La legislación sobre la reforma fiscal en Estados Unidos solo está pendiente ya de la firma de Trump y la primera consecuencia ha llegado hoy mismo en masa. AT&T Inc., Comcast, Fifth Third Bancorp, Wells Fargo & Co, o Boeing entre muchas otras empresas de gran capitalización anunciaron distintos tipos de beneficios salariales.
Así, mientras los bancos han optado por subir el salario por hora a su personal, las telecos optaron por bonos especiales de 1.000 dólares a cada uno de sus trabajadores. Es solo el comienzo de lo que el propio presidente consideró ‘su gran regalo de Navidad para los estadounidenses’.
Sin embargo, varias gestoras consultadas coinciden en señalar que los efectos serán de muy corto plazo e incluso que las bolsas ya daban por descontado la aprobación del plan. Queda, si acaso, un pequeño rally. “Los planes de reducción de impuestos de la administración Trump deberían proporcionar un impulso a corto plazo a la rentabilidad corporativa y apuntalar las perspectivas. Es muy probable que las valoraciones descuenten esto a largo plazo, pero rara vez son en sí mismas la razón por la cual los mercados empeoran”, afirma Duncan Lamont, responsable de research de Schroders.
Richard Bernstein, CEO y CIO de Richard Bernstein Advisors explica que este tipo de medidas no tendrán el impacto en el gasto que se espera. ”Uno debería ser escéptico de las afirmaciones políticas sobre la fuerza de los efectos multiplicadores de los recortes de impuestos sobre el empleo, etc. Por ejemplo, una empresa podría considerar comprar nuevas computadoras si el equipo puede desgravarse inmediatamente, pero esas computadoras probablemente sean fabricadas en Taiwán, Corea o China y no en Estados Unidos. Por lo tanto, una parte del estímulo de los recortes impositivos inevitablemente se quedará en el exterior”.
Mantener la cautela
“Un impuesto corporativo más bajo provocará algunas ganancias económicas e incluso aún más impulsos descontrolados, pero a menos que pueda generar ganancias significativas en la productividad, los efectos positivos a largo plazo serán marginales como mínimo”, cree Dave Lafferty, estratega en jefe de Mercados de Natixis IM.
Un punto en el que coincidía Franklin Templeton Fixed Income Group. “En esta etapa mantenemos la cautela sobre la posibilidad de dar demasiada importancia al potencial impacto de tales medidas en la actividad económica y la política monetaria. Dependiendo de la velocidad de implementación podría ayudar a mantener la tasa de crecimiento de la economía estadounidense por encima de su tendencia a largo plazo durante 2018. No obstante, creemos que los posibles efectos más allá de un impulso a corto plazo probablemente sean algo limitados en términos de magnitud y alcance”.
Para Legg Mason, la reforma fiscal impulsará junto con otros factores el crecimiento en Estados Unidos y los mercados emergentes serán los principales ganadores de esto, sobre todo ahora que este triunfo parece haber colocado en un segundo plano el tema de las barreras comerciales.