,06% a finales de 2020) y la prima de riesgo se tensionaba ligeramente hasta los 77 p.b. (63 p.b. a finales de 2020).
Los riesgos de carácter financiero más relevantes que se identifican continúan siendo los de mercado y los de liquidez, sobre todo en determinados activos de renta fija. Al principal desencadenante de estos riesgos mencionado en la nota anterior -el posible empeoramiento de la evolución económica- se ha unido el riesgo de inflación, que no solo puede tener un impacto negativo sobre la actividad, sino también un reflejo inmediato en las rentabilidades de los activos de deuda y, en consecuencia, en sus precios (a la baja). Por el momento, la autoridad monetaria europea considera que el repunte de la inflación es temporal y que no habrá cambios sustanciales en su política monetaria a corto plazo. Sin embargo, no existe un consenso en el mercado sobre la valoración de este repunte de los precios y, por tanto, se precisa una monitorización continua.
Dentro de las fuentes de riesgo más relevantes, desde la CNMV se insiste de nuevo en aquellas relacionadas con el cambio climático. Además de describir los riesgos directos derivados del impacto físico de eventos adversos y los riesgos de transición, se pone de manifiesto el crecimiento significativo del volumen de activos financieros que incorporan criterios ASG, incluida la primera emisión de este tipo por parte del Reino de España.