Los datos económicos de China se están volviendo más difíciles de interpretar. A medida que la segunda mayor economía del mundo se vuelve cada vez más dependiente del consumo interno para el crecimiento, su análisis también se vuelve cada vez más complejo. De acuerdo con Investec Asset Management, la situación requiere un enfoque más matizado para entender lo que significan los datos económicos y cómo Pekín está utilizando sus empresas públicas para estimular el crecimiento económico.
Una historia de crecimiento complejo
En el segundo trimestre de 2016, el crecimiento económico de China parecía empezar una recuperación. El producto interno bruto (PIB) creció al 7,1% trimestre a trimestre ajustado estacionalmente, frente al 6,2% del trimestre anterior. La producción industrial, las ventas minoristas y exportaciones todas parecían fuertes, la deflación se moderaba y hubo una mejora constante de los beneficios corporativos.
Pero, según los especialistas, estas figuras esconden una imagen compleja de las diferencias regionales y sectoriales derivadas del progreso de la transición económica de China. En algunas áreas, como Chongqing, uno de los cuatro municipios que son controlados directamente por el gobierno central, la economía está creciendo rápidamente. La economía de la provincia creció un 10,6% en la primera mitad de 2016, y la producción industrial en un 10,2% – ya que la demanda para su manufactura principal, los autos, creció. Sin embargo, en las provincias del nordeste de China, el panorama económico se ve bastante sombrío. Por ejemplo, la provincia de Liaoning, se contrajo un 1% en la primera mitad de 2016 y su producción fabril disminuyó un 7,7%.
El sector de los servicios, una vez más creció su proporción del PIB al 51,9%, con un ritmo de crecimiento del 7,5% anual en el segundo trimestre de 2016. Sin embargo, este crecimiento no se extiende por igual. Lo que es evidente, según Greg Kuhnert, líder estratégico para Asia en 4Factor Equity, es que ha habido «un repunte en el consumo, especialmente en las ciudades pequeñas, donde los consumidores están tratando de alcanzar a sus contrapartes en ciudades más grandes.» Él cree que esta situación refleja el estado de desarrollo de las regiones y ciudades menos desarrolladas de China. «Para que las empresas puedan mantener sus trayectorias de crecimiento», dice «deben captar esta demanda, sobre todo en los productos de gama alta a medida que la conciencia de marca aumenta entre estos consumidores.»
Los sectores público y privado también se comportan de manera diferente. Los índices PMI de China, que toman el pulso de la actividad de las fábricas, parecen presentar historias muy diferentes. La medida del gobierno oficial inspecciona 3.000 empresas principalmente de propiedad estatal, mientras que el producido por Caixin-Markit, un grupo de medios e investigación, envía cuestionarios a 500 empresas, principalmente pequeñas y privadas en la costa este de China. En el PMI de julio, las medidas oficiales mostraron un descenso en la actividad, mientras que Caixin-Markit mostró el mayor crecimiento de las manufacturas desde febrero de 2015.
Divergencia en la inversión en activos fijos público / privado
La diferencia entre los sectores público y privado es también evidente en la inversión en activos fijos (FAI). Mientras el FAI general de China se ha estabilizado más o menos, la inversión privada parece haberse hundido y mientras que la del sector público se ha disparado.
Según Investec, “esto se debe en parte a la reclasificación de cuales empresas son «privadas», pero creemos que el principal freno de la FAI privada es un débil crecimiento de los ingresos y las ganancias en los sectores que representan el grueso de la inversión privada, como la manufactura, la minería y bienes raíces”.
Del otro lado de la moneda, “el gobierno sigue tratando de impulsar la economía mediante la construcción de nuevas infraestructuras y mejora de las existentes, tales como líneas de energía, independientemente de los rendimientos a corto plazo”, concluye Investec.