La mejora del estado de las finanzas públicas va a dar al ministro de Finanzas británico, George Osborne, cierto viento favorable de cara a la presentación, el próximo 8 de julio, de los presupuestos generales, creen los expertos de Investec.
El endeudamiento neto del sector público en mayo, excluyendo el coste de los rescates bancarios, ascendió a los 10.100 millones de libras, es decir, 2.200 millones menos que el mismo mes del año anterior. Ha bajado el gasto de inversión del gobierno, pero al mismo tiempo han subido la recaudación del IVA y se ha ingresado más en concepto de multas a los bancos. Todo esto ha ayudado a mejorar las previsiones fiscales.
Espacio para maniobrar
El 8 de julio será testigo del primer presupuesto conservador de verdad de Osborne, ahora que el Ejecutivo no gobierna en coalición, y esa mejora del endeudamiento neto del sector público amplía su espacio para maniobrar, estima la gestora Investec. La justificación para poner en marcha un segundo presupuesto este año es la de empezar a implementar las políticas con las que el partido de Cameron ganó las elecciones generales.
Al anunciar este nuevo presupuesto antes de verano, Osborne dijo: «No voy a esperar a cumplir las promesas hechas a los trabajadores. Este presupuesto da continuidad al objetivo de hacer frente a nuestras deudas de una forma equilibrada”.
Recortes en gasto social
El Gobierno conservador se comprometió a recortar 12.000 millones de libras al año en el gasto social, pero aún no está claro cómo va a lograrlo. La promesa social más conocida es la de reducir los ingresos máximos por hogar que dan derecho a prestaciones sociales de 26.000 a 23.000 libras al año. Pero un grupo de expertos independientes del Instituto de Estudios Fiscales (IFS) señaló que como en total menos de 100.000 familias se verían afectados, esta política reduce el gasto tan solo en 100 millones de libras».
Del mismo modo, la promesa de eliminar el subsidio de vivienda a jóvenes entre 18 y 21 años ahorraría, de nuevo, sólo 100 millones, dijo el IFS. En general, los ciudadanos todavía no saben cómo se recortarán 10.500 millones de libras al año, estiman los portfolio managers de la firma.
Promesas de la campaña electoral
Respecto al otro lado de la ecuación -el gasto- los críticos sugieren que el ministro de Finanzas necesita este segundo presupuesto para conseguir el dinero que pague los compromisos hechos durante la campaña electoral y que incluyen la congelación de las tarifas de los trenes de cercanías, subsidios para la compra de vivienda y para el cuidado de los niños si sus padres trabajan.
Centrarse enla productividad
En este sentido, Osborne recalcó que habrá que hacer que “la economía sea más productiva para poder aumentar los niveles de vida en todo el país”.
La evolución de la productividad de Gran Bretaña ha sido mala en los últimos años y la producción por hora, según las últimas cifras, es en realidad un poco más baja de lo que era en 2007. Pero algunos temen que la baja productividad sea el precio a pagar por los niveles récord de empleo.
En cualquiera de los casos, Osborne se enfrenta a medio plazo a desafíos titánicos. El más inminente, el de poner en marcha el nuevo presupuesto.