Según la experiencia de François Collet, co-director de inversiones de DNCA (afiliada a Natixis IM) y portfolio manager del DNCA Alpha Bonds fund, en el mercado de renta fija una misma pregunta hecha a principios de año obtendrá respuestas diferentes en ese momento, a mitad del ejercicio y tras doce meses. Por eso, su enfoque de inversión pasa por intentar identificar las tendencias macroeconómicas y de mercado que se imponen y construir una cartera lo suficientemente flexible, con una asignación dinámica y que soporte escenarios adversos.
“Si somos capaces de identificar lo que va a suceder en el ciclo macroeconómico y las tendencias del mercado, dentro de un marco de riesgo, será más fácil para nosotros enfocar el mercado de renta fija. En 2022, identificamos que la inflación sería más alta de lo que los bancos centrales estimaron y supimos ver que iban a aumentar los tipos de interés de forma agresiva. En ese momento, en nuestro DNCA Alpha Bonds Fund, nos pusimos cortos en tipos, largos en inflación y acabamos dando una rentabilidad en torno al 6%”, explica Collet.
De cara a este año, reconoce que la principal tendencia que han identificado es que “el rendimiento de la renta fija para 2024 ya se observó en los últimos meses de 2023, lo que supone un problema para las posiciones de renta fija a largo plazo”. Collet lo considera una mala noticia y apunta que obliga a los gestores a buscar cómo superar el atractivo que plantean otras estrategias, como es el caso de los fondos monetarios, que vieron aumentar de forma sustancial los flujos durante el año pasado.“Si quieres superar a los mercados monetarios, necesitas ver un descenso de los tipos. Además, creo que las valoraciones están estiradas porque ya se espera que este ciclo de recortes comience pronto. En mi opinión, vamos a ver un ciclo de recortes, pero no creo que vaya a ser tan pronto como lo valora el mercado”, afirma.
Su convicción es firme a la hora de explicar que la tendencia vista a finales de 2023 no se mantendrá este 2024, en gran medida por la acción de los bancos centrales y las expectativas que tiene el mercado sobre ello. “Creo que el mercado está anticipando muchos recortes este año. Ahora está descontando más de 150 puntos básicos de recortes para el BCE este año. Aunque no es imposible que lleguemos a eso, creo que el listón ya está lo suficientemente alto como para pensar en más. Si quieres obtener mayores rendimientos con los bonos a largo plazo que con el mercado monetario, tendría que anunciarse más recortes de los que prevé el BCE. Ya hay, como he dicho, más de 150 puntos básicos de recortes bien valorados. En el caso de que los tipos de interés se redujeran en 200 puntos básicos, sí nos irá mejor en renta fija que con el mercado monetario; pero estimamos sólo 100 puntos básicos de recortes. Eso significa que la renta fija a largo plazo tendrá un rendimiento inferior al del mercado monetario. No se obtendrá necesariamente un rendimiento negativo, sino entre el 1% y el 3%, lo que puede estar bien para algunos inversores, pero creo que no es el mejor resultado que pueden esperar”.
Ante su argumento, la pregunta es inevitable: ¿sigue la renta fija sin recuperar su atractivo? En su opinión, a principios del año pasado, todo el mundo decía que la renta fija había vuelto, pero insiste en que esta “vuelta” se produjo sólo durante los dos últimos meses del año. “Este aún no va a ser el año de la renta fija o al menos de la renta fija a largo plazo. En cambio, los valores a corto plazo pueden ser opción”, comenta.
Otra tendencia del mercado que observa tiene que ver con que durante los últimos 20 años, ha habido una correlación negativa entre la renta variable y los gobiernos, lo que fue de gran apoyo para la inversión en gobiernos, ya que era la forma más fácil de cubrir su cartera de renta variable. Según explica, esto se debió a un entorno de baja inflación. “Ahora que nos encontramos en un entorno de mayor inflación, la correlación entre la renta variable y la renta fija vuelve a ser positiva, lo que hace que la asignación de activos sea mucho más complicada que en los 20 años anteriores”, añade el gestor.
Enfoque e ideas de inversión
Ante este contexto y estas tendencias, Collet considera que la gente debería tratar de diversificar mejor su cartera, y no sólo estando largos en bonos gubernamentales o crédito investment grade frente a la renta variable. “Las correlaciones se están moviendo rápidamente hoy en día. Creo que la mejor manera de cubrir una cartera es estar largo en dólar estadounidense y en inflación. Las tensiones geopolíticas están aumentando y esto pone un riesgo al hecho de que los precios del petróleo pueden ir a máximos, lo que generaría inflación y sería negativo para la economía mundial”, comenta.
Para posicionar en renta fija a largo plazo, el gestor de DNCA también apunta a los mercados emergentes. Según explica, “la deuda emergente es un juego a largo plazo debido a que, durante la última década, la política monetaria fue mucho más ortodoxa en las diferentes economías emergentes en comparación con los mercados desarrollados; lo cual ha sido un factor positivo a largo plazo para las economías emergentes. Estas tienen un alto crecimiento, una inflación más baja que en las economías de los mercados desarrollados”.
En conclusión, el gestor apuesta por posiciones de corta duración, ya que para perder dinero con ello los tipos deberían bajar mucho -cosa que no espera-, muestra cierta preferencia por la deuda financiera y se inclina por estar largos en bonos vinculados a la inflación, ya que espera que está podría mantenerse por encima del objetivo de los bancos centrales.
“Realmente creo que la gente necesita tener una mentalidad más abierta sobre la asignación de activos y diversificar sus fuentes de riesgo de alfa también. Y eso es lo que tratamos de hacer en nuestra estrategia de bonos alfa, no sólo confiar en la correlación a largo plazo entre la renta variable y la renta fija”, concluye.