El comportamiento de los mercados suele ser un buen predictor de los resultados de las elecciones en Estados Unidos, pero, en un año sin precedentes, sus señales aún son contradictorias. Con los comicios a la vuelta de la esquina, expertos convocados por Franklin Templeton analizaron en un webinario los sectores a los que deben prestar atención los inversores por los riesgos y oportunidades que plantean en el escenario de volatilidad actual, como son la energía, la sanidad y las finanzas municipales.
Al abordar los datos históricos, Jeffrey Schulze, investment strategist de ClearBridge y moderador del evento, mostró que los mercados han predicho cada elección desde 1994 y han acertado el 86% de las veces desde 1936. Sin embargo, actualmente las señales no son claras. “Lo que sí sabemos es que, pase lo que pase, vamos a experimentar una mayor volatilidad”, destacó.
Por su parte, Julien Scholnick, gestor de Western Asset Management, hizo hincapié en que el mercado parece estar valorando estímulos fiscales, ya que la expectativa es que se incrementarán gane quien gane. Sí es cierto que, si Joe Biden se hace con la presidencia y, sobre todo, si se produce un barrido demócrata en el Congreso, será muy superior. En este caso, también hay que tener en cuenta las fuerzas contrarias que se producirían hacia ese impulso fiscal, como son el incremento de impuestos a las grandes empresas y una mayor regulación.
“Pero incrementar los impuestos no es una prioridad para Biden. Creemos que vendrá más tarde, ya que la economía todavía se está recuperando”, aseguró. A su juicio, ese estímulo fiscal que va a llegar “sí o sí” será un catalizador a corto plazo para un mayor crecimiento de los sectores cíclicos durante la potencial recuperación económica. Además, como las medidas más inmediatas van a ser de apoyo, uno de los sectores más beneficiados será el de las infraestructuras.
Según Scholnick, esto será muy positivo para los activos de riesgo y la inversión en crédito tanto con grado de inversión como high yield, ya que también seguirá produciéndose un apoyo monetario por parte de la Reserva Federal, independientemente del contexto. La recuperación que queda por venir favorecerá además a áreas del mercado que no han recibido ayuda directa, pero que se beneficiarán de la mejora del entorno, como es el mercado inmobiliario estadounidense.
“Todo ello reduce la necesidad de activos seguros. Ese apoyo fiscal impulsará el crecimiento estadounidense y, en consecuencia, el global, lo que debilitará el dólar y será beneficioso para los mercados emergentes. Hay mucho espacio para oportunidades”, añadió.
Gobiernos locales en dificultades
Asimismo, la analista sénior de bonos municipales en Franklin Templeton, Jennifer Johnston, abordó cómo ha impactado el COVID-19 en las finanzas locales de Estados Unidos e hizo hincapié en que tanto la gobernanza a la hora de gestionar la pandemia como el planteamiento de los presupuestos se encuentran bajo escrutinio. En ese sentido, señaló que muchos municipios se habían fortalecido antes del brote del virus, lo que los ha ayudado a sostenerse durante la crisis.
“Ahora, con la reapertura económica, vemos que vuelven a obtener beneficios, pero si esto dura más de lo esperado e impacta en los presupuestos para 2022, podrían producirse algunas quiebras en aquellos lugares que ya se encontraban bajo estrés previo a la pandemia. Aun así, no serán muy numerosas”, aseguró.
Con el nuevo año fiscal empezando, Johnston advirtió de que observarán de cerca las finanzas locales, ya que es un año de mucha incertidumbre y, dependiendo de si los gobiernos se muestran conservadores u optimistas, los beneficios pueden ser superiores o rendir por debajo de lo previsto, impactando en sus cuentas de resultados.
En este contexto, están viendo una oferta muy elevada de bonos municipales dirigidos a refinanciar la deuda dado que los tipos de interés se mantienen tan bajos. Y no cree que deba descartarse nada. “Lo importante es observar cada crédito de cerca: su valoración, los diferenciales… Y no mirar solo su cobertura financiera, sino también sus características de seguridad. En todos los sectores hay ganadores y perdedores, por eso podemos encontrar buenas oportunidades”, afirmó.
La sanidad como protagonista
Si hay una tendencia que ha marcado los mercados en 2020, esa ha sido la sanidad, un sector al que los inversores deben permanecer atentos de cara a los comicios de noviembre. Durante su intervención, Marshall Gordon, analista sénior del sector salud en ClearBridge, apuntó que, si Biden gana la presidencia, pero el Congreso se mantiene dividido, el mayor riesgo potencial para el sector vendrá por el lado de los precios de los medicamentos, donde ambos partidos cuentan con un claro consenso. Sin embargo, será complicado que logren alcanzar un acuerdo rápidamente.
“Los mercados y los inversores en salud están más preocupados ante un barrido demócrata, ya que dos aspectos se verían impactados en términos de reformas. El primero, de nuevo, es el precio de los medicamentos, que con una mayoría experimentaría medidas más agresivas”, reveló.
El segundo sería el de la gestión de la salud pública. En ese sentido, destacó que, tanto antes de su nominación como en campaña, Biden se ha mostrado más favorable hacia expandir la cobertura que a implementar una reforma sanitaria significativa. “Quiere asegurar una oferta pública, pero si el impacto de esto es negativo o benigno dependerá de cómo articule la legislación”, dijo Gordon.
Atención a la energía
Un nuevo mandato de Donald Trump hace que sea casi seguro que los combustibles fósiles se sitúen en el epicentro de la política federal, mientras que uno de Biden marcaría, con el tiempo, el cambio hacia las energías renovables. La rapidez con la que ese cambio podría tener lugar es aún incierta y, de hecho, según Scholnick, incluso en este segundo escenario no se produciría un cambio radical, al menos a corto plazo.
En esa línea, hizo hincapié en que, a nivel mundial, cada vez hay un mayor foco en las consideraciones ESG a la hora de invertir, por lo que se trata de una “transformación secular” inevitable. “Todos los países deberán adaptarse a ella. Pero lo que está claro es que, con una administración demócrata, este proceso se acelerará”, señaló.
Por último, consultados por las disputas comerciales con China, todos coincidieron en que, si Trump es reelegido, se endurecerán; pero, si gana Biden, lo más probable es que baje el grado de tensión. “No significa que vayamos a volver a un entorno de cooperación, pero sí que lograremos un escenario de statu quo”, declaró Scholnick. Esto, en su opinión, favorecerá la inversión en los mercados emergentes, que dependen más de esa relación, y contribuirá a la recuperación de sus activos.