La agencia de calificación Fitch Ratings rebajó la deuda de Brasil desde el grado de inversión hasta nivel especulativo, alegando una recesión más profunda a la esperada, condiciones fiscales adversas y una mayor incertidumbre política, convirtiéndose en la segunda de las tres principales agencias de calificación de riesgo que le otorga grado especulativo a Brasil y perdiendo la deuda soberana del país el grado de inversión que alcanzó en 2008, según publica la versión digital del OGlobo.
Si el pasado 9 de septiembre Standard & Poor’s ya despojó a la deuda soberana brasileña del grado de inversión, ahora es Fitch Ratings quien rebaja la calificación de “BBB –”a “BB+” con una perspectiva negativa. Esperando que continúen los riesgos e incertidumbres en materia económica, por lo que se espera que pueda haber nuevas revisiones en un plazo de 12 a 24 meses, con una posibilidad de nuevas rebajas mayor al 50%. Tan sólo Moody’s mantiene el grado de inversión, pero la agencia también advirtió de que podría bajar la calificación del país por la inestabilidad política.
“El escenario de deterioro interno aumenta los desafíos de las autoridades para tomar medidas correctivas que eleven la confianza y mejoren las expectativas para el crecimiento, consolidación fiscal y estabilización de la deuda”, dice la nota de la agencia Fitch Ratings.
Fitch Ratings explica que empeoró las previsiones para la economía brasileña tanto en 2015 como en 2016, siendo las estimaciones actuales una recesión del 3,7% para el cierre de este año y una recesión del 2,5% para el siguiente ejercicio económico, con riesgo de ser revisadas a la baja. La agencia mencionó las tasas de desempleo crecientes, la contratación del crédito, la caída de la confianza, y la alta inflación como factores que afectan negativamente sobre el consumo doméstico. También cita la incertidumbre política, la crisis en la industria de la construcción, y los efectos de las investigaciones del escándalo de corrupción de Petrobras como las causas de que haya disminuido la inversión.
La pérdida del grado de inversión podría provocar una fuga de capital extranjero masiva, ya que muchos fondos de pensiones e inversores institucionales deben cumplir con esta exigencia para mantener deuda soberana en sus carteras. Según un informe publicado por la firma JP Morgan a principios de 2015, la pérdida del grado de inversión por parte de Brasil supondría la venta forzosa de unos 6.200 millones de dólares en bonos soberanos en moneda extranjera, y podría también ocasionar el retiro de 14.000 millones en la deuda corporativa del país. Las primeras reacciones se han podido observar en los mercados brasileños, que han profundizado sus pérdidas: el índice Bovespa perdía un 1,24% y el real brasileño se debilitaba más de un 2% frente al dólar.
La decisión de la agencia se sumó a la presión por la anticipada subida en las tasas de interés en Estados Unidos y las señales de descontento del ministro de Hacienda Joaquim Levy, a cargo de la agenda de medidas de austeridad de Rousseff.