El crecimiento económico se acelerará este año en todo el mundo con respecto a 2013, según las previsiones. También contemplan una mejoría desde Fidelity Worldwide Investment, convencidos de que será Estados Unidos el que liderará la recuperación, con un crecimiento cercano al 3% impulsado por los estímulos del mercado inmobilario y la inversión de las compañías (el capex), a pesar de que el consumo seguirá en niveles modestos -la confianza no alcanzará los niveles del ciclo pasado- y de que las desigualdades de renta pueden suponer un obstáculo a la recuperación de dicho consumo.
Pese a ese crecimiento, el hecho de que las políticas de relajación monetaria no hayan causado inflación, que se encuentra en niveles mínimos históricos y seguirá así durante al menos dos años, y las alas que esta situación da para el mantenimiento de los tipos en sus niveles actuales hasta el año 2016, dibujan un escenario propicio para la renta variable. “Los tipos no subirán hasta 2016, lo que supone que los depósitos y la deuda a corto plazo tendrán rentabilidades reales negativas al menos durante dos años y previsiblemente hasta 2017. Y este hecho ha de ser la fuerza catalizadora de cualquier estrategia de inversión: el contexto es favorable para las bolsas”, explicaba Dominic Rossi, Global CIO de Renta Variable de la gestora.
“Los bancos centrales están obligando a avanzar posiciones en el espectro de activos hacia aquellos con más riesgo, lo que catalizará la rotación de bonos a acciones. La liquidez erosiona la riqueza real como en la década de los 70”, defendía también Dan Roberts, gestor de renta variable global.
En el marco del evento anual de Fidelity celebrado recientemente en Madrid, Rossi aseguraba que, a pesar de que los márgenes de beneficios empresarials en EEUU ya están en máximos, no hay razón para pensar que la situación no es sostenible durante unos años más si el crecimiento se acelera. “Continuará el crecimiento en 2014 y 2015”. Con respecto a las valoraciones de la bolsa estadounidense, y aunque reconoció que no está barata, dice que tampoco está cara. “No nos podemos referir al PER si hablar del retorno sobre el capital y en esos términos el mercado de EE.UU. ha sobrepasado a los demás, lo que explica su mayor valoración”, dice.
En sus perspectivas para 2014, cree que será este mercado el que continuará ganando más que los demás y liderando el mercado alcista en renta variable. Sectores en los que las compañías estadounidenses son líderes mundiales, como servicios financieros, medios de comunicación, tecnología o cuidados de la salud, son aquellos que podrían estar a la cabeza de las ganancias.
Amenaza de deflación en Europa
Así, frente a otras entidades que se decantan por Europa por su atractivo relativo en términos de valoraciones frente a EE.UU., Rossi se mantiene firme con su preferencia. En Europa vislumbra una recuperación no solo en los países core sino también en la periferia, con un crecimiento cercano al 1%, y habla de ajustes internos que han aumentado la competitividad de mercados periféricos como España o Italia, facilitando el crecimiento de las exportaciones y ayudando a alcanzar el equilibrio en sus balanzas comerciales.
Pero asegura que el gap entre países continuará todavía unos años, debido a las presiones de desapalancamiento que pesan sobre el crecimiento. Unas presiones que amenazan con crear deflación. “Hay una amenaza de deflación en la eurozona y se necesita una aceleración de las políticas monetarias, y un euro más débil, para resolver el problema. El IPC es el dato más importante para los inversores actuales en la eurozona”, según Rossi.
Cambio de modelo en emergentes
Con respecto al mundo emergente, el experto habla de la evolución de sus modelos económicos, desde el de los años 90, basado la liberalización del comercio a cambio de la financiación del mundo desarrollado; pasando por las medidas tomadas para eliminar la dependencia del capital externo tras la crisis de finales de los 90 en Asia y Latinoamérica (abaratamiento de las divisa, modelo exportador, acumulación de reservas y financiación en los mercados locales); y hasta la crisis actual.
“Las divisas ya no están tan baratas y las exportaciones ya no funcionan con un mundo desarrollado en una situación difícil. Los emergentes han de volver la mirada hacia sus mercados locales, aunque será duro. Los que hagan las reformas necesarias –como están haciendo México o China- tendrán éxito; los que no, caerán”. Rossi señala a países como Rusia o Brasil en este lado de la balanza, y vislumbra fuertes contrastes en los mercados en desarrollo, por lo que los inversores necesitarán realizar una inversión activa.