John Stopford, co director de Multi-Activos de Investec Asset Management, comparte en un reciente informe su opinión sobre uno de los eventos más cruciales para los mercados globales durante los próximos meses: cuándo se iniciarán las primeras subidas de tipos de la era post-Lehman por parte de los bancos centrales desarrollados y cómo serán de intensas. El Banco de Inglaterra y la Reserva Federal son los protagonistas de este informe.
En Reino Unido las alzas serán limitadas y graduales
El gobernador del Banco de Inglaterra ya ha alertado al mercado de que las subidas de tipos podrían empezar en el cuarto trimestre de este año, anticipándose a lo que había sugerido previamente. El gobernador ha sido consistente en sus declaraciones diciendo que las alzas de tipos serán “limitadas” y “graduales”.
Stopford se pregunta, ¿deberíamos creerle? La respuesta es afirmativa. Así, apunta a que “los hogares están muy endeudados”. La economía británica, especialmente el sector de la vivienda, es muy sensible al coste del crédito. Si bien esta sensibilidad no es una novedad, sí parece haberse incrementado al tiempo que subían el endeudamiento de las familias y los precios de la vivienda.
En los cinco periodos de tipos alcistas previos al actual, contando desde 1994, el tipo de intervención nunca ha aumentado más de 1,6 puntos porcentuales antes de sufrir nuevos recortes. El gobernador del Banco de Inglaterra ha sugerido que en este ciclo se podría llegar a tasas “ligeramente inferiores” o “ligeramente superiores” al tipo a que está descontando el mercado a tres años vista, situado en el 2,5%. Según apunta Stopford, es posible que ni siquiera se alcance ese nivel. Además del efecto sobre las hipotecas, Reino Unido tiene que lidiar con los recortes fiscales, el aumento en el margen de intermediación del sector bancario y una libra esterlina fuerte.
La Reserva Federal podría necesitar mayores alzas de tasas que el Banco de Inglaterra
Por el contrario, la Reserva Federal tiene menos prisa para inciar una política monetaria restrictiva, aunque podría tener que subir los tipos más que el BoE, llegado el momento. Los datos generales del mercado laboral americano sugieren que el ciclo económico en EE.UU. está en la misma fase que cuando el FOMC empezó a subir tipos tanto en 1994 como en 2004. A diferencia de lo ocurrido en Reino Unido, en esos dos ciclos alcistas los tipos en EE.UU, aumentaron en 3 y en 4 puntos porcentuales, respectivamente, antes de que el FOMC hiciera una pausa en las subidas. En esta ocasión, según apunta el informe de Investec, podría pasar lo mismo. Si bien la tendencia de crecimiento económico nominal en EE.UU. es menor, también lo es el punto de partida de los tipos. De hecho, los miembros del FOMC prevén alzas de tipos de los Fed funds de 3,5 puntos porcentuales en el largo plazo.
Los mercados financieros descuentan que la tasa de EE.UU. permanezca por debajo de la británica
La economía estadounidense es mucho menos sensible a los cambios en el precio del dinero a corto plazo, puesto que su mercado hipotecario depende más de la financiación a tipo fijo. Según un reciente estudio de McKinsey, se estima que el endeudamiento de las familias en Reino Unido es 2,5 veces más sensible a los movimientos de tipos de interés, que en EE.UU. Además, la economía estadounidense no ha tenido que implementar tantas medidas de prudencia macro porque el mercado de la vivienda está menos extendido. Por añadidura, el dólar está relativamente flojo, la austeridad fiscal es limitada y, a diferencia de lo que ocurre en Reino Unido, tanto la inflación como los costes laborales ya están subiendo, si bien lentamente. Sin embargo, los mercados financieros siguen descontando que los tipos en EE.UU. van a mantenerse por debajo de los británicos.
El equipo multiactivos de Investec pronostica que los mercados empezarán a ajustar estas expectativas durante los próximos 6 a 12 meses. Esto llevaría a que los tipos de interés en Reino Unido dejen de superar a los de EE.UU. y que la libra esterlina se debilite contra el dólar. Beneficiando como consecuencia al FTSE 100, que batiría sus máximos históricos comportándose relativamente mejor que el S&P 500.