Glen Finegan, director de renta variable de mercados emergentes de Henderson, considera que el sector bancario en esta clase de activos brinda a los inversores interesantes oportunidades de inversión a largo plazo. Asimismo, explica los tipos de bancos en los que se fija en estos momentos y las áreas que conviene evitar.
“Aunque invertimos desde una perspectiva ascendente (bottom-up) en vez de hacer apuestas sectoriales, la banca es un sector que destaca por las oportunidades que ofrece en la actualidad. No obstante, debemos advertir que estas oportunidades deben abordarse pensando en la calidad y realizando inversiones siempre con vistas al largo plazo”, explica el gestor.
Finegan recuerda que las acciones de muchos bancos radicados en el universo de mercados emergentes arrojaron malos resultados en 2015. El elevado apalancamiento que presenta el balance financiero de los bancos, unido al mayor riesgo de incurrir en préstamos fallidos en periodos de tensiones económicas, convierte a este sector en un área problemática para los inversores que prefieren dormir bien por las noches.
Pero para limar esos miedos, el gestor de Henderson aplica algunas normas sencillas a la hora de buscar bancos que cumplan nuestros criterios de calidad. “Nos decantamos por el control privado frente al estatal. También buscamos bancos que operen con fórmulas de ahorro y préstamo relativamente sencillas pero que tengan margen para crecer mediante una mayor penetración de sus productos y servicios. Las operaciones de negociación complejas constituyen una señal de aviso”, dice.
En este sentido, Finegan se fija mucho en que el ratio de préstamos/depósitos sea bajo y se decanta por los bancos que generan beneficios a partir de operaciones que rentabilicen de manera razonable sus activos, en vez de mediante un apalancamiento excesivo para impulsar la rentabilidad de los recursos propios. “También desconfiamos de aquellos que piensan que el sector bancario es un negocio internacional y solemos inclinarnos por bancos especializados en un solo país frente a aquellos que tienen ambiciones de expansión global”, revela.
Evitar a los bancos controlados por el Estado
Muchos gobiernos de mercados emergentes consideran que la banca desempeña una función estratégica y quieren participar en el negocio. En opinión de Henderson, los gobiernos no pueden ser buenos banqueros porque sus bancos son propensos a estar excesivamente burocratizados y a menudo se utilizan como instrumentos de política obligados a respaldar sectores de la economía estratégicos pero no necesariamente productivos. Además, los bancos estatales se ven implicados con frecuencia en escándalos de corrupción política. “La historia demuestra que cuando se permite que los políticos metan baza en el departamento de crédito casi nunca acaban bien”, dice.
Apostar por lo privado
Por el contrario, el patrimonio neto de un banco en manos privadas a menudo representa la riqueza de personas físicas, lo que significa que son más proclives a prestar dinero a los clientes que creen que se lo devolverán y tratan de valoran el riesgo de forma razonable. Los propietarios privados también tienden a contratar gestores profesionales eficaces además de implantar incentivos al objeto de lograr rentabilidades ajustadas al riesgo, en vez de manejar conceptos peligrosos como marcarse objetivos de cuota de mercado o de crecimiento de los préstamos. También suele ocurrir que los clientes de mayor calidad prefieren negociar con bancos del sector privado que piensan de forma similar, en vez de con burócratas.
“Buscamos bancos privados bien gestionados que posean una trayectoria de gestión del riesgo satisfactoria tanto en épocas buenas como en malas. Los bancos, en cierto sentido, pueden compararse con el vino: una botella de buena calidad suele costar más pero es mucho menos probable que le deje en cama con resaca después de acabar la fiesta. Nosotros intentamos ceñirnos a lo bueno”, afirma el director de renta variable de mercados emergentes de Henderson.
“Afortunadamente, en distintas partes del mundo en desarrollo estamos hallando diversos bancos privados que cumplen nuestros criterios”. El gestor pone como ejemplo la India y un caso de éxito en Egipto.
Crecimiento de la India
De acuerdo con el centro de análisis de inversiones asiático CLSA, en el año cerrado en marzo de 2015, los bancos vinculados al Estado en la India controlaban casi tres cuartas partes del patrimonio total de los bancos del país, repartiéndose el resto entre los bancos privados locales y algunos operadores extranjeros. Por eso, Henderson cree que los bancos privados mejor gestionados seguirán arrebatando cuota de mercado a sus homólogos de propiedad estatal y en algún momento esta ratio invertirá su tendencia.
Según el análisis llevado a cabo por el equipo de Finegan, la sociedad hipotecaria india HDFC cotiza con una importante prima respecto a su mayor competidora controlada por el Estado, State Bank of India (SBI), pero “la diferencia entre ambas es brutal en cuanto a trayectoria. En los últimos diez años HDFC ha aumentado su valor contable por acción además de repartir dividendos con una frecuencia casi dos veces superior a SBI. A pesar de esto, la ratio de préstamos hipotecarios / producto interior bruto de la India sigue siendo baja, lo que deja margen para un crecimiento continuado. HDFC es una de las diez primeras participaciones incluidas en nuestra estrategia”, dice el gestor.
Un líder egipcio
Otro de los bancos de los mercados emergentes que gustan a Finegan está en Egipto. Es cierto que los bajos precios del petróleo están suscitando inquietud en algunas áreas del sector financiero. Los benefactores con sede en el Golfo de Egipto, por ejemplo, pueden verse obligados a imponer la concesión de ayuda financiera. “Pese a esto, Egipto sigue albergando a uno de los bancos mejor gestionados que existen en nuestro universo de inversión. Commercial International Bank, cotizado en El Cairo, cuenta con un excelente historial en gestión del riesgo y todavía posee un enorme margen para incrementar sus activos desde un bajísimo nivel. En noviembre de 2015, pensamos que la valoración de sus acciones se había vuelto suficientemente atractiva, por lo que abrimos una posición en la entidad”, dice.
La cautela sale a cuenta
“Otra participación nueva que incorporamos en el cuarto trimestre fue Komercni Banca, con sede en la República Checa. Se trata de un banco bien gestionado con una sólida base de capital, una alta rentabilidad por dividendo y una baja ratio de préstamos / depósitos. En su extenso historial se evidencia la cautela de su enfoque y el banco ahora parece estar en condiciones de beneficiarse del repunte registrado por la inversión en todo el país”.