Los datos económicos siguen siendo positivos, lo que da apoyo a los activos de riesgo. Sin embargo, el indicador adelantado de Fidelity mostró que el crecimiento entraba en territorio negativo y de deterioro por primera vez desde 2014. Aunque esto indica un crecimiento significativamente inferior a la tendencia de cara al tercer trimestre, sus economistas insisten en que es un indicador adelantado, diseñado para predecir la dirección de la producción industrial con entre uno y tres meses de antelación. Una señal negativa, dicen, no implica una recesión mundial (como en 2014, podría ser un pequeño bache dentro del ciclo), pero sí que existen riesgos bajistas claros para el crecimiento.
“Aunque la desaceleración ha sido bastante generalizada, resulta revelador que los frenos más importantes han tenido que ver con Asia. Este hecho apoya nuestra creencia de que el endurecimiento monetario de China afectará al crecimiento y que se sentirá más allá del gigante asiático”, explica la gestora en su último análisis de mercado.
En lo que respecta a los mercados emergentes, los PMI asiáticos se han mostrado notablemente más débiles que en Latinoamérica o la región de EMEA, aunque es probale que la desaceleración de China sea contenida.
“Los indicadores de consumo siguen siendo sólidos y el mercado de la vivienda (importante, por la contribución del sector inmobiliario al crecimiento) arroja datos positivos, también en las ciudades de tercer nivel. Aunque el sentimiento de mercado podría verse alterado por el deterioro de los datos chinos, el cuadro fundamental sigue siendo favorable por ahora”, afirman los expertos de la gestora.
¿Esta vez es diferente?
Fidelity va a seguir sobreponderando la renta variable, aunque la probable evolución en sus carteras es una reducción del peso de esta clase de activos durante los próximos meses. Como el mercado suele ser un indicador adelantado, dice, esto podría suceder antes de que el crecimiento cambie de dirección
Sin embargo, la dificultad reside en saber si una desaceleración provocará una caída prolongada de los activos de riesgo. Dependiendo de cómo ponderen los inversores los datos económicos, podrían reforzar los activos de riesgo ante fases de debilidad o mostrarse reacios a volver al mercado, lo que prolongaría y amplificaría un posible movimiento de huida del riesgo.
“Existe el peligro de que una corrección del mercado sea lo suficientemente grave para arrastrar a la economía mundial hacia una recesión”, apuntan sus economistas que añaden: “la sensación general en el mercado y la que se desprende de las conversaciones con los clientes es que sigue habiendo grandes sumas de dinero aparcadas fuera del mercado, lo que señala claramente cierta incomodidad con el mercado alcista actual”.
Por todo esto, la cuestión clave para Fidelity es saber si esta incomodidad está justificada. Aunque los PER globales podrían parecer caros, la media esconde una serie de acciones con valoraciones muy elevadas, como en el sector tecnológico.
“En este caso, se podría argumentar que en los valores tecnológicos los múltiplos elevados están justificados, ya que representan una oportunidad de fuerte crecimiento en un mundo en el que el crecimiento de cualquier clase cotiza con prima. O también que las valoraciones elevadas están justificadas por el hecho de que las empresas de nuevas tecnologías necesitan menos capital para arrancar y funcionar que en el pasado. Aunque estos argumentos podrían ser ciertos, también podríamos estar ante una advertencia del tipo «esta vez es diferente» que estaría poniendo de relieve que los mercados están mirando más allá de los fundamentales para justificar unas valoraciones elevadas”.
Por si fuera poco, la gestora advierte que también ha detectado señales de alarma este mes y pone como ejemplo la carta que el conocido experto en value investing Jeremy Grantham envió a sus clientes. En ella sostiene que las valoraciones están fluctuando en torno a una media a largo plazo más alta que en el pasado, por lo que los inversores deben tener cuidado a la hora de suponer que el techo del mercado está relativamente cerca.
Para Fidelity, se trata de un argumento bien razonado y la clave reside en quién lo formula y en la sensación de que incluso inversores como Grantham están alejándose en estos momentos de los niveles de valor tradicionales.