Fidelity presentó ayer en Madrid sus perspectivas para 2017. El evento contó con la presencia de tres destacados gestores de la firma. David Buckle, director global de soluciones de inversión de Fidelity, Ian Spreadbury, Fidelity Flexible Bond Fund y Ángel Agudo, gestor del Fidelity Funds-America Fund, desgranaron sus ideas de inversión en el que consideran será un año complicado para las rentabilidades.
Los tres coincidieron en que una buena diversificación, tanto geográfica como de asignación de activos, es crucial y en el que merecerá la pena considerar instrumentos como los CoCos. Con todo, siguen viendo oportunidad, dentro de la renta fija, en el high yield europeo, en mercados emergentes y en commodities.
David Buckle, director global de soluciones de inversión de Fidelity, ha destacado la fortaleza de la economía estadounidense con un mercado laboral y un consumo gozando de buena salud y un sector manufacturero en clara mejoría. Está, además, el regreso de la inflación que podría alcanzar el 4% en EE.UU. aunque no está claro que esto se traslade a los salarios. “La capacidad total de mano de obra está cercana, pero las empresas podrían no aumentar los salarios”, comenta.
En cuanto a los tipos de interés, el experto señala que a pesar de las dos subidas previstas por la Fed para 2017, los tipos de interés seguirán estando bajos en el largo plazo. En este sentido, cree que, tras el fuerte incremento de rentabilidad de los bonos estadounidenses a finales de 2016 tras la victoria de Donald Trump, “la rentabilidad puede seguir aumentando, pero lentamente”.
En cualquier caso, la renta fija corporativa ofrecerá, a su juicio, mejores oportunidades que la deuda soberana y uno de los motivos es que “la rentabilidad por dividendo sigue siendo bastante alta a pesar de que las valoraciones también lo son”, afirma. Se trata, en definitiva, de un mercado que está caro y en el que los inversores deben asumir cada vez mayor riesgo, tanto dentro del universo high yield como en mercados emergentes, si quieren obtener una alta rentabilidad.
Para el gestor del Fidelity Flexible Bond Fund, Ian Spreadbury, un tema central en 2017 será Donald Trump ya que su presidencia va a marcar un momento decisivo para el mercado de bonos. “Puede que no sea posible abarcar todo: un masivo plan de estímulo fiscal, una bajada de impuestos y un aumento del proteccionismo”.
Además, señala, hay varios asuntos estructurales sin resolver: la elevada deuda mundial, el envejecimiento de la población y la desigualdad. Estos factores unidos a unas condiciones financieras más estrictas, un dólar más fuerte y un aumento del proteccionismo sirven de apoyo a la renta fija a pesar de que el riesgo sistémico es alto.
Spreadbury observa unas valoraciones razonables en investment grade donde cree que los inversores pueden encontrar todavía un riesgo y un retorno atractivos. Por su parte, el high yield puede resultar un útil cojín de protección contra la volatilidad de los tipos de interés. En concreto, para el experto, “el high yield europeo es una estrella en ascenso con más mejoras de rating y un bajo nivel de defaults”. Para Spreadbury, el retorno absoluto y las estrategias flexibles en renta fija son un enfoque razonable para gestionar esta mayor volatilidad.
En este escenario, el Flexible Bond Fund de Fidelity está expuesto en un 60% a investment grade, un 20% a high yield y otro 20% a bonos gubernamentales. El experto constata, además, que la reducción de duraciones tiene dos consecuencias: la reducción de ingresos y un aumento de la correlación con las acciones, lo que le lleva a mantener las duraciones más largas en crédito estadounidense y las más cortas en crédito europeo y australiano.
Defensa, salud y energía, sectores estrella en renta variable
EE.UU. ha liderado la recuperación económica mundial en los últimos años y, a juicio de Ángel Agudo, gestor del Fidelity Funds-America Fund, no es por casualidad. “Es un país que inventa cosas y que, además, gana dinero con ellas”. Desde un punto de vista estructural, su economía no tiene nubarrones en el horizonte, si bien la principal incertidumbre es lo que llegará con la nueva era Trump. “De lo que dice a los realmente pueda implementar hay mucho”, señala.
Con todo, Agudo señala que el fondo que gestiona tiende a ir a contracorriente de la macroeconomía y por eso su exposición al sector de defensa no es reciente, sino que comenzó hace seis años. “Es uno de los sectores donde la bajada de impuestos puede ser más beneficiosa porque no hay muchos productos de defensa que se fabriquen fuera de EE.UU.” En cuanto al sector energético, la exposición ha aumentado por primera vez en tres años. Es justo lo contrario de lo que sucede, por ejemplo, en el sector de consumo discrecional donde el fondo está muy infraponderado.
“El mercado no tiene una valoración atractiva, aunque sí razonable”, explica Agudo que reconoce que, “quizá lo que haya que hacer ahora es diferente a lo que hemos visto hasta ahora. Todos los que estamos aquí sólo hemos invertido con tipos de interés a la baja”.
En Europa, la inflación podría permitir un ajuste de la tasa de depósito del BCE hasta el 0% aunque, en opinión de Buckle, “esto no implicará el comienzo de un cambio de ciclo”. En un entorno marcado por la incertidumbre política, el experto pronostica, además, una mayor debilidad de la libra, aunque puntualiza que esta depreciación no es sólo atribuible al referéndum del Brexit. “Gran parte de la depreciación fue anterior a junio”, afirma.
En este contexto Buckle considera que en 2017 va a merecer la pena considerar instrumentos como los CoCos “si la política de estímulos monetarios es reemplazada realmente por estímulos fiscales”. En su punto de mira también están los mercados emergentes, cuyo atractivo dependerá de la evolución del dólar. “Si no se fortalece mucho más, los emergentes se comportarán bien”, afirma.
En cuanto a las commodities, todo dependerá del ritmo de crecimiento de China. Por eso, para Buckle el principal mensaje de inversión para 2017 es la diversificación. “Si los inversores asumen riesgo extra, es vital diversificar”, afirma, y para ello propone tres vías. Desde el punto de vista de la asignación de activos, en renta fija recomienda evitar los bonos gubernamentales y considerar los bonos high yield, el crédito, los emergentes e instrumentos como los CoCos. En renta variable, impera un optimismo cauto mientras el dividendo mantenga su atractivo y a pesar de las valoraciones. Por último, ve oportunidad en la inversión directa en el sector inmobiliario.
Desde un punto de vista regional, apuesta por Asia ya que “esta región está cíclicamente más lejos de elevar los tipos de interés”. En cuanto al tipo de gestión, activa o pasiva, Buckle prefiere no desechar ninguna opción en el actual contexto, aunque señala que “ser pasivo significa que es el mercado el que debe generar todo el retorno”.