En 2017, las acciones superarán a los bonos. Probablemente, explica Fidelity en sus perspectivas trimestrales, veamos un retorno a un mercado centrado en los beneficios, algo que, de hecho, ya ha empezado, pero también veremos cómo el dominio del mercado estadounidense comienza a desvanecerse.
“Estamos ya en el octavo año de un mercado alcista prolongado a cuya cabeza se ha situado EE.UU. y alimentado por la expansión de los múltiplos, los mercados desarrollados han batido a los emergentes y hemos visto una revisión al alza de la valoración de los activos intangibles frente a los activos tangibles, en marcado contraste con el anterior mercado alcista de 2003-2008”, escribe la gestora.
Fidelity atribuye la fortaleza de este movimiento alcista a la mejora de la actividad mundial y al mayor crecimiento de los beneficios empresariales, impulsados por los sólidos argumentos reflacionistas. De hecho, cree, existe la posibilidad de que estemos ante un año especialmente bueno en las bolsas que, por sí mismo, “nos acerque al final de este mercado alcista. Ciertamente, las perspectivas a 12-18 meses vista son buenas, aunque conviene recordar que estamos en una fase tardía, en el último tramo, de este mercado alcista”.
Los expertos de la firma advierten de que aunque el liderazgo bursátil de EE.UU. probablemente se desvanezca por sus elevados niveles de valoración, el margen de revisión al alza del mercado europeo, donde las valoraciones cotizan con un descuento del 20% frente a EE.UU., es sustancial si se producen resultados políticos positivos, por ejemplo en las elecciones francesas.
Estas son las dos razones que sustentan la opinión de la firma:
- El crecimiento de los beneficios empresariales ha regresado: Tras varios años de decepcionantes crecimientos de los beneficios empresariales, estamos asistiendo a una mejora generalizada en este apartado. Actualmente, Fidelity prevé un crecimiento mundial de los beneficios empresariales del 10,3% y una rentabilidad sobre el capital (ROE) del 13% en 2017, en base a los modelos fundamentales propios utilizados para calcular los beneficios de valores individuales. Los beneficios europeos han ido por detrás de los estadounidenses durante los últimos años. Sin embargo, la gestora aboga poer una recuperación de los beneficios empresariales en Europa.
- La inflación también está dando señales de vida: Los ciclos financieros suelen engendrar ellos solos los factores que acaban enterrándolos, y el actual probablemente se vea cada vez más acosado por un viejo archienemigo a medida que el crecimiento mundial se acelere y la política monetaria comience a normalizarse. La inflación es algo por lo que no nos hemos tenido que preocupar durante una década, ya que lo que ha preocupado más ha sido la deflación. Sin embargo, ahora existe el peligro de que los mercados financieros subestimen la inflación.
Por esto, las tres apuestas de Fidelity en renta variable de cara a 2017 son:
- Los valores tecnológicos: “aunque el crecimiento de los smartphones se está moderando, eso no signi ca que la innovación esté decayendo. La ubicuidad y movilidad de los smartphones impulsará la creación de nuevas plataformas y aplicaciones que pueden sostener los ciclos de actualización durante años. Además, la digitalización no ha hecho más que empezar en otros sectores”, explica.
- El sector sanitario: Fidelity sigue apostando por los valores del sector sanitario por su atractivo potencial de beneficios a largo plazo, sostenido por un entorno marcado por la demanda estructural. La firma cree que una I+D dinámica está dando lugar a sólidas carteras de nuevos fármacos y tratamientos innovadores, sin olvidar las posibilidades de que se planteen nuevas operaciones corporativas. En Europa, los gestores de fondos han reducido las inversiones en las farmacéuticas que podrían estar más expuestas a los precios de los medicamentos en EE.UU., debido a la inquietud en torno a los controles de precios.
- El sector industrial está caro: “Creemos que existe un optimismo excesivo alrededor del sector industrial. Nuestros analistas manejan unas previsiones de beneficios inferiores a las del mercado en 2017. Las valoraciones son bastante elevadas, dado que nos encontramos en una fase tardía del ciclo económico. Las empresas automovilísticas se encuentran en las últimas fases del ciclo en todas partes, con la excepción de algunos mercados emergentes”, afirma el documento de la gestora.