Parece que el fin de año trae una ligera luz al final del túnel, según muestra la encuesta global a gestores de fondos de diciembre que elabora BofA. Pese a lo complejo del contexto y al pesimismo de los inversores, la encuesta refleja cierto optimismo gracias a la previsible reapertura de China, la vuelta del atractivo de la renta fija y a una cierta reducción en los niveles de liquidez.
Aunque es pronto para hablar del optimismo, si se puede interpretar que el pesimismo de los inversores y sus gestores podría haber tocado fondo. Por ejemplo, en términos macroeconómicos, la cifra récord del 90% de los encuestados considera que la inflación mundial será menor en los próximos 12 meses. Es cierto que el sentimiento macroeconómico sigue siendo bajista, pero ha disminuido hasta el 69% neto de los inversores que esperan una economía más débil, frente al 73% neto de noviembre. Todo ello se refleja en el dato de liquidez que, pese a seguir siendo elevado, ha pasado del 6,2% registrado en noviembre al 5,9% que se refleja en la cuesta de diciembre.
Estos tres datos podrían indicar que tanto gestores como inversores están saliendo de su pesimismo. Datos al que se une sus expectativas sobre la economía global: el 68% de los inversores declararon que era probable que se produjera una recesión en los próximos 12 meses, una cifra inferior al 77% registrado en noviembre. ¿Cuál sería el motivo? Según indica desde BofA, “la disminución de las expectativas de recesión se debió probablemente a la mejora de las perspectivas de crecimiento de China”.
Los resultados de la encuesta de diciembre muestran que el optimismo de los inversores en las perspectivas de crecimiento de China aumentó en diciembre, con un 75% neto de inversores que ahora ven una economía china más fuerte de cara a 2023; frente al 13% neto que así lo consideraba ya en noviembre. Según las conclusiones de BofA, se trata de la perspectiva más positiva desde mayo de 2021, y el mayor aumento intermensual desde enero de 2020. “Además, la mayoría de los inversores, el 74%, espera que China se reabra totalmente a finales de 2023”, matiza la encuesta a gestores en sus conclusiones.
Otro dato relevante muestra la encuesta es que el 51% de los inversores esperan que el dólar estadounidense se deprecie, el porcentaje más alto desde mayo de 2006. Lo cual beneficiaría a los mercados emergentes que, según los gestores, vuelve a mostrar atractivo para ellos: el 13% está sobreponderado en renta variable de mercados emergentes, la primera sobreponderación neta en 9 meses y la mayor desde julio de 2011.
Esta interpretación un menor pesimismo no resta que los gestores sigan teniendo claro que los riesgos de cola persisten. En este sentido, y por orden de relevancia, consideran que los principales riesgos son: que la inflación se mantenga alta; una profunda recesión mundial; el empeoramiento de la situación geopolítica, y que se produzca un evento crediticio sistémico.
Ante este contexto, la encuesta refleja que los gestores vuelven a mirar con amabilidad los bonos del Estado. De hecho, el 27% de ellos espera que sea el activo con mejor rendimiento en 2023, seguidos por las acciones con un 25%, los bonos corporativos con un 24%, las materias primas con un 12%, el efectivo con un 6% y las criptomonedas con un 4%.
Según BofA, la asignación a bonos se disparó en diciembre, con un 10% neto de bonos por parte de los inversores. En términos relativos, matiza la entidad, la asignación neta a bonos de los inversores también superó a la de materias primas en diciembre (1,4%) por primera vez desde abril de 2009 (5,2%).