En el mercado de divisas, las gestoras esperan que este año sea mucho más volátil y dinámico que 2017. “Vemos un dólar más débil hasta final de año, particularmente frente al yen y la libra esterlina”, adelantaba John Hardy, jefe de estrategia en divisas de Saxo Bank, al dar sus previsiones para este ejercicio.
Desde que empezara el año, la relación euro dólar ha pasado del 1,20 de enero al 1,23 que marcaba a principios de abril; pasando por valores más cercanos a la paridad, como a principios de enero cuando estuvo a 1,19, y también por picos, como cuando alcanzó los 1,25 en febrero. Pero, ¿qué está detrás de la depreciación del dólar?
En opinión de Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, el aumento de la predisposición al riesgo a escala mundial es uno de los catalizadores principales de la depreciación del dólar, y que, por el momento, los diferenciales de rendimientos se mantienen en segundo plano.
Respecto a la vuelta a la volatilidad y los bajos niveles que marcó la moneda en febrero, Trunill señala que “la caída del índice del dólar a su nivel más bajo en tres años ha sorprendido a muchos al materializarse a pesar de unos diferenciales de tipos de interés favorables para el billete verde. Las fluctuaciones del dólar pueden responder a diversos factores y, por ahora, el alza de los rendimientos en Estados Unidos ha adoptado un papel secundario, cediéndole así el protagonismo al aumento de la predisposición al riesgo. Adoptamos una postura neutral sobre las perspectivas a corto plazo del dólar”.
Un dólar débil es algo que preocupa a los inversores, según Union Bancaire Privée (UBP). Según el análisis que hace la firma, a la hora de valorar la caída del dólar desde 2017 hay que tener en cuenta también que se había convertido en una de las monedas más fuertes del mercado.
Desde UBP señalan también que el fuerte crecimiento de la eurozona en 2017 explica el cambio de tornas y la debilidad del dólar. “El crecimiento económico europeo dejó las tasas de crecimiento del PIB real de la eurozona en un nivel superior a las tasas de crecimiento de Estados Unidos por primera vez desde 2011, cerca del inicio del mercado alcista en el dólar estadounidense”, matiza en su análisis.
La evolución del dólar ha llevado a algunas gestoras a mantenerse neutrales en algunos tipo de activos de renta fija, como por ejemplo es el caso de Pictet AM. Tal y como explica Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, “la reducción de estímulo de los bancos centrales amenaza el mercado de renta fija y seguimos infraponderando bonos. El dólar puede rebotar, pues los inversores profesionales han favorecido en gran medida las posiciones a la baja”.
¿Podría rebotar el dólar?
Según Hardy, es una opción plausible. “La única vía que percibimos para que el dólar se fortalezca es si se produce algún tipo de crisis real de liquidez en algún momento; lo conocido como el perenne riesgo de cola», explica.
Ahora bien, los buenos datos que va arrojando la economía norteamericana se han ido reflejando en el dólar, como por el ejemplo el alza que la moneda experimentó en febrero tras conocer el dato de empleo del país. Por eso, y confiando en el crecimiento sincronizado global, desde Ebury no descartan que la moneda se fortalezca. “Seguimos opinando que el dólar estadounidense experimentará una corrección alcista una vez que los precios del mercado para las subidas de la Reserva Federal se encuentren más en línea con el gráfico de puntos actualizado del banco”, señala Enrique Díaz-Alvarez, director de Riesgos de Ebury.
Opinión que también comparte. Según Christian Nolting, CIO de Deutsche Bank Wealth Management, de cara a los próximos nueve meses, “en relación a la evolución de la cotización del dólar/euro, el euro continúa más fuerte que el dólar en estos momentos, pero esperamos un dólar más fuerte a medida que avance el año”.