Tal y como se esperaba, el pasado 6 de junio la Fed subió los tipos por segunda vez este año. En su declaración, la Fed se mostró relativamente dispuesta a considerar nuevas subidas de los tipos a pesar de debilidad de la inflación subyacente, que la entidad achacó en parte a factores transitorios. Esta declaración dejó la puerta claramente abierta a otro incremento antes de que acabe 2017.
Sin embargo, Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International, no cree que la Reserva Federal vaya a ir por este camino. “Sigo pensando que la de principios de este mes será la última subida de tipos de 2017”, afirma.
La economista argumenta que dados los obstáculos que están apareciendo en la economía estadounidense, sobre todo en el consumo, el organismo que preside Janet Yellen optará por posiciones más conservadoras. Para Stupnytska, la trayectoria de la inflación y el crecimiento de los salarios son dos factores realmente preocupantes.
“Aunque el aumento de las tensiones en el mercado laboral podría terminar tirando al alza de los salarios y los precios, existe un alto grado de incertidumbre en cuanto a los plazos y la magnitud de este movimiento. En cualquier caso, el posible aumento de los salarios y la inflación probablemente sea gradual, lo que significa que la Fed no tendrá presión para endurecer su política monetaria durante los próximos meses”, apunta.
Durante el segundo semestre del año, todo girará en torno a la puesta en marcha de los cambios en el programa de reinversión del balance de la Fed, lo que en sí mismo, afirma la gestora de Fidelity, podría suponer un pequeño endurecimiento de las condiciones monetarias en el conjunto de la economía.