Los inversores, que siguen temiendo una recesión a corto plazo, han empezado a buscar activos refugio, lo cual impulsó el valor del oro durante el primer mes del año. De hecho, el precio del oro logró recuperarse durante el cuarto trimestre de 2018, mientras que los activos de riesgo, como las acciones y los bonos corporativos, sufrieron.
“Al buscar factores que explican los movimientos del precio del oro, varias cosas vienen a la mente: por ejemplo, el precio del oro se correlaciona con los rendimientos reales de los bonos del gobierno estadounidense, como comentamos la última vez en julio de 2017. Como se demostró, los precios del oro tienden a subir cuando los rendimientos reales caen, y viceversa”, explican desde DWS.
Después de un pico a principios de esta década, tanto las acciones como los precios del oro se invirtieron. Desde esta perspectiva, las posiciones actuales en fondos cotizados de oro apuntan a un potencial de ganancia para el precio del oro. Pero hay más argumentos a favor del oro, como explica el Christian Hille, jefe de activos múltiples en DWS. Las carteras que supervisa principalmente contienen oro por razones de diversificación. Los movimientos del pasado diciembre dan más peso a este argumento. En el entorno actual, que se caracteriza principalmente por los riesgos políticos que son difíciles de calcular, el papel del oro cobrará protagonismo. Además, el coste de oportunidades de tener en cartera el “metal amarillo” se mantendrá bajo teniendo en cuenta las rentabilidades relativamente bajas en comparación con el histórico.
Según Mati Greenspan, analista senior de eToro, el oro es y seguirá siendo muy sensible a todos los eventos geopolíticos que acumula la escena internacional. “Los mercados de renta variable celebran el acercamiento de las posturas entre EE.UU. y China, una mejora que también se refleja en el oro y el petróleo”, pone Greenspan como ejemplo.
Por su parte, el equipo de analistas de WisdomTree apunta que “se espera que el oro continúe su recuperación durante 2019”. Según señalan, los factores económicos/monetarios que impulsan el valor del oro –los pequeños incrementos de los tipos de interés, una leve apreciación del dólar seguida por una depreciación y un incremento marginal de la inflación- no van a mover el dial del metal de modo significativo.
“Creemos que sobre el final de nuestro período de proyección, los precios del oro terminarán más elevados como resultado principalmente de una mayor predisposición de los inversores a tenerlo en sus carteras tras una fase de precios deprimidos. Este proceso ya ha comenzado sobre la última semana de 2018 ante la excesiva volatilidad en la mayoría de los mercados. Si bien en 2018 hemos tenido muchos brotes de volatilidad, la mayoría de los mercados de los países desarrollados han logrado esquivarla. Esto no significa que logren mantener su solidez de cara al próximo shock. Cabe observar que la última vez en que el posicionamiento especulativo en el oro fue tan bajo, fue en 2001, en plena crisis de deuda argentina e implosión del sector tecnológico sobrevalorado. Si bien el metal precioso reaccionó a este escenario de estrés, lo hizo con cierto rezago”, afirma WisdomTree en su último informe.
También señalan una serie de riesgos que podrían respaldar el precio del oro teniendo en cuenta su estatus histórico de activo refugio, lo cual además incrementaría el posicionamiento en el mercado de futuros. Estos riesgos son un Brexit sin acuerdo, las guerras comerciales y las tensiones políticas internas en Estados Unidos.
“Volvemos a contar con un posicionamiento especulativo en los futuros sobre oro consistente con lo constatado durante los últimos cinco años. Por otra parte, esperamos que la onza de oro se aprecie al entorno de los 1370 dólares para el cuarto trimestre de 2019, principalmente como resultado de un reacomodamiento del posicionamiento especulativo en el mercado de futuros. Asimismo, su valor se verá impulsado en parte por una depreciación del dólar y un leve incremento de la inflación”, concluyen los analistas de WisdomTree.