La principal bolsa del mundo, Nueva York, cayó ayer un 4,6% bajando de los 25.000 puntos a los 24.345, en lo que ha sido la mayor caída diaria de su historia. Los inversores y gestores se preguntan si esto ha sido un simple corrección, saludable y normal, o es el comienzo de un nuevo periodo en el mercado de bonos y de acciones.
Las caídas se reflejaron en los principales índices, por ejemplo el Dow Jones cayó un 4,62% y el S&P 500 otro 4,1%, con lo que sumado a las bajadas que ya venía registrando, hablamos casi de un 8%. ¿Qué ha ocurrido en un comienzo de año que se las prometía brillante?
En opinión de Jorge González, dirección de inversiones de Tressis, “puede que las valoraciones sean demasiado exigentes a pesar del fuerte crecimiento de los beneficios empresariales; puede que el miedo a más subidas de tipos en Estados Unidos de las deseadas por los operadores de mercado les haya llevado a reposicionar las carteras; o que los algoritmos que rigen los mercados de futuros tuvieran mayor incidencia de la habitual. Quién sabe si simplemente es una recogida de beneficios o si por el contrario estamos ante el inicio de un mercado bajista, apostamos por lo primero”.
Algunos defienden que la corrección no se ninguna novedad, de hecho algunos expertos ya avisaban. Por ejemplo, Goldman Sachs advertía hace una semana que una corrección era algo casi inevitable ya que el índice S&P 500 se encontraba en zona de máximos. También desde el equipo de Multi-Activos de M&G insisten que “hemos estado diciendo durante algún tiempo que la dinámica de las tasas de crecimiento podría provocar volatilidad en otros activos y esta parece haber sido al menos la causa aparente de los movimientos recientes”.
Según defiende Stefan Hofrichter, jefe de economía global y estrategia de Allianz Global Investors, “al igual que una banda elástica, que se ha estirado demasiado, en última instancia, retrocedes o una revisión de los precios del mercado no debería ser una gran sorpresa”. En su opinión, el mercado ya estaba lanzando algunos avisos: “El desarrollo más llamativo en los mercados de capital en las últimas dos semanas ha sido el aumento en los rendimientos de los bonos de Estados Unidos por encima de los niveles de resistencia técnica de alrededor del 2,63% y el aumento de la volatilidad, especialmente en la volatilidad del mercado de acciones. En última instancia, los mercados de acciones se corrigieron a nivel mundial la semana pasada y especialmente de la noche a la mañana”.
Opinión que también comparte Andrew Milligan, director de Estrategia Global en Aberdeen Standard Investments. “Es importante recordar que era solo cuestión de tiempo que se produjera esta corrección. Los mercados financieros han estado mortalmente tranquilos durante mucho tiempo y esto nunca iba a durar. Lo que estamos viendo ahora es una recogida de beneficios guiada por las extensas valoraciones y las preocupaciones sobre que la inflación se recupere tanto en Estados Unidos como en otros lugares”, apunta.
Motivos para la caída
Desde Allianz GI, Hofrichter, explica que la economía ha mostrado algunas fragilidades potenciales que podrían explicar la caída. “Hemos visto valoraciones muy altas en activos de riesgo, incluyendo en el S&P 500 y en el mercado high yield; que mercado no han descontado totalmente el efecto de la normalización de la política monetaria; y que los datos macroeconómicos podrían haber llegado a su cima. A esto se suma también cierta complacencia en el mercado”, explica.
En opinión de Michael O’Sullivan, jefe de inversiones de Credit Suisse banca privada, las ventas masivas que se han experimentado es un simple episodio de volatilidad. Según defiende, “en las últimas tres semanas los indicadores tácticos comenzaron a verse un poco estirados, y en nuestro último Informe del Comité de Inversiones señalamos que los inversores deberían proteger sus ganancias. En este contexto, un aumento en los rendimientos de los bonos y los signos de normalización han comenzado a generar un cambio en el clima de inversión, desde uno que ha sido casi insensible al riesgo hasta uno que es más consciente de los riesgos”.
Quien también invita a los inversores a protegerse es Milligan. “La inflación es probable que repunte al alza en los próximos meses, pero no dramáticamente. Si los inversores pueden sentirse cómodos con esta previsión, esto debería ser suficiente para contener las ventas y desencadenar un rebote. Lo peor que se puede hacer ahora es tener reacciones precipitadas”, destaca.
Los expertos insiste en que hay que seguir fijándose en los fundamentales y que el escenario sigue siendo favorable para las bolsas a medio plazo. Así lo defiende Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, que esgrime varios argumentos para el optimismo: “El alto crecimiento económico, en especial en Estados Unidos; la solidez de los resultados empresariales; la baja probabilidad de que la Fed lleve a cabo una política monetaria agresiva; y que los retornos de las deuda siguen siendo bajos”, afirma.