Los mercados emergentes están luchando contra un nuevo contexto complejo. Después de años de altas tasas nominales de crecimiento del PIB y de la inflación, la economía real se está desacelerando en todo el mundo emergente en un contexto de desinflación o, en algunos casos, de abierta deflación.
Sin embargo, Nick Price, gestor principal de la estrategia de renta variable global emergente en Fidelity, cree que existen diferencias con la situación que se dio en 1997. “Las reservas de divisas de los mercados emergentes son mayores, muchos de ellos disponen ahora de tipos de cambio flexibles con un menor grado de discordancia cambiaria en sus balances, y la deuda soberana ya no es un problema tan importante, por lo que los impagos o las intervenciones del FMI son mucho menos probables que tras la crisis de 1997”, explica.
Para el portfolio manager de Fidelity, solo los países que pueden capear las presiones desinflacionistas y el bajo crecimiento mediante reformas estructurales tienen probabilidades de salir reforzados a medio plazo, lo que justifica aún más ser extremadamente selectivo en la inversión en mercados emergentes.
La estrategia que dirige desde 2009, se vale de un enfoque de trabajo en equipo y se fija como objetivo invertir en las mejores ideas disponibles en los mercados emergentes de Latinoamérica, Asia y la región de Europa, Oriente Próximo y África.
“Elegimos empresas con bajos niveles de deuda y ventajas competitivas estructurales que les permiten generar rentabilidades sobre sus activos superiores y duraderas. Estas características les permiten soportar las presiones competitivas, financiar el crecimiento de sus negocios y conseguir atractivas rentabilidades para los accionistas”, explica.