A pesar de que el mercado de renta fija es el más desafiante de las últimas décadas, BlackRock prevé que los activos gestionados por ETFs de renta fija a nivel global se tripliquen hasta alcanzar los 5 billones de dólares en 2030. Según la gestora, la extrema volatilidad del mercado en los primeros días de la pandemia reforzó la versatilidad de los ETFs de bonos. Y, como resultado, en los últimos dos años más gestores de patrimonio han puesto los ETFs de bonos en el centro de sus carteras y la adopción institucional de los ETFs de bonos se ha ampliado y profundizado.
“Los ETFs de bonos han revolucionado la inversión en renta fija, ya que proporcionan un acceso instantáneo a precios transparentes a cientos de exposiciones del mercado de bonos de forma accesible para todos los inversores. Los ETFs de bonos han crecido demostrando ser herramientas de inversión útiles y resilientes durante diferentes condiciones de mercado, incluyendo tipos de interés cercanos a cero, tensiones de mercado relacionadas con pandemias y presiones inflacionistas. Los ETFs de bonos han superado muchas pruebas y se han convertido en el catalizador de un mercado de bonos más moderno, más digital y más transparente”, afirma Salim Ramji, responsable global de Inversiones en ETFs e Índices de BlackRock.
La gestora destaca que fue una de las firmas pioneras en el mercado de ETFs de bonos hace ya 20 años, y lo que empezó con cuatro productos ha crecido un 23% anualmente hasta convertirse en un sector de 1,7 billones de dólares con más de 1.400 productos.
En el caso de BlackRock, a pesar de este crecimiento, los ETFs de renta fija sólo representan el 2% de la clase de activos de renta fija de 124 billones de dólares.
“El sector global de ETFs de bonos está creciendo más rápido de lo que esperábamos, impulsado por las tendencias de adopción autorreforzadas y duraderas de nuestros clientes durante la era de la pandemia. Creemos que la próxima ola de crecimiento no ha hecho más que empezar. Aunque gran parte de este crecimiento provendrá de una mayor adopción de los productos existentes, estamos entusiasmados con las innovaciones que incorporan una gestión más activa, que creemos que se quintuplicará hasta alcanzar un billón de dólares en activos para 2030”, señala Carolyn Weinberg, reponsable gobal de Producto de ETFs e Inversiones en Índices en BlackRock.
Según el último informe de BlackRock, titulado All systems go, hay cuatro tendencias clave que ayudarán a impulsar una mayor adopción de los ETFs de bonos. En particular, el documento profundiza sobre las tendencias dentro de la dinámica de la negociación, los patrones de uso de los ETFs, la evolución de la estructura del mercado y las estrategias de implementación de nuevos conceptos de inversión.
Una de sus primeras conclusiones es que hay una nueva visión sobre el papel de estos vehículos en la cartera. Según indica, la cuota de mercado de los ETFs de bonos en el sector de los fondos es del 24%, frente al 14% de hace cinco años, ya que cada vez más inversores combinan los ETFs de bonos con estrategias activas, pasando de un tipo de exposición a la renta fija a otro, reformulando en el proceso la tradicional cartera 60/40 y la construcción de bonos.
En segundo lugar, explica que se han convertido en una herramienta para buscar rendimientos atractivos. En su experiencia, los clientes institucionales -desde los fondos de pensiones hasta los gestores activos- se encuentran entre los que más rápido están adoptando los ETFs de bonos para adaptar sus carteras a las cambiantes condiciones del mercado, fijar el precio de los bonos individuales y de las carteras, reducir los costes de las transacciones, gestionar la liquidez y cubrir el riesgo.
“Otros vientos de cola proceden de los recientes cambios normativos en EE.UU., que sitúan a los ETFs de bonos en condiciones más equitativas con los bonos individuales y permiten a las aseguradoras estadounidenses utilizar los ETFs con mayor libertad. 8 de las 10 mayores aseguradoras estadounidenses utilizan ETFs de bonos, y cinco de ellas empezaron a utilizarlos después de los volátiles mercados de marzo de 2020”, señala el documento en sus conclusiones.
Otro aspecto que se pone de relevancia es que estos ETFs son “fuentes de rentabilidad potencial cada vez más precisas”. En este sentido explica que el número de ETFs de bonos disponibles para negociar se ha duplicado desde 2015, con el sector ampliando las opciones de los inversores, desde el seguimiento de amplios segmentos del mercado hasta la oferta de exposiciones más específicas por región, riesgo crediticio o vencimiento, pasando por estrategias avanzadas que incorporan una gestión activa.
“Los inversores están aplicando estas estrategias junto con los ETFs de bonos tradicionales, los bonos individuales y otros instrumentos de renta fija, y BlackRock cree que esta próxima generación de ETFs de bonos más activos puede alcanzar un billón de dólares en activos bajo gestión para 2030, frente a los 200.000 millones de dólares actuales”, indican.
Por último, afirman que estos vehículos se han convertido en catalizadores de la modernización de los mercados de bonos. “Los cambios en la estructura del mercado en el marco de la crisis financiera mundial de 2008-2009 impulsaron la primera oleada de adopción de ETFs de bonos. Desde entonces, el crecimiento de los ETFs de bonos y su ecosistema ha contribuido a impulsar los avances en la negociación electrónica y la fijación de precios algorítmica de los bonos individuales, mejorando la transparencia y la liquidez en los mercados de bonos subyacentes”, destacan.
Un dato que ayuda a contextualizar este argumento es que los volúmenes de negociación electrónica de los bonos estadounidenses con grado de inversión a finales de marzo de 2022 representaban el 36% del total de los volúmenes negociados de esos bonos, frente al 21% de principios de 2019. Mientras tanto, los volúmenes de negociación electrónica de bonos corporativos europeos crecieron un 61% entre 2017 y 2020, “lo que refleja las necesidades de las instituciones más pequeñas, como los gestores de activos y los gestores de patrimonio, de buscar medios alternativos de acceso al mercado de renta fija”, matizan.