En opinión de Sefian Kasem, Global Head of ETF & Indexing Investment Specialists de HSBC AM, y parafraseando a William Shakespeare, la clave de las perspectivas de la segunda mitad del año está en “recortes o no recortes (de tipos), esa es la cuestión”. Según explica, “las perspectivas de los tipos de interés han cambiado mucho, sobre todo respecto a EE.UU., y hay un mayor consenso sobre que estarán en niveles más altos durante los próximos 10 años; lo cual genera un contexto muy diferente a lo vivido en la última década”. Además, considera que hay que abordar los próximos seis meses con un claro cambio de mentalidad: “en 2023 hablábamos de un aterrizaje duro, pero en este 2024 hablamos ya de un aterrizaje suave”.
Esto le lleva a su primera reflexión: nos enfrenteramos a un entorno más fragmentado, en términos de política monetaria y en términos geopolíticos. Para Kasem, aunque estas dos ideas -tipos más altos y mayor fragmentación- estarán presentes en los próximos diez años, a corto plazo tienen un gran peso.
El responsable de HSBC AM apunta que se ha pasado de calcular siete recortes de tipos a esperar solo dos en EE.UU. para este año. “Las estimaciones sobre una política más agresiva por parte de los bancos continúan. Su principal driver serán las expectativas sobre la inflación, que es el principal elemento que están sopesando las instituciones monetarias para tomar decisiones de política monetaria”, afirma.
Según su análisis, los bancos centrales de los mercados desarrollados han estado muy pendientes de ofrecer soporte al crecimiento económico de los países, pero en su opinión es mejor usar la política fiscal para ello. “Muchos de estos países tendrán que tomar decisiones sobre su objetivo de política fiscal y no tirar tanto de las medidas que vimos durante la crisis de la pandemia para dar ese soporte a las economías. Eso sí, lo tendrán que hacer en un contexto donde la inflación se ha moderado, pero aún es alta”, añade.
Sobre la segunda de las fragmentaciones, la geopolítica, Kasem advierte de que han ganado relevancia algunos temas, como por ejemplo la seguridad de las infraestructuras o la resiliencia de las cadenas de suministro. “De nuevo, todo está conectado. Se va a prestar una mayor atención a qué se hace con la economía y cómo se usan las políticas fiscales porque vamos a un entorno geopolítico más fragmentado”, reitera.
Implicaciones para la cartera
Para el especialista de HSBC AM esta última idea es relevante a la hora de posicionar las carteras. “Esto demuestra que los inversores deben tener una diversificación real en sus carteras, así como apuestas temáticas, manteniendo un enfoque multiactivo. Se podría decir que ha llegado el tiempo de una nueva diversificación porque será complejo generar alpha”, defiende.
Su primera propuesta para los inversores es ser más tácticos y selectivos en las posiciones de renta fija, en particular considera muy atractivos los rendimientos que ha aportado el high yield global, el US ABS y la cartera 60/40. Sobre esta última, apunta: “Las carteras 60/40 han tenido un mal momento en 2022, pero siguen funcionando. Simplemente hay que revisarlo porque, al cambiar el contexto, no podemos esperar que funcione igual que lo hizo los últimos diez años”.
Además, muestra preferencia por reducir la exposición a renta variable norteamericana, ya que considera que en la relación riesgo/recompensa hay activos en renta fija que se comportan igual y ofrecen menos riesgos.
También mantiene una opinión positiva sobre los mercados emergentes. Según explica, ahora son mucho más robustos de lo que eran antes gracias a la dinámica de su política monetaria. “Preferimos introducir en la cartera riesgo de mercados emergentes porque sus valoraciones son más atractivas. En especial, preferimos países emergentes que estén menos relacionados con EE.UU.”, añade Kasem.
Por último, el especialista de HSBC AM pone el foco en los activos alternativos, en particular en los real asset. Sobre ellos, advierte de que a primera vista pueden parecer menos atractivos que antes, pero en verdad pueden desempeñar un rol diversificador, en términos de tipo de activo y origen del rendimiento, interesante. “Es importante tener flexibilidad para capitalizar las oportunidades en el segmento de private equity y también en crédito privado, siempre con una visión de medio-largo plazo. Tener exposición a commodities, real estate e infraestructuras, cotizadas y no cotizadas, generará una diversificación muy buena para el actual escenario de fragmentación”, concluye Kasem.