El petróleo sigue cayendo a plomo en los mercados internacionales y tras la ruptura del nivel de los 40 dólares por barril el viernes, los analistas ya comienzan a situar el precio en el entorno de los 30 dólares.
Para el senior portfolio manager de renta variable en Nuveen Asset Management, Bob Doll, la deflación que conlleva no es realmente lo preocupante. “Hemos estado en niveles similares a principios de año. Creo que es el resultado de la desaceleración de la demanda debido al mediocre crecimiento mundial, especialmente de China, y el gran nivel de producción, sobre todo de Estados Unidos”.
El mismo viernes, cuando el barril de Texas, de referencia en Estados Unidos, caía hasta los 39,86 dólares en el New York Mercantile Exchange, el Wall Street Journal recordaba precisamente que el nivel de extracción en la primera economía del mundo ha alcanzado niveles máximos de varias décadas gracias a la nueva eficiencias de las tecnologías de perforación. Además, «la inesperada subida de precios en el segundo trimestre permitió a algunas empresas fijar precios rentables para el próximo año y añadir nuevos equipos de perforación”.
“En vista de dónde nos encontramos ahora, hay un 90% de probabilidades de que bajemos a los 30 dólares”, indicó Chris Main, estratega de petróleo en Citigroup Inc, al rotativo financiero.
Pero el mercado se prepara ya también para la llegada de crudo iraní a los mercados internacionales tras el acuerdo nuclear con Teherán firmado el pasado junio. “Hemos rebajado hace unos días nuestra previsión de precios para el barril de Brent para 2016 a niveles de 55-60 dólares, desde los anteriores niveles por encima de los 70. Está en línea con la revision en dos décimas de la previsión de crecimiento para el próximo año hasta el 3,1%. Asistimos a un efecto claro de menor demanda, mientras la oferta, más inelástica, se adapta”, afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega citi España.
La caída del precio del petróleo es buena para los consumidores y las empresas, pero agita el fantasma de la deflación en un contexto de débil crecimiento mundial. “Si los precios del petróleo continúan tan bajos, muy probablemente volvamos a ver inflaciones negativas en muchas zonas geográficas, por lo que seguiremos con un mundo inundado de liquidez por los Bancos Centrales”, explica el análisis de mercado de Banca March.
“Aunque es innegable que esta nueva caída contribuirá a retrasar un poco el repunte de la inflación en la última parte del año, lo cierto es que es muy improbable que lo anule totalmente (para hacerlo, el crudo debería caer el 50% que retrocedió el año pasado, algo prácticamente impensable). Desde una perspectiva fundamental esta caída del crudo es positiva, ya que provocará el repunte en los próximos meses de la inflación subyacente en el mundo desarrollado, a medida que los consumidores se pongan a gastar parte del aumento de renta disponible asociado a los menores precios de los carburantes”, apunta Álvaro Sanmartín, responsable del fondo Alinea Global y Economista Jefe en MCH IS.