Los grandes déficits primarios y los mayores costos del servicio de intereses harán que la carga de la deuda soberana de Estados Unidos siga aumentando después de las elecciones de noviembre, independientemente de quién gane, dice Fitch Ratings.
«Un gobierno posiblemente dividido seguiría complicando la formulación de políticas y creemos que actualmente hay poco apetito político para abordar desafíos fiscales importantes. Las tendencias en la dinámica y la gobernanza de la deuda pública seguirán dando forma a la trayectoria de la calificación soberana de Estados Unidos», señala la calificadora.
Las cuestiones fiscales se centrarán en las primeras etapas de la próxima administración. «Creemos que es probable que las asignaciones del año fiscal 2025 sigan sin resolverse hasta principios de 2025 y que la suspensión del techo de deuda finalice a finales de año. La composición del nuevo Congreso podría ser crucial para determinar con qué rapidez y facilidad se resuelven estos problemas», dice Fitch.
La historia muestra que habrá presión para extender los recortes de impuestos independientemente de quién gane las elecciones. Por ello, el escenario de Fitch es que la mayoría de los recortes impositivos de 2017 que expiran a fines de 2025 se prorrogan. Ninguno de los candidatos presidenciales ha abogado por una reforma significativa de las prestaciones sociales, incluso cuando se espera que los fondos de seguridad social y Medicare se agoten para 2033 y 2036, respectivamente.
Fitch espera un crecimiento del PIB nominal a mediano plazo cercano al 3,7%, superando las tasas de interés efectivas nominales promedio (3,4%). Pero los elevados déficits primarios significan que esto no estabilizaría la deuda del gobierno general. Si bien los crecientes niveles de deuda pública son una sensibilidad clave para la calificación en los próximos cinco años, las actuales fortalezas compensatorias significan que la calificación de Estados Unidos tiene más tolerancia para absorber una creciente relación deuda-PIB que otros soberanos de categoría ‘AA’.
La flexibilidad financiera es una enorme fortaleza para el perfil crediticio de Estados Unidos: «Creemos que no hay alternativas claras al dólar estadounidense como principal moneda de reserva del mundo en el futuro previsible, aunque las tensiones comerciales globales y el mayor uso de aranceles o sanciones podrían socavar su papel con el tiempo, al igual que el surgimiento de preocupaciones entre los inversores extranjeros sobre sostenibilidad de la deuda pública. Estas preocupaciones podrían surgir más rápidamente, por ejemplo, si se incumpliera la fecha x (cuando los saldos de efectivo del Tesoro alcanzan un nivel mínimo y se agotan las medidas de financiación extraordinarias) debido a una política arriesgada sobre el límite de deuda», aseguran los analistas de Fitch.
‘Lo que los inversores quieren saber: perspectivas postelectorales para las calificaciones soberanas de EE. UU.’ está disponible en www.fitchratings.com.