Paul O’Connor, responsable del equipo de Multiactivos de Henderson, revisa las lecciones aprendidas en 2016 y presenta los temas clave para los que deberían prepararse los inversores durante 2017. Además, explica qué áreas del mercado parecen ser las más y menos atractivas desde una perspectiva multiactivo.
¿Qué ha aprendido durante 2016?
Una lección esencial es que los inversores ya no pueden depender de la oleada de políticas de los bancos centrales para mantener los mercados al alza. La gran flexibilización monetaria ya quedó atrás.
¿Qué implica esto?
A nuestro juicio, implica que muchas de las tendencias que sirvieron para potenciar la rentabilidad de los activos durante los años posteriores a la crisis, como el descenso en la rentabilidad de los bonos, la subida en las valoraciones de la renta variable y la compresión de los diferenciales de crédito, están ya cerca de desaparecer.
Por supuesto, esto no significa que los inversores no vayan a poder ganar dinero durante 2017, sino que posiblemente la rentabilidad sea menor y más variada que durante los años precedentes. La asignación de activos y la gestión activa de los mismos serán dos aspectos más importantes que nunca.
¿Cuáles son los factores que van a marcar los mercados este año?
La política volverá a convertirse en una influencia importante en los mercados financieros tras más de tres décadas en las que su impacto se redujo a causa de la globalización, la desregulación y unos mercados cada vez más libres. Si bien los acontecimientos políticos que han sacudido a los mercados (muy especialmente el “Brexit” y las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos) derivaron originalmente de dinámicas políticas nacionales, también reflejan un cambio sísmico en la política global que parece empeñado en seguir reverberando por todo el mundo durante 2017 e incluso después. Vuelve la política y tenemos ante nosotros un cambio de régimen.
¿Qué podemos esperar este año?
En principio más crecimiento, más inflación, más política. La economía global parece empeñada en continuar durante 2017 con la recuperación empezada tras la crisis, con un crecimiento real en un rango del 3-3,5% por sexto año consecutivo. La buena noticia es que en esta recuperación es generalizada: se espera que las 20 mayores economías crezcan por vez primera desde 2010.
En cualquier caso, tanto en Europa como enEstados Unidos la situación política añade un alto grado de incertidumbre a las perspectivas y, dentro del mundo emergente, la gran incógnita es China: aunque el crecimiento chino mantuvo su resiliencia durante 2016, resultará difícil disipar las amenazas de algún accidente financiero o de pérdidas significativas en su momento macroeconómico hasta que se reduzcan las tensiones estructurales. Además, quizá se requieran varios años para ello.
Gráfico 1: El crecimiento global se mantiene en rango
Aunque la tendencia de crecimiento global se mantiene bastante firme, en las economías principales la inflación está experimentando un repunte en V. Las previsiones de consenso indican que la inflación de las economías desarrolladas debería llegar al 2% este año por vez primera desde 2012. Una razón clave para la mejoría de las previsiones es la estabilización en el precio de las materias primas, que lleva presionando la inflación general (que incluye la alimentación y la energía) a la baja este último par de años.
¿En qué se traducen estos niveles de inflación más altos?
La vuelta de la inflación a unos niveles más normales durante 2017 dará alas al crecimiento nominal (el no ajustado a la inflación) y a los resultados corporativos. Posiblemente erosione también el apoyo a la narrativa de “estancamiento secular” (lento crecimiento prolongado) que últimamente han defendido tantos. Además, aunque la inflación subyacente sigue limitada en la Eurozona y Japón, tanto los salarios como los precios se están recuperando de forma más generalizada en Estados Unidos, lo que muy probablemente signifique que las sorpresas al alza que se produzcan en la inflación sometan también a presión las expectativas de subidas de tipos.
Gráfico 2: La inflación recupera la normalidad
¿Cuál es el posicionamiento de su cartera ahora mismo?
Nuestro posicionamiento multiactivo está a favor de los activos cíclicos. La combinación del fortalecimiento del crecimiento global, la reducción del apoyo de los bancos centrales y un abanico excepcionalmente amplio de posibles resultados políticos supone un panorama especialmente complicado para la asignación de activos. Aunque nuestra opinión básica sigue siendo que la recuperación mundial podrá soportar las turbulencias políticas previstas, seguiremos favoreciendo aquellos activos que puedan beneficiarse de un crecimiento más sólido y que puedan soportar la desaparición de la liquidez procedente de los bancos centrales. Por consiguiente, la renta variable sigue siendo nuestra clase de activos favorita, estamos neutros en crédito y nos mostramos prudentes con los bonos del Estado.
Así pues, aunque nuestra opinión básica del mundo podría apoyar un sesgo reflacionario en nuestras carteras, no nos vamos a lanzar de cabeza a este tema sino que tomaremos un enfoque más equilibrado y diversificado. Concretamente, consideramos que ciertas clases de activos alternativos que presentan una baja correlación con los mercados tradicionales, tales como los fondos de CTA, de materias primas y de rentabilidad absoluta, deberían desempeñar un papel clave en un entorno como el actual.