La zona euro ha vivido una crisis enorme. Las noticias han sido tan negativas durante tanto tiempo y las fases de esperanza se han desvanecido con tanta frecuencia, que se les puede perdonar a los actores del mercado que mantengan un sano grado de escepticismo en torno a la región. Alexandra Hartmann, gestora del Fidelity Funds Euro Blue Chip Fund, cree que con este historial resulta difícil recordar qué son realmente buenas noticias, pero estima que quizás ha llegado el momento de dar un paso atrás y mirar con nuevos ojos la región antes de que sea demasiado tarde. “Para cuando las buenas noticias sean evidentes, los mercados habrán recorrido mucha distancia”, argumenta.
La gestora del Fidelity contesta varias preguntas que contienen las razones que invitan a ver favorablemente el entorno actual:
- ¿Cuándo fue la última vez que pudimos financiarnos tan barato? o, quizá más importante, ¿Cuándo pudieron hacerlo las empresas? Los tipos de la deuda pública a diez años se han desplomado una media de 175 puntos básicos desde el segundo semestre de 2013, lo que debería estimular el gasto de consumo y la inversión empresarial.
- ¿Alguien recuerda cuándo fue la última vez que el petróleo estuvo tan barato como hoy, lo que deja, especialmente a nosotros, los consumidores, más dinero en el bolsillo para gastar? La espectacular caída del crudo durante los últimos seis meses ha abaratado no sólo lo que cuesta llenar el depósito de nuestro coche, sino también la factura de la luz y el gas, lo que da un impulso muy necesario al gasto de consumo.
- ¿Cuándo fue la última vez que el Banco Central Europeo o alguno de sus predecesores puso la máquina de imprimir dinero a tanta velocidad? Los bancos de la zona euro han apuntalado sus balances, tienen niveles de capitalización adecuados y están listos para prestar. El euro alcanzó su nivel más bajo frente al dólar en 11 años, lo que supone un gran impulso para la competitividad de los exportadores europeos a escala mundial, ya que cada descenso del 20% del euro se estima que se traduce en un incremento del 5% en el beneficio de explotación de las empresas europeas. No es fácil que esta tendencia se revierta, a la vista de la relativa fortaleza de los balances de la Reserva Federal y el BCE y la probable divergencia en la evolución de los tipos de interés en las dos regiones.
“Durante los últimos 26 meses, la renta variable de la zona euro en dólares se sitúa más de un 25% por detrás de la bolsa estadounidense. Aunque el mercado europeo no está barato, sí tiene una valoración razonable. Entonces, ¿por qué fijarse en él ahora?, se preguntarán. En primer lugar, los beneficios deberían empezar a subir de nuevo gracias a la caída del euro y el petróleo, y las cotizaciones se mueven al son que marcan los beneficios”, dice la gestora del Fidelity Funds Euro Blue Chip Fund.
Los flujos de capitales también darán apoyo y, aquí, la búsqueda de rendimientos es una fuerza muy potente. Hemos visto cómo una subasta de deuda pública alemana a cinco años con un cupón del 0% se saldaba con más demanda que oferta. La pregunta que se hace entonces Hartmann es: “¿Cuánto puede durar esto?”
“Me gustaría incidir en la desviación típica de los PER, que se encuentra en mínimos de 20 años (véase gráfico debajo). Dicho de otro modo, el mercado no está distinguiendo actualmente el grano de la paja, el crecimiento fuerte del crecimiento débil, o el riesgo elevado del riesgo bajo, pero esto va a cambiar. Creemos que estamos ante el fin de la apuesta por la beta de los fondos indexados y que ha llegado el momento de explotar esta anomalía siendo selectivos y seleccionando valores por sus fundamentales”, dice. La ventaja reside para el equipo de Fidelity que lidera en escoger las empresas adecuadas, en lugar de comprar la media. “resulta esencial seleccionar los valores cuidadosamente”, dice Hartmann.
“El panorama positivo que hemos dibujado antes sienta las bases para que los expertos en selección de valores puedan generar rentabilidades superiores a medio plazo. Si, por ejemplo, miramos dentro de cinco años, en 2020, cuando anualizaremos 12 años de rentabilidades después de la crisis financiera (casi el doble que un ciclo normal), los frutos del favorable entorno actual deberían sentirse en las rentabilidades de los inversores”, explica.
¿Cómo será ese futuro? “Cuando el cambio está en marcha, siempre se presentan infinidad de oportunidades. La verdadera habilidad reside en detectar estas oportunidades para poder disfrutar de las recompensas mañana. Como decíamos al principio, «para cuando las buenas noticias sean evidentes, los mercados habrán recorrido mucha distancia», reitera.