Los fondos monetarios europeos están sufriendo doblemente; por un lado a causa de los cambios regulatorios y por otro por unas comisiones cada vez menores. En opinión de Cerulli Associates, firma global de investigación y consolutoria, esto está provocando cierres porque algunos productos se vuelven inviables.
La firma señala que la ESMA busca restringir el uso de los fondos de valor de activo neto constante (CNAV por sus siglas en inglés), particularmente aquellos que invierten en deuda corporativa en lugar de gubernamental. Sin embargo, se creará un nuevo tipo de producto, llamado valor de activos netos de baja volatilidad (LVNAV por sus siglas en inglés). Hasta cierto punto, esto permitirá que se mantenga la estructura del valor constante, con la contabilidad amortizada permitida para instrumentos con un vencimiento restante de hasta 75 días. Pero si el valor de mercado de un fondo del mercado de dinero de LVNAV se desvía más de 20 puntos básicos del CNAV, debe convertirse en un producto de valor de activo neto variable (VNAV por sus siglas en inglés).
«A pesar del intenso debate dentro de la industria y un plazo apremiante, la confusión aún prevalece», afirma Angelos Gousios, director de investigación minorista europea de Cerulli. Según los plazos presentados por ESMA, un fondo que existía a finales de 2017 debe cumplir en enero de 2019 y cualquier fondo lanzado este año debe cumplir antes de julio. «Si el mayor cambio fue la transición de CNAV a LVNAV, esto puede no parecer estremecedor. Pero todavía hay una considerable incertidumbre sobre la postura de ESMA sobre los LVNAV», dice Gousios.
El resultado es que los proveedores europeos de fondos monetarios han tenido que dedicar un tiempo y esfuerzo considerables para adaptar sus productos, a pesar de que hay más incertidumbre por venir, señala Cerulli. «Las perspectivas parecen turbias en el mejor de los casos para los proveedores de fondos monetarios. Dado que es poco probable que las comisiones aumenten pronto, la incertidumbre regulatoria está aumentando las preocupaciones de los proveedores a medida que continúan las negociaciones con ESMA», concluye Gousios.