¿Se mantendrá el excepcionalismo estadounidense en 2025? Según Jeffrey Schulze, director de estrategia de mercado y económica de ClearBridge (Franklin Templeton), existen hasta cinco argumentos a favor de este escenario: la fortaleza del consumo americano, el boom de la IA, el crecimiento de la productividad, una política monetaria posiblemente más laxa y el apoyo del lado del gobierno con nuevas medidas fiscales. Por estos motivos, desde la firma asignan tan solo un 15% de probabilidad de que la economía estadounidense entre en recesión este año: “La economía estadounidense funciona a toda máquina, y creemos que así seguirá en 2025”, declara Schulze. Su previsión, más optimista que la del consenso, apunta a un crecimiento del PIB real estadounidense por encima del 2,5% para 2025.
El consumidor estadounidense sigue sacando músculo
“El consumidor estadounidense ha sido un componente clave de la fortaleza a lo largo de este ciclo y contribuidor clave de cómo la economía ha seguido desafiando a las expectativas de menor crecimiento del consenso”, afirma el experto. Constata que el consumo ha seguido alimentado por la fortaleza de los balances empresariales y del mercado laboral, con mejoras salariales, pero también por el fuerte desapalancamiento experimentado por las familias en los últimos 16 años: del 135% de 2008 ha pasado al 94% actual. Según Schulze, la riqueza de las familias estadounidenses se sitúa actualmente en alrededor de 49 billones de dólares.
La particularidad del mercado hipotecario estadounidense también ha tenido su influencia sobre la fortaleza del consumidor; hoy en día, el 90% de los estadounidenses tienen una hipoteca a tasa fija a 15 o 30 años, frente al 50% de 2007. Esto explica que, pese a que las tasas hipotecarias se han más que duplicado en los dos últimos años, la tasa de interés efectiva de toda la deuda hipotecaria viva se ha incrementado tan solo del 3,2% al 3,9%.
Como el pago de la hipoteca supone el 70% de todo el presupuesto que se destina a consumo, Schulze concluye: “No solo el consumidor es hoy menos sensible a las tasas de interés, sino que además la economía estadounidense no ha respondido de la manera en que se podría esperar al haber subido la Fed las tasas de interés por encima del 5%”. “Pensamos que el consumidor, que ha sido la mano de obra de esta economía, seguirá siéndolo en los próximos 12 meses”, concluye.
La inversión en IA solo acaba de empezar
La segunda razón para sostener la tesis del excepcionalismo es la tremenda cantidad de inversiones en IA que se está anticipando; tan solo entre las Siete Magníficas se espera una inversión de más de 250.000 millones de dólares este año.
Schulze destaca que en EE.UU. ya se han construido cerca de 5.400 centros de datos, 2.000 más que en los diez países siguientes por inversión en conjunto. “Así que es probable que la IA se encuentre en sus primeras etapas, lo que debería seguir proporcionando un auge a la economía estadounidense en los próximos años”, afirma.
El retorno de la productividad
El tercer elemento a tener en cuenta ha sido el incremento de la productividad en EE.UU. hasta niveles inéditos desde antes de 2010. La visión del experto es que la productividad ha aumentado gracias a una mejor redistribución y asignación de puestos de trabajo entre la masa laboral. “Si conseguimos un auge de la productividad que se acerque a lo que se vio a finales de los 90 y principios de los 2000 con la revolución de Internet, esto es algo que puede mantener elevado el crecimiento de EE.UU. a medida que avanzamos hacia la segunda mitad de la década”, resume.
Políticas favorables
El gasto público y una política monetaria más acomodaticia son las otras dos patas que sostienen la tesis del excepcionalismo para Franklin Templeton. Aunque desde la firma no esperan que los estímulos fiscales sean tan agresivos como los de años anteriores, sí deberían seguir siendo un apoyo clave en 2025, “especialmente cuando tengamos más visibilidad sobre los planes fiscales de la nueva administración, en algún momento del segundo semestre”.
En cuanto al rumbo de la Reserva Federal, Schulze aclara que el contexto económico – con el PIB creciendo a tasas en torno al 3% en los dos últimos trimestres- transmite un mensaje de estabilidad, algo que considera clave porque, según la evidencia histórica, la economía tiende a tocar suelo unos seis meses después del primer recorte de tasas y empieza a acelerarse entre 12 y 18 meses tras esa primera bajada: “Al haber recortado tasas la Fed por primera vez en septiembre del año pasado, eso sugeriría que la economía empezará a fortalecerse en el segundo trimestre y hasta el final de 2025”.
¿Seguirá subiendo la bolsa estadounidense?
Schulze anticipa que 2025 será otro año de retornos positivos, aunque advierte que habrá volatilidad por el camino. Aunque, el experto menciona indicadores como la Encuesta de Confianza del Consumidor que hace The Conference Board (en niveles inéditos desde finales de los 80), las últimas lecturas del IPC o a unos signos iniciales de que los datos del mercado laboral podrían “empezar a cambiar”, considera que el catalizador más probable del comportamiento de la bolsa será la mayor visibilidad sobre las políticas arancelarias de la nueva Administración, antes de recoger el impacto de otras propuestas como rebajas de impuestos o mayor desregulación. “Vamos a empezar a ver los vientos en contra de la nueva Administración antes de llegar a ver los beneficios de los vientos de cola”, resume.
Finalmente, el representante de Clearbridge afirma que la concentración actual del mercado estadounidense (con los valores del top 10 del S&P 500 acaparando entre el 25% y el 30% de la ponderación) favorece el posicionamiento en la versión equiponderada del índice, pues según la evidencia histórica éste podría batir en rentabilidad al índice por capitalización en los cinco años siguientes.
Schulze anticipa una rotación por estilos, de grandes valores a otros de menor tamaño y del growth al value, fundamentalmente por dos causas: la expectativa de que las grandes empresas multinacionales estadounidenses sufran consecuencias si el país vuelve a embarcarse en nuevas guerras comerciales, y por las mejores perspectivas de beneficios que manejan las empresas de menor tamaño (se prevé un crecimiento de beneficios del 23% para el Russell 2000 en 2025). Así, desde Franklin Templeton recomiendan añadir más valores estadounidenses de pequeña y mediana capitalización e incorporar un mayor sesgo value a las carteras. “Cuando el value ha estado tan barato como ahora en comparación con el growth, ha tenido muy buena racha a cinco años vista”, concluye.
Puede obtener exposición a renta variable estadounidense de pequeña capitalización y de valor a través del Franklin US Small Cap Multifactor ETF (Ticker FLQS) y el Putnam Focused Value ETF (Ticker PVAL). Más información en franklintempletonoffshore.com