Charlie Awdry, gestor de carteras de China de Henderson, analiza en esta entrevista lo ocurrido en 2015 y comenta dónde podrán encontrarse las oportunidades de inversión en un país que está experimentando profundos cambios económicos, políticos y sociales.
¿Qué lecciones ha aprendido de 2015?
En primer lugar, la divisa china puede depreciarse, pero no nos parece normal llamar “devaluación” al movimiento ocurrido en agosto por el que cedió un 2% frente al dólar estadounidense, cuando las divisas de otros mercados emergentes han caído hasta el 35% este ejercicio. En segundo lugar, el programa de reformas del presidente Xi está alcanzando una fase crítica y su visión de las fuerzas del mercado incluye tanto la mano invisible del mercado libre como la mano visible y poderosa del Estado para conseguir estabilidad. Y por último, cuando los mercados se mueven de forma exagerada, las correlaciones entre valores aumentan, y esta falta de discriminación es una fuente fiable de oportunidades de inversión para nuestra estrategia.
¿Son ahora más o menos optimistas que el año pasado por estas fechas? ¿Por qué?
Hemos sido bastante pesimistas con respecto a la economía china y optimistas con los títulos con los que contamos desde hace unos cuantos años; y mantenemos dicha opinión para 2016. En general, la actividad económica sigue sufriendo por las necesidades concurrentes de reformas y desapalancamiento, y por la falta de competitividad en el sector manufacturero. Ya se está produciendo un reequilibrio, pero la caída en el precio de las materias primas ilustra lo importante que es la “parte vieja de la economía”. Lamentablemente, el dinamismo de la “nueva economía de consumo” probablemente esté infrarrepresentado en las medidas oficiales de crecimiento. La complicada situación macroeconómica implica que tendremos que esperar una mayor volatilidad en los mercados.
¿Cuáles son los temas principales más susceptibles de determinar su clase de activos de ahora en adelante y en qué medida es probable que posicionen sus carteras para sacar provecho de ellos?
Seguiremos encontrando valoraciones divergentes entre las áreas centradas en el consumo, tales como la tecnología, los servicios al consumidor y la asistencia sanitaria. En general, dichos sectores estarán generando crecimiento en los beneficios, mientras que los dominados por empresas estatales, como los pertenecientes a los sectores energético, de telecomunicaciones y financiero, lo pasarán peor a la hora de reaccionar ante un entorno económico más difícil y seguramente sigan siendo “baratos”. No contamos con participaciones en bancos y seguimos optando claramente por las empresas de gestión privada centradas en el consumo, con importantes márgenes de beneficios y flujos de efectivo.