En esta ocasión, Bill Gross inicia su carta mensual a inversores hablando sobre el medievo. Ese periodo oscuro en el que, según el gurú de Pimco, existía una relación fascinante y surrealista entre lo divino, lo humano e incluso el reino animal. Dios otorga el libre albedrío a Adán y Eva y a todas las criaturas de la creación y así, incluso los animales son responsables de sus actos. ¿Cómo es esto posible? y sobre todo, ¿qué tiene esto que ver con el mercado de bonos?
Gross cuenta cómo, en los años medievales, se “personalizaba” a los animales adjudicándoles pecados humanos como la glotonería, la lujuria, el robo, la mentira… y luego se escenificaban juicios en los que invariablemente los cerditos glotones se quedaban fuera del paraíso como castigo a sus pecados. Para Gross, el mundo actual de las inversiones está lleno de cerditos glotones, gatos que se asustan de su propia sombra y avestruces que esconden la cabeza en el suelo. Además, el capitalismo se define como un mundo cruel en el que “un perro se come a otro perro”, por lo que el símil con el mundo medieval-animal ya está servido.
Volviendo al mercado, Gross cree que los inversores tienen muchas formas de valorar un activo y de pensar en su precio, pero no todos comprenden la importancia del crédito en la formación de ese precio. El crédito puede venir en forma de efectivo, de bonos, préstamos o incluso de real estate, puesto que un inmueble puede hipotecarse. “El precio de los activos depende de la expansión o contracción del crédito, y según evolucione el crédito, evolucionarán los mercados”, apunta Gross. Señalando que es realmente la evolución del crédito la que fija los P/Es, las primas de riesgo, las tasas de interés, etc. Esto, puede ser difícil de entender para muchos inversores, pero aquí es donde entran en juego los “cerditos”, o el crédito –en el ejemplo de Gross, un individuo paga a otro una serie de cerditos a cambio de marihuana-.
Surrealista o no, Gross quiere dejar claro que el precio de las cosas puede ser de 1 o 15, en función de la existencia de “cerditos” o crédito, para pagar las cosas. “Los precios están íntimamente relacionados con la cantidad de crédito disponible. Al igual que los tipos de interés. Si solo hubiera un dólar para prestar y alguien estuviera desesperado por conseguirlo, las tasas de interés alcanzarían niveles de usura. Si hubiera 1 billón de dólares de crédito disponible y no hay demasiado interés por tomar dinero prestado, la tasa de interés se situaría en el 0,1%, es decir, donde está ahora y donde ha estado durante los últimos cinco años en mi cuenta corriente”, explica Gross. La economía actual esta basada en el crédito. Gross apunta a la necesidad de que exista mucho crédito, y que circule a plena velocidad, para que la economía crezca.
¿Cómo está EE.UU. en cuanto a crédito se refiere?
EE.UU. tiene 57 billones de dólares de crédito en circulación, según datos de la Fed. Antes de la caída de Lehman, crecía en torno al 8%-10% anual, pero ahora solo crece en torno al 3%-4%. Según explica Gross, dos puntos porcentuales de este crecimiento vienen generados por el déficit de 1 billón de dólares del Tesoro americano (datos de 2009-2010), pero ahora que el déficit se ha recortado a unos 600.000 millones, el Tesoro como fuente de crecimiento del crédito cobrará menos importancia, y los restantes tomadores de crédito –hogares/empresas/municipios/instituciones financieras-, no han mostrado mucho apetito por aumentar su endeudamiento.
Hasta ahora muchos han considerado este momento de “apretarse el cinturón” como algo positivo pero la realidad es que es muy difícil hacer crecer la economía sin que los agentes privados tomen más dinero prestado.
Así, la recomendación de Pimco para este mes es “cautela”. Los mercados alcistas van acompañados o son resultado de la expansión del crédito. Ante la ralentización en el crecimiento del crédito, debida por un lado al menor déficit del gobierno y por otro, al tapering del QE que reducirá la velocidad de circulación, tanto EE.UU. como otros mercados basados en el crédito podrían encontrarse con que su crecimiento futuro no es tan robusto como vaticina el FMI. Es posible que el murmullo presente en Davos sobre “deflación” sea reflejo de esta realidad. En este escenario, los activos de deuda de alta calidad saldrán ganando sobre los más arriesgados.
Y para terminar, una advertencia directa del gurú de Pimco: “No sea usted un cerdito: los días de hacerse rico rápidamente se han terminado y los de hacerse rico despacio, puede que también. Moraleja muy medieval”.
A lo que añade: “Quédese con Pimco: créanme cuando les digo que estamos mejor ahora de lo que estábamos antes. Nos tomamos el reto de ser gestores de activos como algo sagrado”.