Ya nadie habla del desacoplamiento de la economía mundial, ‘decoupling’ en su término inglés. Es una de esas palabras del vocabulario asociadas con 2008 y la esperanza de que los fundamentos de los mercados emergentes podrían mantener al margen a estas economías de lo que resultó ser la mayor recesión desde la Gran Depresión.
Por supuesto, esa esperanza no estaba fuera de lugar del todo, explica Alex Johnson, responsable de renta fija de retorno absoluto en el blog de BNP Paribas IP. Mientras que durante la gran crisis financiera en 2008 -2009 el PIB de China se redujo casi la mitad, y la renta variable avanzaba con tono sombrío, hubo un fuerte repunte respaldado por las enormes políticas de estímulo fiscal.
“Ahora podríamos estar asistiendo a la línea inversa, vista la evolución del índice Compuesto de la Bolsa de Shanghái. Algunos comentaristas han sugerido que esto no es realmente importante. El gráfico ilustra la lógica de su pensamiento: hasta el 27 de julio, el índice subía un 15,18% y en un año, la principal bolsa del gigante asiático acumula un 75% de revalorización”, apunta el experto de la firma.
Para Johnson, hay un grado de mérito en este argumento y recuerda que el Shanghái Composite nunca ha sido un referente de la economía china como lo pudiera ser el S&P 500 para Estados Unidos porque no exhibe ninguna correlación significativa con el PIB, y no ha sido un vehículo significativo para planificar de la jubilación. Además, el mercado de acciones no puede considerarse de fácil acceso para los inversores extranjeros, y los movimientos de los precios son impulsados casi en su totalidad por los flujos internos, lo que limita el contagio.
“Desafortunadamente, existen graves deficiencias en este punto de vista. En primer lugar, la composición de la base de inversores que entran en la bolsa china ha cambiado este mismo año: cada vez hay más presencia de pequeños inversores minoristas que han sufrido grandes pérdidas. Muchos de estos inversores culpan al gobierno central, al que han acusado de alentarlos a invertir en el primer lugar”. Por desgracia, recuerda el experto en renta fija, hay algo de verdad en esto. Y para ilustrarlo cita un ejemplo sacado de Bloomberg. Durante el mes de septiembre de 2014, la agencia estatal de noticia Xinhua publicó ocho artículos defendiendo las inversiones en renta variable del país.
Las autoridades chinas ya han reconocido esto y para amortiguar el golpe han puesto en práctica controles y han comenzado a comprar acciones descaradamente. El historial de los controles de este tipo es poco edificante, pero hay cuestiones más amplias también. El gobierno chino mantiene que su legitimidad para hacer esto es la mejora de los niveles de vida y la buena custodia de la economía, y la sugerencia de que hay acontecimientos que escapan a su control podría ser perjudicial y conducir a resultados impredecibles. También hay un efecto riqueza, ya que se espera reducción en el consumo acorde con las pérdidas en bolsa.
Ya podemos sentir algunos de los efectos de la montaña rusa que ha supuesto la renta variable china en el último mes. Aunque ha recuperado el nivel de los 50 dólares por barril, hasta hace unos días el petróleo cotizaba ennuevos mínimos de menos de 48 dólares. Aunque parte de este efecto está relacionado con el levantamiento de las sanciones a Irán, otras materias primas están reaccionando de manera similar. Esto presiona las economías de muchos emergentes exportadores de materias primas y algunos mercados no tan emergentes como Australia y Canadá, así como a sus divisas, afirma Johnson.
Sin embargo, en Europa y en EE.UU., el panorama parece diferente. Alemania publicó su encuesta mensual Ifo. El dato batió las expectativas pero es que además la bolsa alemana acumula una subida del 13% en lo que va de año. En el caso de Francia, el Cac-40 ha ganado casi un 16% en el mismo periodo, y la bolsa española, el Ibex-35, suma ya un avance del 21%. “Ahora que el problema de Grecia ha quedado atrás, al menos temporalmente, la eurozona ha desafiado todos los pronósticos sombríos del año pasado”, cree el gestor de BNP Paribas IP.
El panorama en Estados Unidos es menos positivo. La temporada de resultados en particular, no ha seguido el paso de los trimestres anteriores. Los datos son, en general, fuertes, pero sigue sin haber una evidencia de que los salarios hayan crecido. Además, una filtración de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) celebrado el 17 de junio demostró que los funcionarios del organismo tiene ahora menores expectativas del ritmo de subida de los tipos de interés de fondos federales que la propia Comisión. “En definitiva, esto puede limitar las probabilidades de un alza de tipos en septiembre. Los acontecimientos en China no están ayudando tampoco”, concluye.