GVC Gaesco Valores apunta a que el retorno a la normalidad seguirá alimentando episodios de volatilidad, aunque estos serán controlados por los bancos centrales. En este contexto, la firma augura rentabilidades medias de hasta un 10% en los mercados para el próximo año.
Concretamente, GVC Gaesco indica que a nivel de valoraciones absolutas hay potencial de crecimiento a medio y a largo plazo de un 20,9% para el Ibex 35, un 16,7% para el Euro Stoxx 50, y un 9,8% para el S&P 500. Todo ello, pese a la aparición de nuevas variantes del COVID-19, pero con una población mundial cada vez más vacunada y con menos mortalidad global.
Estas son las principales conclusiones que se han desprendido del webinar “Estrategia 2022: Mirando más allá de las aguas turbulentas”, en el que el equipo de GVC Gaesco Valores ha expuesto su visión del mercado, la economía y los principales sectores productivos de cara al año próximo. La sesión ha contado con la presentación de Enrique García, CEO del Grupo GVC Gaesco, así como con el análisis del equipo de GVC Gaesco Valores, liderado por el director general de Análisis de GVC Gaesco, Víctor Peiro.
Aguas turbulentas para 2022
Peiro ha advertido de que existen razones para ser cautos con el mercado. En este sentido, ha apuntado que la inflación actual es una consecuencia de los desequilibrios generados durante la pandemia, debido a la fuerte reducción de la producción seguida de la recuperación artificial de la demanda. “No tenemos claro que los consumidores puedan afrontar la fuerte inflación de la energía, la vivienda y muchos otros productos una vez que se haya acabado el ahorro que se generó durante la pandemia”, ha señalado.
Por su parte, Marisa Mazo, subdirectora general de Análisis de GVC Gaesco, ha presentado los principales índices macroeconómicos y ha destacado los principales riesgos para los mercados: el COVID-19, la inflación, los cuellos de botella y el inmobiliario en China. “Estimamos que a partir del primer trimestre de 2022 la inflación empiece a descender para estabilizarse en 2023”, ha explicado Mazo. Y ha añadido que la clave va a ser la negociación salarial y el precio de la energía. Respecto a los cuellos de botella, ha destacado que la rotura de las estructuras muy globalizadas está afectando a la totalidad de sectores, pero, muy concretamente, a la industria. En este sentido, se espera un desatascamiento a partir del segundo semestre del 2022.
Peiro también ha apuntado a una cierta contradicción en la valoración de la bolsa, con los índices cotizando cerca de los máximos en términos de multiplicadores históricos, pero con una reserva de valor en las empresas que ofrece potencial hasta el fair value. En su opinión, se debe volver a los básicos y mirar más allá del corto plazo. En líneas generales, los principales drivers para la inversión de 2022 son empresas con balances fuertes, gastos flexibles y capacidad de fijación de precios.
Las recomendaciones de GVC Gaesco Valores
Asimismo, Peiro ha advertido de que algunos sectores, como el turismo, pueden seguir afectados intermitentemente por las restricciones políticas, pero también por el miedo a quedarse bloqueado en un destino o una escala. Pero es precisamente esta recuperación lenta en turismo lo que hace de este sector atractivo para 2022. También lo es la energía, por los vaivenes sufridos este año, la construcción, la tecnología y el consumo discrecional.
Los expertos del área de análisis del grupo financiero destacan Solaria, Iberdrola y Repsol en el sector energía; IAG y Meliá Hoteles Internacional en turismo; Sacyr, Buzzi y FCC en construcción; Cellnex en tecnología; Inditex, Ebro, FILA y Unilever en consumo; Catalana Occidente y AXA en el sector seguros; Stellantis y Gestamp en automovilismo; Santander y Unicaja en la banca y, finalmente, Telefónica, Orange y TIM en las telecomunicaciones.
El sector consumo, en el ojo del huracán para Navidad
Beatriz Rodríguez, analista del sector consumo en GVC Gaesco Valores, ha explicado que actualmente el sector vive lo que se conoce como la tormenta perfecta: el aumento de los precios de la energía, la subida constante de los precios de las materias primas y el incremento de los costes de transporte, que se sitúa en máximo. La confluencia de todos estos factores desemboca en la inflación en el sector consumo.
La analista apunta que la subida de los precios finales depende, en gran medida, de la capacidad que tengan las compañías para hacerlo. Así, la rentabilidad de numerosas empresas está en riesgo y solo aquellas con un elevado poder de fijación de precios pueden salir airosas, como es el caso de Ebro Foods y Viscofan. Por otro lado, “muchas compañías optan por la reduflación – la mezcla entre reducción e inflación-, manteniendo los precios, pero reduciendo la cantidad del producto. Este fenómeno mantiene el gasto, pero multiplica el precio real, alcanzando en algunos casos un aumento del 16%”, ha explicado.