En su última columna en el blog de Janus Capital, Bill Gross, ex CIO de Pimco, compara la realidad de los mercados financieros con el famosos juego del Monopoly y acusa a los bancos centrales de que sea más práctico guardar el dinero en la caja que invertirlo. Ahora mismo, los retornos posibles obedecen a una regla con la que cualquier inversor arrugaría la nariz: mucho riesgo ofrece poco retorno.
“Mi madre me enseñó a jugar al Monopoly y en los últimos 40 años, el mercado me ha enseñado cómo jugar al otro Monopoly, el de la economía financiera. Los mercados financieros y nuestra economía basada en las finanzas son bastantes similares al juego en lo que respecta a las reglas y las estrategias que hacen falta para ganar”, cree Gross. El banquero del Monopoly –la Fed en la vida real- reparte dinero al principio del juego entre los participantes y continúa creando más y más crédito conforme avanza el ciclo. El cash en el Monopoly no es un crédito y el jugador no puede pedir prestado, en esto sí difiere el juego de la realidad, pero la obtención de dinero líquido por parte del jugador es similar a la forma en la que la Reserva Federal crea dinero de la nada para hacer más líquido el sistema financiero actual e impulsar el crecimiento en la economía real.
Los buenos jugadores, continúa el ex de Pimco, saben que es crucial moverse rápido en el tablero, haciendo adquisiciones y desarrollando las propiedades para construir hoteles. Lo mejor es tener tres hoteles en cada propiedad y desde luego, como todo profesional del Monopoly sabe, lo importante no es si compramos Boardwalk o Park Place, lo importante es si son casillas naranjas o rojas. “Lo mismo que en los mercados reales, diría yo”.
Para el experto de Junus, lo que decanta la balanza es qué empresas y qué inversiones sobreponderar y qué la cantidad de crédito usar. Eso son para él los factores clave. Pero guardar una amplia cantidad de dinero es importante, por si hubiera que comprar propiedades de otros jugadores. Es necesario tener liquidez también para pagar el alquiler o el servicio de la deuda, de lo contrario se verá obligado a vender activos a un precio con descuento, lo que le dejaría fuera de juego rápidamente. “Esto me recuerda a Lehman Brothers y sus secuelas”, explica. Cuando empieza la partida de Monopoly, la propiedad es el rey, pero conforme el juego avanza, el efectivo se convierte en el factor principal y quienes no tienen dinero en efectivo o la capacidad de conseguirlo, al final quiebran.
Llegados a este punto, Bill Gross cree que desde 2008 las reglas de la economía basada en las finanzas parecen haber cambiado sustancialmente. Quizás Parker Brothers –dice en referencia a Lehman- pueda volver con una versión mejorada de sí mismo que incorpore la nueva metodología de los bancos centrales de usar los QE, la compra directa o la garantía ocasional de activos privados y públicos para que el juego continúe. “Es como si el banco del Monopoly, que tiene una cantidad limitada de billetes de 5, de 10 y de 20 dólares en cada partida, dispusiera virtualmente de miles de millones más para asegurar que los jugadores son solventes, con la esperanza de que alguno de ellos vuelva a la economía real”, critica.
Con los tipos de interés cercanos a cero y los bancos y otros intermediarios financieros sentados en millones de dólares, euros y yenes, ¿porqué no lo prestan a la economía privada, con la esperanza de obtener un mayor retorno de su capital? Parece de sentido común, no?, se pregunta. “En realidad no”.
“Para ser justos, en algunos casos y en países concretos deberían hacerlo. Pero en Estados Unidos, los préstamos bancarios aumentan un 8% anual y nuestra economía parece estar creciendo a una tasa real y nominal del 3% con una inflación del 0%. Aun así, pese a que EE.UU. crece a un ritmo aceptable, por ahora, su recuperación en los últimos 5 años ha sido anémica en comparación con la línea histórica, y a otras economías desarrolladas les va mucho peor. Muchas parecen estar a punto de enfrentarse a otra recesión incluso con tipos de interés al 0% o, por increíble que parezca, tasas negativas. La rentabilidad de los bonos alemanes y suizos a 5 años cuestan dinero a los inversores, algo que es, cuando menos, surrealista. Antes de 2008, los economistas y los historiadores no hubieran creído que algo así podría ocurrir, pero ahora los países soberanos y sus respectivos bancos centrales luchan entre sí en una carrera por bajar los tipos de interés – donde quiera que sea – y el valor de las divisas. Los banqueros centrales afirman que no están haciendo esto y no se les puede acusar de mentir, pero sí de distorsionar la realidad”, escribe en su análisis mensual.
En este contexto, dice Gross, la rentabilidad de las inversiones reales – ROI’s y ROE’s – son tan bajas que el riesgo de iniciar un nuevo proyecto o de desarrollar el complejo hotelero de nuestra partida de Monopoly ofrece poco por demasiado riesgo. Así que como sucede en el juego, parece mejor opción mantener guardado el cash o utilizarlo en la recompra de acciones.
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