Para el especialista de ClearBridge Investments, Jeffrey Schulze, todos los indicadores apuntan a que la economía de los Estados Unidos será consistente durante el 2022, alejándose de la recesión gracias a la bajada de la inflación y el fin definitivo de la pandemia de coronavirus, cuya letalidad sigue cayendo tanto de manera natural como a causa de la vacunación y nuevos tratamientos como la píldora contra la covid de Pfizer.
En el último ‘Anatomy of a Recession’ organizado por Franklin Templeton y conducido por Jim Vlahos, vicepresidente senior de la firma, el pasado 13 de enero, el experto explicó que el año entrante será también un año de transiciones en el que la economía estadounidense pasará de la etapa inicial a la media del actual ciclo económico. Los mercados financieros abandonarán un periodo marcado por una gran rentabilidad y mínima volatilidad para adentrarse en una senda «de crecimiento» más moderado y ligado a los avances del mercado laboral.
Aunque la variante Omicron ha supuesto un retraso en las previsiones de bajada de los precios y una caída de la confianza en los consumidores, el poder adquisitivo de los ciudadanos no se ha visto mermado sino que ha aumentado incluso por encima de la inflación, por lo que esta supone más un problema de confianza que económico-estructural, según el director de ClearBridge Investments.
El ahorro y los salarios compensarán la inflación
Así, vemos que la inflación se sitúa en la actualidad en torno al 7%, pero que las nóminas semanales han crecido un 9%, por lo que, dada la solidez de los salarios y el elevado ahorro, el consumo debería seguir siendo fuerte en 2022, prosiguió el analista.
La pandemia ha provocado cambios en las preferencias de los consumidores, beneficiándose los bienes en detrimento de los servicios, con la inflación disparada especialmente en el sector de los vehículos comerciales.
Pero, según Schulze, a medida que los impactos de la pandemia se desvanezcan y se recupere la fluidez en las cadenas de suministro globales, los patrones de gasto deberían normalizarse parcialmente, con lo que esta situación se revertiría alcanzándose la “inflación cero” en bienes para finales de año.
En cuanto a la inflación global, tras alcanzar un pico durante el final del primer cuarto del año, experimentará una pronunciada caída hasta situarse en el 2,5% o 2,7% para finales de año, para luego continuar su descenso, puntualizó.
Un mercado laboral robusto
Asimismo, la salud del mercado laboral es robusta, lo que constituye otro indicador de que no se avecina una recesión. La creación de puestos de trabajo ha alcanzado un récord en 2021 con 10,6 millones de trabajadores nuevos, lo que supone 3,5 millones más que durante el anterior pico de creación de empleo.
Pero aún hay espacio para un mayor incremento de la fuerza de trabajo: los hogares de renta media han ahorrado el doble de ingresos después de impuestos en efectivo, por lo que a medida que estas reservas de efectivo disminuyan y que la situación sanitaria se normalice, muchos individuos deberían volver a formar parte de la población activa, indicó el experto.
Un año para la inversión empresarial
En cuanto a la inversión empresarial, se espera un reabastecimiento muy agresivo por parte de las compañías durante 2022 gracias al periodo de bonanza vivido durante el 2021, ya que históricamente el crecimiento de los beneficios suele desembocar en un crecimiento del gasto en capital, al reinvertir las empresas los beneficios en su negocio, según Schulze.
La enorme demanda mundial, estimada en cinco billones de dólares, y el robustecimiento de las cadenas de suministro, impulsarán el gasto en capital y contribuirán a situar al sector productivo en una senda de crecimiento económico. Así pues el producto interior bruto, que ya alcanzó niveles récord en 2021, se situará este año en opinión del experto en un decente 4%, el mayor crecimiento desde 2004 (excluyendo 2021).
Expectativas de inversión
En lo referente al panorama inversionista, el año entrante estará marcado por la volatilidad debido al cambio de ciclo, que sumado a la subida de tipos de la Reserva Federal y las elecciones de medio mandato, generarán inestabilidad. No obstante los mercados podrán sobreponerse gracias a unas condiciones financieras positivas, opinó.
La subida de tipos, según explicó Schulze, producirá un periodo de inestabilidad de unos tres meses de duración tras el cual se volverá a la senda de crecimiento, pero con un rendimiento de las acciones muy por debajo del 28% del 2021. Así, para la renta variable, 2022 será un “año desafiante”, con rendimientos que se situarán entre el 3% y el 7%.
En este orden de cosas, la corrección de los mercados brindará a los inversores una “oportunidad para reposicionarse mediante cualquier venta” de cara a la mitad de “este ciclo de mercado”, según el experto.
A pesar de la desaceleración, los mercados de valores seguirán arrojando un buen saldo de beneficios para los inversores. El índice S&P500, por ejemplo, podría alcanzar hasta el 10%.
En cuanto a la renta fija, el analista cree que sus perspectivas también son favorables, con unos rendimientos de entre el 2,1% y el 2,5% a fin de año para los bonos del tesoro a diez años, estimó el experto.
Los vientos de cara para el inversor serán el endurecimiento de la política monetaria, las elecciones de mitad de mandato, la elevada inflación y el “impulso fiscal negativo”. No obstante, para Schulze, el “abismo fiscal” no supone una preocupación mayor, ya que quedará mitigado por la contracción del déficit que llevará aparejada la disminución del gasto, haciendo innecesario el estímulo fiscal previo.