Los inversores miran con atención el buen comportamiento que está registrando la bolsa francesa. El CAC 40 supera al índice Euro Stoxx 50 y al Europe Stoxx 600 no solo en el último año, sino también en los últimos 5 y 10 años. Según indican los análisis elaborados por las firmas de inversión, tanto el atractivo del mercado francés como el potencial del mercado de renta variable se deben a factores estructurales a corto y medio plazo.
“Desde un punto de vista estructural, Francia debe su competitividad a sus innegables activos económicos y sociales pero también, y sobre todo, a la renovada competitividad de sus empresas gracias a la política a favor de las empresas y de la oferta que ha puesto en marcha el presidente Macron (rebajas fiscales para las empresas y las plusvalías, reforma del mercado laboral orientada a aumentar la flexibilidad). Desde una perspectiva a corto y medio plazo, las empresas francesas han estado muy bien protegidas por los planes gubernamentales durante la crisis del coronavirus, y deberían verse favorecidas por la recuperación de la economía francesa y europea”, explica François Breton, gestor del fondo EdR SICAV Tricolore Rendement en Edmond de Rothschild.
De hecho, se espera que el PIB francés crezca un 6% en 2021 -tras contraerse el PIB un 8,3% en 2020-, lo que representa una recuperación más fuerte en comparación, por ejemplo, con otros países europeos como Alemania, cuyo PIB alemán cayó sólo un 5% el año pasado. Según Cédric Baron, director de estrategias multiactivos de Generali Investments Partners, Europa debería hacerlo mejor que EE.UU. y China en el segundo semestre, ya que su recuperación económica va por detrás de las dos primeras y debería prolongarse en la segunda parte del año a medida que la vacunación se extienda.
“Esta fase de reapertura, que aún prevalece en Europa, es clave para las preferencias sectoriales en el mercado de renta variable. En particular, creemos que el mercado francés debería beneficiarse de la fuerte ponderación del CAC40 en sectores como el de consumo discrecional, especialmente en el sector del lujo, que ha demostrado su resistencia durante la crisis, así como durante la fase de recuperación”, apunta Baron.
En opinión de Breton, estas buenas perspectivas de crecimiento y la calidad de las empresas que cotizan en su bolsa explica que los inversores se interesen por Francia. “Desde el punto de vista de la inversión, el mercado francés representa uno de los conjuntos más amplios de empresas en términos de sectores, estilos y temas de inversión, capitalizaciones de mercado (desde pequeñas a medianas y grandes capitalizaciones) y exposiciones geográficas (desde valores nacionales a empresas internacionales). Por ejemplo, los mejores resultados del mercado de renta variable francés desde principios de año son una mezcla de valores cíclicos como Michelin (sector del automóvil), Saint Gobain (construcción), Société Générale (banco) y valores de crecimiento como Capgemini o Dassault Systèmes (tecnología) y LVMH (lujo)”, explica.
Para Ben Ritchie, responsable de renta variable europea de Aberdeen Standard Investments, Francia siempre ha sido el hogar de algunas de las empresas más interesantes del mercado de renta variable europeo. En 2021, el mercado francés se ha beneficiado especialmente de una elevada exposición a los dos segmentos que han tenido un comportamiento extremadamente fuerte a lo largo del año: las empresas industriales y compañías de alta calidad. “En primer lugar, las empresas industriales y cíclicas que se están recuperando con fuerza de la recesión inducida por la pandemia en 2020, que se están beneficiando de una rápida recuperación de los ingresos junto con un importante apalancamiento operativo positivo, que está ampliando los márgenes. Curiosamente, todas ellas también están llevando a cabo importantes cambios y mejoras internas en materia de costes, flujo de caja y enfoque, lo que ha contribuido a aumentar el valor para los accionistas”, apunta Ritchie.
En su opinión, a esto se suma que el mercado francés está bien expuesto a las empresas de crecimiento de alta calidad en las áreas de tecnología y consumo. “Empresas como los fabricantes de artículos de lujo Hermes y LVMH, el gigante de la cosmética L’Oreal y el campeón del software industrial Dassault Systemes. Todas estas empresas se benefician de sólidas tendencias estructurales, como el aumento del consumo de los mercados emergentes, la creciente penetración de las ventas en línea y, en el caso de Dassault, la actual digitalización de la industria. Aunque esperamos que algunos de los vientos de cola cíclicos disminuyan en 2021, nos sigue gustando mucho el mercado francés a largo plazo, con una atractiva selección de empresas expuestas a una dinámica muy positiva a largo plazo”, añade el experto en renta variable de Aberdeen Standard Investments.
Según las valoraciones que comparten las firmas de inversión, la fase de reapertura tras la pandemia será especialmente beneficiosa para el mercado francés, que debería obtener un rendimiento superior en el segundo semestre.
“Pensamos que debería superar al S&P500, que está fuertemente ponderado en las empresas que más se beneficiaron del periodo de confinamiento, a menudo denominadas stay at home, como Netflix y Amazon. Estas empresas deberían sacar menos provecho de la fase de reapertura de la economía que la anteriormente nombrada, lo que explica en parte nuestra preferencia. El otro elemento es la importante ponderación del estilo de growth en el S&P500 (especialmente el sector de las tecnologías de la información), cuya valoración depende en gran medida del crecimiento de los beneficios, pero también de los tipos de interés que descuentan sus futuros flujos de caja. Este estilo se ve especialmente afectado cuando los tipos de interés suben, ya que disminuye el valor actual de sus importantes flujos de caja futuros”, añade Baron.
Un país “reformista”
En este contexto, los expertos destacan que el avance de las reformas y la mejora del entorno empresarial en Francia han hecho que el país sea más atractivo para los inversores y también apuntale sus proyecciones de crecimiento económico. “Francia ha sido uno de los países de la zona euro que más reformas ha llevado a cabo en los últimos años, ocupando un lugar destacado en el índice de la OCDE, que mide el progreso de los países en la aplicación de las reformas estructurales en 2017-18. Las amplias reformas emprendidas por el Gobierno de Emmanuel Macron para reducir los costes salariales, reformar la fiscalidad de las empresas y ampliar la base impositiva podrían respaldar un mayor crecimiento potencial. Dichas reformas continuaron durante 2019-20, potenciando la igualdad y la calidad de la educación, reduciendo la segmentación del mercado laboral y mejorando la competitividad de la economía francesa”, destaca Thibault Vasse, analista de Scope Ratings.