Se calcula que la contribución de Asia al PIB mundial alcanzará el 60% para 2030 y, sin embargo, la renta variable asiática solo pesa un 4% en las carteras y sigue cotizando un descuento significativo respecto a la renta variable desarrollado. Con un poderoso mega paquete de estímulos sobre la mesa para China y las prometedoras perspectivas de India y otros países de la región, ¿Cómo deberían los inversores abordar las inversiones a renta variable asiática con la vista puesta en el largo plazo? Fidelity International celebró por 18º año consecutivo su evento Inside Asia, en el que reunió a los expertos Gary Monaghan, director de inversiones de renta variable asiática, y Anthony Srom, gestor del fondo FF – Asia Pacific Oportunities Fund, para ofrecer una actualización del entorno macroeconómico y hablar de estrategias de inversión para aprovechar las oportunidades detectadas por los especialistas de la firma.
El momento para organizar el evento no ha podido ser más oportuno: después de decepcionar durante varios trimestres consecutivos, provocando el posicionamiento más pesimista en años, el anuncio por sorpresa por parte de las autoridades chinas de un paquete fiscal de más de un billón de yuanes a finales de septiembre ha contribuido a reavivar el sentimiento, hasta el punto de que Monaghan habla de “la reemergencia del crecimiento chino” y de potencial para que se cierre la brecha de valoración entre las acciones indias (las más caras con diferencia en la región) y las chinas (por debajo de su media de los últimos diez años). No obstante, el director de inversiones puntualiza que el entusiasmo de los inversores debe ser moderado, dado que “se necesitará tiempo para ver el impacto real de las medidas”.
Monaghan añadió que, si bien el paquete se centra en el sector inmobiliario, el consumo y los mercados de capitales, los inversores deben esperar que “el margen de relajación se irá ampliando para abarcar más sectores, con una magnitud creciente”.
¿En qué punto está China?
Para poder comprender la situación macroeconómica actual en China, Monaghan explicó que el país está viviendo actualmente un momento particular, al tratarse la recesión en la que está sumido de una recesión de consumo: no es que no fluya el dinero, es que los consumidores no están dispuestos a gastar como antes. “Los consumidores chinos están ahorrando más y gastando menos, no están tan condicionados por las bajadas en los tipos de interés porque vemos que sigue subiendo el dinero en depósitos”, explicó el experto; en Fidelity han constatado que han aumentado las compras de productos con precios más bajos en detrimento de otros productos con un ticket medio más elevado, como automóviles o joyas. “Este comportamiento añade presión en el corto plazo, pero puede verse como una oportunidad en el largo plazo”, concluyó.
Por tanto, como barómetro para medir el impacto real de las futuras reformas, Monaghan indica que “la confianza necesita mejorar, y si empezamos a ver esa mejora significará que las nuevas políticas de estímulo están teniendo efecto sobre la mentalidad de los consumidores”. Este cambio en la disposición a consumir también deberá animar otra vez al sector inmobiliario chino, colapsado desde la pandemia: “Necesitamos ver el regreso de la demanda”.
El director de inversiones también dedicó unos comentarios a analizar otros dos mercados asiáticos, India y Corea del Sur. Del primero, Monaghan explicó que los niveles actuales de PIB se encuentran “en el punto en el que estaba China en 2007”, además de subrayar el favorable perfil demográfico del país, de modo que esperan “más crecimiento a largo plazo apoyado en la demografía”. Dicho esto, el experto insistió en la necesidad de evaluar correctamente la inversión en este mercado, dado que considera que “no se están poniendo una serie de riesgos en precio”, que enumeró: las compañías indias de mediana capitalización tienen valoraciones caras; el país necesitará crear hasta 60 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos seis años para satisfacer la llegada de nueva población activa al mercado laboral; los ahorros se encuentran en mínimos de 50 años o el hecho de que Modi no fuera capaz de renovar su mayoría absoluta, en contra de todos los pronósticos.
Monaghan aportó una nota más positiva sobre la tesis de inversión en Corea, de donde destacó los esfuerzos regulatorios que está haciendo el país por impulsar una reforma del gobierno corporativo al estilo de la implementada en Japón para incentivar a las compañías coreanas a redistribuir el exceso de efectivo presente en sus balances.
¿Cómo abordar las oportunidades?
En el evento también participó Anthony Srom, gestor del fondo de renta variable asiática que Fidelity propone para navegar este entorno, el FF – Asia Pacific Oportunities Fund. Se trata de un fondo con un enfoque de cartera concentrada entre 25 y 35 valores, que pone un gran énfasis en las valoraciones y los fundamentales de las compañías que selecciona y cierto sesgo value. “Nos enfocamos más en la trayectoria de la compañía que en la macro. La selección de acciones es lo que impulsa el alfa”, resumió Srom.
A pesar de esta afirmación, el gestor se mostró escéptico con el anuncio del paquete de estímulos en China: “Es un mercado excepcional para los inversores minoristas y está muy influenciado por el sentimiento, y este, por el impacto de las reformas”, por lo que añade: “Veamos qué pasa en las próximas semanas”.
Teniendo en cuenta esta dinámica y que Srom considera que hay un exceso de valoración en ciertas partes del mercado – particularmente valores con exposición directa a la temática de la inteligencia artificial-, el fondo actualmente está sobreponderado en sectores más defensivos como salud, consumo básico, servicios de comunicación o materiales básicos como resultado del stock picking del gestor.