En un entorno de bajas rentabilidades y elevada volatilidad, que además parece que se va a mantener durante bastante tiempo, es difícil para los inversores obtener rendimientos, pero el mercado de high yield europeo ofrece ese potencial. “La búsqueda de rentabilidad es lo principal para los inversores. En el caso de la renta fija, si se analiza el entorno sin riesgos, los bonos soberanos apenas ofrecen rendimientos salvo en duraciones muy largas, por tanto si se busca rentabilidad hay que asumir algunos riesgos y decantarse por el crédito. Nosotros vemos valor en el mercado de high yield europeo y deuda subordinada financiera”, aseguraba durante su reciente visita a Madrid Raphaël Chemla, responsable de high yield y deuda subordinada financiera de Edmond de Rothschild Asset Management (France).
Chemla explica que la volatilidad procede de diversos frentes. Por un lado, los temores acerca del crecimiento de Estados Unidos y de la postura que adoptará la presidenta de la Fed, Jannete Yellen. También están las preocupaciones de la desaceleración de la economía china, que se encuentra en plena transición de su modelo económico, los problemas políticos a los que se enfrenta Europa, que abarcan desde el Brexit a la falta de Gobierno en España, y no hay que olvidar tampoco la evolución de los precios del petróleo y las materias primas, aunque no hay que centrarse exclusivamente en estos aspectos.
“Esta es la parte pesimista, pero en Europa, aunque es cierto que el crecimiento es bajo, tenemos aspectos muy positivos, como son los sólidos fundamentales de las compañías o la política acomodaticia que está llevando a cabo el Banco Central Europeo, que esperamos que favorezca a los bancos y al sistema financiero”, apunta el gestor de Edmond de Rothschild AM.
Por estas, entre otras, razones apuestan por el high yield europeo y consideran que una buena alternativa son los fondos buy & hold, como el que la gestora francesa acaba de lanzar al mercado, denominado Millesima 2021. Se trata de un fondo de bonos a vencimiento cuya cartera está invertida mayoritariamente en bonos high yield de mayor calificación crediticia, BB y B, teniendo limitada su exposición a CCC al 10% y que está diseñado para mantener las posiciones en cartera hasta su vencimiento en diciembre de 2021, pero con una gran diversificación tanto en términos de emisores como de sectores.
“Este fondo es una buena solución para los inversores que quieren encontrar rendimientos, tenemos como objetivo obtener una rentabilidad del 5%. Además este tipo de fondos permiten controlar mejor la volatilidad, ya que desde el próximo mes de junio, estará cerrada la construcción de la cartera y no registrará suscripciones netas, aunque con liquidez diaria”, subraya Chemla, que especifica que por ese motivo su objetivo es construir una cartera bien diversificada y sobre todo evitar posibles impagos. No obstante, la tasa de impagos del mercado de deuda high yield europeo se sitúa alrededor del 3% a día de hoy frente al 6% de Estados Unidos.
En este sentido, Chemla asegura que el mercado de high yield europeo se ha desarrollado mucho en la última década y actualmente están presentes en él la mayor parte de los sectores y países. Ahora hay más de 300 emisores, cuatro veces el nivel visto hace cinco años y todo apunta a que en 2016 veremos cerca de 60.000 millones de euros en nuevas emisiones. Por si esto fuera poco, este segmento del mercado también es menos sensible a los movimientos de tipos de interés que pudieran producirse, concluye el gestor de Millesima 2021.