Los últimos datos de crecimiento global han decepcionado si bien en Loomis, Sayles & Company, gestora especializada en renta fija de Natixis Global AM, esperan que se fortalezcan. Pero, a pesar de ello, la inflación permanecerá en niveles bajos y los bancos centrales seguirán acomodaticios, pues quieren mantener alto el apetito por el riesgo, con lo que no prevén que la Fed empiece a subir tipos en Estados Unidos hasta finales de 2015. Y en Europa los tipos permanecerán en niveles bajos durante un largo periodo de tiempo; lo que no significa que no haya volatilidad en el mercado y tampoco que las valoraciones den mucho más de sí.
Así lo explica Tom Fahey, estratega global macro y director asociado de estrategias macro de la gestora, en el marco de un evento organizado por Natixis GAM recientemente en Madrid. Por eso, y aunque conviene vigilar la evolución de los tipos teniendo en cuenta que 2014, hasta ahora, ha sido un año muy bueno para la renta fija, dado que los diferenciales han seguido reduciéndose, pero los bonos del Tesoro estadounidense y alemanes podrían empezar a incrementar sus rentabilidades, matiza que ese aumento no será dramático, debido a que la velocidad de circulación del dinero es baja y a la persistencia de bajos tipos. Por eso dice adiós a las rentabilidades del 3% en la deuda pública de estos mercados.
En un entorno en el que la deuda pública no puede ofrecer ni siquiera esa cifra, se pregunta cómo lograr retornos del 4% en renta fija. El experto apuesta por una cartera multisectorial capaz de aprovechar las distintas oportunidades que se presenten. Una de esas oportunidades son los mercados emergentes, donde considera que “parece que vuelve a haber valor”, tras un 2013 de gran sufrimiento. “México vuelve a ser atractivo, tras haber rebajado sus costes laborales y volver a la senda competitiva, mientas China ha perdido esa ventaja”, explica. De hecho, es positivo gracias a las últimas reformas realizadas en algunos mercados (en México, por ejemplo, con la reforma energética) y considera que, si el crédito está totalmente valorado en los mercados desarrollados (“hay sectores que están totalmente valorados por lo que no hay mucho recorrido en los diferenciales; es un escenario más apto para el carry”, comentó), hay que mirar a los países emergentes como México en busca de oportunidades.
Porque además, las valoraciones acompañan: “Hace años, los grandes flujos hacia emergentes encarecieron estos mercados y provocaron que ofrecieran menos rentabilidades pero en los últimos meses han vuelto a estar mejor valorados y algunos incluso baratos”. De ahí que en la gestora se sientan atraídos por encontrar valores a precios atractivos y hayan empezado a comprar más.
El experto también apunta a la deuda high yield como fuente de oportunidades, dentro y fuera de los mercados emergentes. “En high yield también hay buenos candidatos en mercados como Brasil, pero en esos lugares hay que entender bien el riesgo divisa”, dice. Y señala igualmente la oportunidad en high yield estadounidense. De hecho, considera que el high yield es un activo que ayuda a maximizar la rentabilidad de su fondo multisectorial de renta fija, gracias a su mayor cupón y a su menor sensibilidad a potenciales subidas de tipos. Además, sus vencimientos normalmente son más cortos, lo que permite llegar a vencimiento y reinvertir a mayores rentabilidades según se vayan materializando las subidas de tipos.
Además, en un entorno donde hay valor en renta variable, también señala que hay oportunidades en segmentos sensibles o más expuestos al activo, como los bonos convertibles o las participaciones preferentes. Los préstamos bancarios y otros títulos con cupón variable podrían ser también una buena opción.
Visión en periféricos
En cuanto a las oportunidades en los países periféricos, señala que las rentabilidades del bono público español están por debajo del americano y que ya estamos cerca de ver el suelo en las rentabilidades de la deuda de los países periféricos; aunque eso no significa que vaya a darse una oleada vendedora, pues todavía ofrecen una rentabilidad “decente”. Aunque las métricas del crédito, en Europa y EE.UU. son buenas y pueden encontrarse oportunidades, los diferenciales están ya muy bajos.
El euro, más débil
Con respecto a las divisas, considera que el dólar tenderá a fortalecerse, mientras el euro se debilitará, en un contexto de devaluaciones competitivas. Pero con cautela: “No bajará un 20%, como ha hecho el yen, y no llegará a niveles del 1,2 dólares”. Para el experto, dejar caer al euro es todo un reto teniendo en cuenta los superávits por cuenta corriente y la escasa oferta que están creando los bancos.
También advierte de que podría perderse el “dividendo” que supone la paz, que la última década permitió grandes avances en la globalización y en las exportaciones en todo el mundo, siendo un gran catalizador del crecimiento global. Ahora, los problemas en China, Irak o Ucrania suponen amenazas.