Nick Sheridan, gestor de renta variable europea de Henderson, explica en esta entrevista por qué está intentando dejar a un lado el sentimiento de incertidumbre a corto plazo al buscar valor y por qué cree que la eurozona sigue siendo una zona básica para encontrar oportunidades de inversión a principios de 2016.
¿Qué lecciones ha aprendido de 2015?
Lo más importante que podemos aprender de 2015 probablemente sea que tenemos que intentar ver más allá del impacto emocional de las noticias a corto plazo al valorar los títulos. Los inversores han tenido ante sí una serie desconcertante de acontecimientos que han copado los titulares, desde el optimismo derivado del programa de flexibilización cuantitativa del Banco Central Europeo, a múltiples sorpresas inesperadas (la crisis de la deuda griega, la incertidumbre sobre el crecimiento chino, la bomba de las emisiones de Volkswagen…). Como siempre, estas ventas a corto plazo han supuesto excelentes oportunidades para los inversores sagaces que deseaban centrarse en lo verdaderamente importante: el valor.
¿Es usted más o menos optimista que el año pasado por estas fechas? ¿Por qué?
Si bien es cierto que la recuperación europea ha sido más lenta y voluble de lo que se esperaba, las noticias más recientes han sido razonablemente optimistas. Los PMI de la eurozona se encuentran en su nivel más alto de los últimos 54 meses, la producción industrial alemana está mejorando y los precios regionales al consumo están subiendo, lo que hace prever un crecimiento sólido en la región para los próximos meses. Aunque los últimos resultados publicados en Europa han sido, en su conjunto, algo decepcionantes, muchas compañías han elevado sus previsiones para 2016. Ahora la cuestión es si los inversores tendrán la paciencia suficiente como para esperar la llegada de dicha recuperación.
¿Cuáles son los temas principales más susceptibles de determinar la evolución de la bolsa europea de ahora en adelante y en qué medida es probable que posicione sus carteras para sacar provecho de ellos?
Hemos diseñado nuestra estrategia bottom-up de modo que podamos dejar a un lado los sentimientos e incorporar un análisis minucioso de todas las métricas significativas que nos permitan identificar los títulos mejor posicionados para ofrecer una rentabilidad superior. La volatilidad del mercado, los flujos de noticias a corto plazo y distintos sucesos inesperados podrían introducir cambios, pero debemos centrarnos en factores que puedan medirse, tales como los resultados/el flujo de efectivo, los dividendos y los balances generales.
En el fondo, lo verdaderamente importante es el valor. El precio que se pague al principio del período de retención será en último término lo que decida la rentabilidad obtenida. Si sigue aumentando la volatilidad del mercado se crearán disparidades en los precios, lo que podría proporcionar una gran variedad de oportunidades para invertir en compañías de calidad con valoraciones atractivas.