Stuart O’Gorman lleva ocupando el cargo de director de inversiones tecnológicas en Henderson Global Investors desde que se incorporó a la compañía a principios de 2001. Es gestor jefe de los fondos Henderson Horizon Global Technology y Henderson Global Technology OEIC, así como de mandatos independientes. En su análisis sobre lo que ha ocurrido en el sector durante 2015, O’Gorman recuerda que la tecnología volvió a ofrecer una rentabilidad superior y eso que se tuvo que enfrentar a dos problemas graves: el flojo entorno económico global y la fortaleza del dólar estadounidense, que incidieron en la demanda de productos tecnológicos.
De todos modos, explica el gestor de Henderson, durante este período se produjeron notables divergencias en términos de rendimiento, con áreas sumamente expuestas a un crecimiento secular (de la economía en general) o la economía estadounidense, que funcionó bien pese a las elevadas valoraciones, mientras que otras compañías más cíclicas (sensibles a cambios en el momento económico) y expuestas globalmente funcionaron muy mal en su mayoría. Incluso con áreas que han ofrecido una rentabilidad muy elevada, como Internet, los resultados han estado muy concentrados en unos pocos valores como Google, Amazon, Facebook y Netflix, mientras que muchas compañías de segunda fila o de mediano tamaño del mismo sector lo han pasado mal.
¿Qué podemos esperar de 2016?
“Ya en 2016, la historia sigue siendo similar: los puntos fuertes seculares de las empresas de éxito siguen igual de sólidos que siempre, pero sus valoraciones son cada vez más exageradas. Las áreas cíclicas de la tecnología, como es el caso de los semiconductores y el hardware que emplean los ordenadores personales, aunque están muy baratas, siguen sufriendo tanto por los factores macroeconómicos como por su obsolescencia potencial”, dice O’Gorman.
Dentro del ámbito macroeconómico, recuerda, aunque la Reserva Federal estadounidense ha elevado sus tipos de interés desde casi cero por primera vez en los últimos siete años, el PIB del país no consigue superar un crecimiento del 2,0-2,5%. “Aunque los tipos de interés seguramente sigan avanzando poco a poco, nos parece poco probable que vayan a producirse cambios significativos en el entorno macroeconómico de los valores. La fortaleza mostrada por el dólar estadounidense en 2015 ha adelantado gran parte del avance predicho en los tipos de interés, a pesar de lo cual seguimos siendo conscientes del riesgo que supondría para el sector tecnológico que siguiera fortaleciéndose la divisa estadounidense”, afirma O’Gorman.
Asi que en vista del entorno actual de débil crecimiento y los bajos tipos de interés, el experto ha optado por mantener una cartera equilibrada, con un sesgo moderado hacia los títulos de crecimiento.
Estas son las áreas a las que habrá que prestar especial atención de cara al próximo año:
1. Infraestructura en la nube
En 2015 se aceleró la tendencia hacia la adopción de la infraestructura en la nube (hardware y software para facilitar el almacenamiento y el acceso a datos y programas colgados en Internet), lo que perjudicó a una serie de proveedores tradicionales de hardware. «Consideramos que esta tendencia se mantendrá en 2016 y que los más beneficiados serán Amazon, Microsoft y, posiblemente, Google. El importe en dólares dedicado a la infraestructura en la nube sigue siendo una pequeña porción del gasto corporativo en TIC, pero creemos que seguirá creciendo en más del 50% este 2016, lo que será sumamente perjudicial para la estructura de márgenes de muchas compañías de infraestructuras y almacenamiento», cuenta. Al igual que los grandes campeones corporativos del área, también Henderson también se ha centrado en otros proveedores de materias primas, servicios y distribución que pueden beneficiarse de esta tendencia. En general, estima O’Gorman, es que las compañías relacionadas con el entorno de la infraestructura en la nube presentan unas valoraciones más atractivas que las del ámbito del software en la nube.
2. Internet
«Nos sigue gustando Internet», aclara O’Gorman para explicar cómo las tendencias tanto tecnológicas como demográficas continúan arrebatándole cuota de mercado a los medios de la “economía clásica”, la publicidad y las empresas de comercio minorista. «Y más importante todavía», subraya, «las valoraciones del área de Internet siguen siendo atractivas si se comparan con otras áreas de crecimiento secular del sector tecnológico. Si bien todavía consideramos que Internet es un mercado en el que el ganador se lo lleva casi todo (es decir, que compañías líderes como Facebook, Amazon, Google y Netflix seguirán haciéndose con una cuota de mercado desproporcionadamente alta), nos estamos fijando también en oportunidades puntuales de los mercados emergentes y en empresas estadounidenses de Internet de tamaño medio que han seguido incrementando su posicionamiento competitivo».
3. Pagos sin papel
Dado que en torno al 85% de las operaciones globales de pago (en términos de volumen) sigue realizándose en efectivo y con cheques, Henderson considera que el crecimiento secular de los pagos electrónicos en las economías emergentes y el uso cada vez mayor de las tarjetas de crédito/débito en los países desarrollados seguirá siendo un tema a largo plazo, con un gran potencial de crecimiento ininterrumpido. Se sigue reduciendo el porcentaje de transacciones que se efectúan en efectivo en la economía mientras que los pagos con tecnología móvil han estado aumentando a un ritmo anualizado compuesto de más del 50% desde 2010. Todos los formatos de pago electrónico están al alza, ya se trate de tecnologías consistentes en pasar la tarjeta por un terminal; de chip y pin; o de “tocar y listo” basadas en NFC (comunicaciones de campo cercano) más modernas, con una tarjeta bancaria o un dispositivo móvil que cuente con credenciales de tarjeta bancaria ya cargadas. Los servicios financieros basados en tecnología móvil permiten operar con los bancos sin siquiera disponer de una cuenta bancaria.
«Seguimos invirtiendo en las compañías que deberían salir más beneficiadas de los efectos de red subyacentes a esta marcada tendencia, como ocurre con MasterCard y Visa. En general, seguimos optando por compañías que presenten elevadas barreras a la entrada y sólidos flujos de efectivo. Asimismo, estamos volviendo a examinar minuciosamente distintas compañías en las que los inversores han podido confundir alguna debilidad cíclica con un descenso secular. Estas empresas, aunque susceptibles a los movimientos de la economía global, presentan ventajas tecnológicas que crean barreras a la entrada y unos flujos de efectivo sostenibles, además de un entorno competitivo racional. A nuestro juicio, la calificación de este tipo de compañías irá mejorando según lo haga la economía global».
Resumiendo, para O’Gorman 2016 seguramente sea un año de transición para la economía internacional y como firma inversora en tecnología a largo plazo, Henderson seguirá centrándose en los fundamentales bottom-up de los valores y en áreas del sector tecnológico que «van a seguir incrementando su cuota tanto en el gasto en TIC como en la economía en su conjunto», concluye.