Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China no parecen enfriarse tras la última jugada de Washington contra el gigante tecnológico chino Huawei. En opinión de Peter Garnry, de Saxo Bank, «la guerra fría en las tecnológicas» no ha hecho más que empezar: “El gobierno chino todavía no ha tomado represalias por las actuaciones contra Huawei, pero la respuesta será seguramente proporcional”, sostiene Garnry.
Como consecuencia, Garnry sostiene que estamos asistiendo a una reconfiguración del comercio mundial tal y como venía funcionando desde la II Guerra Mundial. “La Organización Mundial de Comercio (WTO) se ha visto sometida a presiones por la amenaza de Trump de retirar a Estados Unidos de esta organización a menos que se cambien los términos; Washington también ha bloqueado nombramientos judiciales en el organismo de apelación de la WTO”, apunta.
Según explica Josep Mª Tacias, analista de Rentamarkets, China quiere dejar de ser la fábrica del mundo a bajo coste y la tecnología juega un papel muy importante en la transformación económica que pretende. “El veto de Estados Unidos a Huawei (similar en cuanto a productos a un conglomerado parecido a la suma de Apple, Cisco y Qualcomm) y a 70 de sus filiales puede tener efectos muy negativos en las propias compañías estadounidenses del sector de semiconductores y componentes al ser proveedores de Huawei”, afirma.
Por otro lado, las empresas estadounidenses con una exposición significativa de sus ingresos a China continental y Hong Kong son las que se enfrentan a un mayor riesgo bajista por cualquier escalada adicional en la guerra comercial. Desde Saxo Bank advierte que, en el muy corto plazo, “Apple es un candidato muy probable para una represalia directa desde Beijing a causa del veto del gobierno de EE.UU. a Huawei”. En este sentido, Apple obtiene en torno al 20% de sus ingresos (52 mil millones de USD en el 2018) de esa región, y por tanto tiene mayor exposición nominal que cualquier empresa estadounidenses.
“Aparte de los riesgos bajistas directos para las empresas de Estados Unidos con exposición a China, ciertos sectores como los de semiconductores, automóviles, transportes, acero, químico, aeroespacial, electrónica y textil son los más vulnerables a las perturbaciones en la cadena mundial de distribución. Los inversores deberían comenzar a valorar en qué medida son sensibles sus carteras a las perturbaciones en la cadena mundial de comercialización”, defiende Garnry.
En este contexto, los mercados emergentes han caído casi un 10% en tan solo cuatro semanas y, según las perspectivas de Saxo Bank, esta tendencia podría “empeorar mucho más dado el rumbo que están tomando los titulares sobre el comercio entre Estados Unidos y China”. Como consecuencia, la entidad ha decidido infraponderar los mercados emergentes. “Además, parece que el mercado es poco indulgente con las exposiciones directas e indirectas a China, por lo que la mejor manera de expresar una visión negativa sobre el comercio es a través de acciones de los mercados emergentes, del KRW, el JPY, el petróleo y las acciones y bonos australianos”, concluye Garnry.
“La tecnología tiene una posición dominante en el índice de mercados emergentes. El E-commerce en países emergentes, con la introducción de smartphones Android en 2009, ha crecido el doble que en Estados Unidos, posicionando a Alibaba por encima de Amazon en términos de turnover”, añade Robert L. Horton de Lazard Asset Management.
Frente a esta situación, Saxo Nuestra visión en cuanto a la asignación táctica de activos es infraponderar los mercados emergentes. También parece que el mercado es poco indulgente con las exposiciones directas e indirectas a China, por lo que la mejor manera de expresar una visión negativa sobre el comercio es a través de acciones de los mercados emergentes, del KRW, el JPY, el petróleo y las acciones y bonos australianos.
En cambio, para Hyun Ho Sohn, gestor del fondo tecnológico de Fidelity, se muestra mucho más optimista y defiende que las condiciones actuales del mercado ofrecen una buena oportunidad para reforzar las posiciones en empresas cíclicas con catalizadores estructurales.
“Estamos asistiendo a un crecimiento a largo plazo en la inversión en centros de datos en todo el mundo, impulsada por varios factores: el interés en crear nuevas capacidades tecnológicas por parte de las plataformas (Google, Amazon, etc.), entre las cuales la presión competitiva no deja de aumentar; el uso masivo de datos que realizan las nuevas aplicaciones; y el denominado edge computing, es decir, la necesidad cada vez mayor de construir centros de datos próximos a los usuarios finales debido a los problemas de rendimiento/latencia y el impulso a la soberanía y privacidad de los datos entre las empresas de todo el mundo. Sin embargo, el fuerte crecimiento que experimentó la inversión en centros de datos el año pasado fue superior a la tendencia, lo que significa que podrían pasar algunos trimestres antes de que vuelvan a observarse unos niveles de inversión importantes”, argumenta Sohn.
Además apunta que las empresas expuestas a la tecnología 5G son otra “área prometedora”. Según explica el gestora, está tomando “posiciones en empresas de juegos, que se benefician del aumento de las tasas de adopción entre la población y las oportunidades de monetización que ofrecen las nuevas tecnologías, como los juegos en streaming”.