La contundente victoria de Angela Merkel en las elecciones del pasado domingo en Alemania supone, para los analistas, el beneplácito a las políticas que ha acometido en los últimos años. “Los alemanes premian una forma de hacer política. Externamente, la canciller ha guiado la marcha de los asuntos europeos y ha actuado como la gran líder de la crisis. Internamente, ha preservado los intereses de los ahorradores alemanes, logrando que los problemas externos no les pasen factura, lo cual le ha granjeado respeto”, interpreta Juan Luis García Alejo, director general de Inversis Gestión.
Pero los resultados obtenidos le obligarán a buscar socios de gobierno. Su partido, Unión Demócrata Cristiana, junto a sus aliados de la CSU (Unión Socialcristiana de Baviera), ha conseguido un 41,5% de los votos, insuficientes para tener la mayoría absoluta, y sus últimos socios de gobierno, los liberales del FDP, se han quedado por debajo del 5% de los votos necesarios para tener representación en el parlamento (por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial), lo que quiere decir que esa coalición no se repetirá. Merkel debe buscar nuevos socios, en los socialdemócratas, que tienen el 25,7% de los votos, o en los Verdes, con algo más del 8%. Para los analistas, se abre en este punto un capítulo de incertidumbre que para unos durará meses (“podría durar meses más que semanas”, explica Holger Fahrinkrug, economista de Meriten, parte de BNY Mellon) y para otros mucho menos (“la política pactista es algo habitual en la política alemana, la experiencia nos muestra que estas negociaciones se resuelven entre dos y seis semanas de plazo”, según García Alejo). Dure lo que dure, todos coinciden en que debería cerrarse con una coalición liderada por Merkel, a menos que las negociaciones fracasen y se abra la posibilidad de una alianza de izquierdas (entre los socialdemócratas, los Verdes y La Izquierda –Die Linke-) vista como altamente improbable.
Así las cosas, analistas y gestores vislumbran un escenario con Merkel dominando la ruta política alemana y repitiendo como canciller. “El SPD aún tiene la opción de unirse con los Verdes y La Izquierda para formar mayoría parlamentaria. Aunque es poco probable dadas las diferencias entre socialdemócratas y estos últimos, esta situación coloca al SPD en una posición fuerte a la hora de negociar con Merkel”, explica Fahrinkrug, pues el consenso da por buena una gran coalición que repetiría lo ocurrido de 2005 a 2009. “Dicha alianza supondrá concesiones por ambas partes”, dice. Para Christian von Engelbrechten, gestor del fondo de renta variable alemana de Fidelity Worldwide Investment,“cualquiera de las dos combinaciones –con socialdemócratas o Verdes- significaría una continuación de las actuales políticas pero con un ligero giro a la izquierda”.
Giro con más implicaciones en política interna que europea
Un giro que no tendría demasiadas implicaciones en la política europea. Aunque el SPD tiene una postura “más suave” en ese sentido y apuesta por una unión fiscal, en Meriten consideran que las dos partes harán concesiones y que Merkel retendrá el poder en términos de política exterior y con respecto a la eurozona, mientras los socialdemócratas se focalizarán en aspectos más internos y sociales, como las políticas laborales o los impuestos. Desde Fidelity coinciden en que los verdaderos cambios podrían llegar en la política interna: von Engelbrechten señala el riesgo de elevar moderadamente los impuestos sobre ingresos personales netos, incluyendo un incremento potencial de los impuestos sobre ganancias de capital.
“Merkel cree que si el euro fracasa entonces Europa fracasará, lo que resume toda su política europea”, dice Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de Asinver. “La victoria de Merkel significa más Europa, esto es avanzar hacia una mayor centralización de las políticas económicas, impuestos, presupuestos y sistemas de seguridad social. Sin embargo, el modelo de Merkel no es un Estados Unidos de Europa basado en más burocracia de Bruselas; Merkel prefiere optar por la coordinación de las políticas de los estados miembros mediante una organización paralela en la que el Consejo de la Unión y su presidente pasan a ejercer de supervisores de la aplicación de las políticas y de los tratados. Merkel sale reforzada de estas elecciones para impulsar esta concepción de Europa”, añade. Para el experto, con su elección se retomarála agenda de reformas europea, que ha estado meses parada como consecuencia de estas elecciones. “Se retomará el modo de plantear el próximo rescate a Grecia, que ha sido tema tabú durante el periodo preelectoral. Nuevamente se retomará la cuestión de la unión bancaria, de especial interés para España”, explica.
Retomar la agenda de las reformas ¿con más o menos mano dura?
Con respecto a la periferia, el experto cree que también desaparecerá “la condescendencia de la que hemos disfrutado hasta ahora respecto del incumplimiento de los objetivos de déficit y el retraso en la aplicación de las reformas pactadas con Europa”y cree queen España se acelerarán las reformas y las exigencias de cumplimiento presupuestario. “El resultado de las elecciones en Alemania representa una mayor presión sobre los países periféricos para el cumplimiento de los compromisos adquiridos y menos flexibilidad”, explica.
Según Fidelity, el camino continuará por la senda de las reformas y las políticas de ahorro pero al contrario que Flores defienden que Merkel podría reducir un poco la presión sobre los países periféricos en caso de una gran coalición, pues el SPD está a favor de la mutualización de la deuda. En este sentido coinciden con Inversis en la flexibilidad de Alemania: García Alejo no cree que la reelección sea una mala noticia para los países periféricos. “Merkel ha demostrado que es estricta pero también pragmática. Se ha mostrado como una convencida de que de la crisis se sale con reformas intensas y persistentes, pero todos han flexibilizado sus posturas en el último año. La exigencia de políticas reformistas siempre tiene coste, pero no hay motivo para pensar que en los próximos meses veremos una política muy diferente de la vista hasta ahora de cara a Europa”.
Positivo para los mercados
Aunque los mercados no han reaccionado a un resultado que ya vaticinaban, gestores y analistas hablan de la posibilidad de ver algo de incertidumbre hasta que se cierre la formación del Gobierno alemán, pero no una volatilidad excesiva, y en general son positivos. “Cabe esperar en cualquier caso un tercer mandato de Merkel sin prácticamente oposición y con un gobierno muy estable, que es el escenario preferido por los inversores y por el mercado”, dicen en Asinver, donde dibujan un escenario claramente favorable para el euro (“en unas semanas deberíamos ver al euro en 1,38 frente al dólar”) y muy positivo también para la renta variable y bolsas europeas. “Es posible pensar en volver a ver el Eurostoxx aproximarse a los 3.000 puntos antes de fin de año”.
“Mantenemos nuestra recomendación positiva para la bolsa, con la advertencia de que los retornos tienen que tomarse un respiro. A largo plazo, los resultados empresariales pueden seguir dando impulso a Europa”, dicen en Inversis, matizando que la victoria del CSU puede afectar puntualmente a algún sector o compañía, como el sector eléctrico, sometido a crecientes presiones, o al ámbito de la tasa sobre las transacciones financieras. Desde Fidelity ven también posible sufrimiento en las utilities, si hubiera un ministro de la energía de izquierdas, así como impuestos más altos. “Para la mayoría de empresas alemanas, la victoria de Merkel significa que el entorno estable y fiable en el que desarrollan sus negocios continuará. La Alemania corporativa seguirá incrementando sus ingresos y repartiendo dividendos atractivos apoyados en fuertes balances, lo cual aún no está enteramente reflejado en las valoraciones”, apostilla von Engelbrechten.
Entre los riesgos principales, Fahrinkrug habla de que no se logre un acuerdo de gran coalición y de que el SPD forme un gobierno de izquierdas, pero no es su escenario principal.”Una gran coalición ha funcionado antes y no hay razón para pensar que no tenga éxito una vez más. Esa solución sería positiva para los mercados financieros”, afirma también.