Invertir en deuda high yield no es apto para cardiacos. Dicho esto, David P. Cole, portfolio manager de renta fija de MFS, argumenta en su última columna en el blog de la firma, que a menudo los riesgos asociados con los bonos con una calificación crediticia por debajo de investment grade se exageran.
A finales del año pasado, los inversores salieron en tropel de la deuda high yield, algo que tuvo consecuencias en los mercados financieros conforme los analistas evaluaban la implicación del deterioro de los mercados de crédito en la economía de Estados Unidos. Más recientemente, los inversores han vuelto a cambiar el rumbo y este tipo de deuda vuelve a ser testigo de entradas de capital, al tiempo que los diferenciales se han estrechado. El debate sobre una recesión en Estados Unidos también ha disminuido.
Cole recuerda que en general, la deuda high yield está sujeta a un comportamiento cíclico que refleja el ciclo económico y por lo tanto, el riesgo de impago es un factor importante en la rentabilidad total de las inversiones. Si uno entiende el contexto cíclico de esta clase de activos y adopta un enfoque de inversión que implique una selección prudente, especialmente en el segmento de crédito con los ratings más bajos, la deuda high yield pueden ser muy atractiva para una cartera bien diversificada.
“Esta clase de activos ha registrado históricamente un perfil de riesgo/rentabilidad situado entre la renta fija y la renta variable de mayor calidad, y ha exhibido las características de ambos mercados durante ciclos completos. En el período de 1988 a 2015, el índice Barclays U.S. High Yield Corporate Bond obtuvo una rentabilidad anual compuesta del 8,1%, por encima de la del índice Barclays U.S. Aggregate Bond,que obtuvo un 6,6%, aunque menor que del índice S&P 500 que obtuvo un 10,3%”, explica el gestor.
Para él, la deuda high yield ofrece diversificación contra los riesgos de tipos de interés y de la renta variable. Con una sensibilidad relativamente baja a los tipos de interés en comparación con otras clases de activos de renta fija, el mercado high yield de Estados Unidos puede servir de amortiguador frente a un aumento de los tipos.
Selección prudente
La volatilidad de los bonos high yield que tienen las menores calificaciones puede ser significativa. Por esa razón, Cole enfatiza en su artículo que es importante centrarse en la diferenciación de riesgo y calidad que tiene cada categoría, ya que la rentabilidad del segmento de menor calidad del mercado pueden variar significativamente de la del mercado high yield en general.
Históricamente, cree el portfolio manager de MFS, los inversores no han sido compensados adecuadamente con las asignaciones estratégicas a los segmentos de menor calidad, ya que la ventaja percibida del carry es a menudo compensada por las pérdidas de capital como consecuencia de los defaults. En comparación con los segmentos de mayor calidad del mercado high yield, los bonos con menor calificación crediticia (CCCS) han producido retornos compuestos más bajos.
“Mientras que las rentabilidades compuestas más bajas argumentan en contra de un exceso de peso estratégico de los bonos con calificación CCC, este segmento de mercado también muestra una mayor dispersión de los rendimientos que los de los segmentos superiores del mercado: BB o B. Esto sugiere posibles oportunidades para añadir valor invirtiendo selectivamente en títulos CCC, especialmente justo cuando se producen oleadas de ventas, momento en el que los diferenciales de crédito se amplían considerablemente”, dice.
En consecuencia, prosigue Cole, “una asignación táctica al segmento de menor calidad del mercado high yield puede ser apropiado cuando uno está siendo compensado suficientemente por asumir el riesgo adicional. En el entorno actual, por ejemplo, las empresas de energía y minería pueden llegar a ser atractivas. Sin embargo, las inversiones en estos valores con calificaciones más bajas se deben sopesar cuidadosamente frente al perfil de riesgo global de la cartera, ya que pueden ser a la vez difíciles y altamente ilíquidas”.
La oleada de ventas vista en diciembre en el mercado de high yield, estuvo impulsada por un pequeño puñado de estrategias high yield que se metieron en problemas con sobreexposiciones en los sectores de materias primas y valores con rating CCC, proporcionando un crudo recordatorio de lo importante que es la gestión de riesgo de crédito en high yield, recuerda.
Y concluye: “El mercado high yield ofrece oportunidades para que los inversores ganen exposición al mercado de crédito con una clase de activos que ofrece diversificación y un perfil de rendimiento atractivo en el tiempo. La inversión en este mercado también requiere prudencia, ojo para identificar los puntos de inflexión, y apostar por ciertos nombres para obtener atractivas rentabilidades ajustadas al riesgo”.