El último trimestre de 2023 termina con algunas grandes incógnitas: ¿se ha roto el mecanismo monetario de transmisión a la economía real? ¿habrá recesión? ¿qué podemos esperar de China? Para dar respuesta a estas y otras preguntas, Fidelity International ha reunido recientemente a sus principales responsables de inversión en un evento virtual denominado CIO Market Outlook.
En el evento participaron Andrew McCaffery, director global de inversiones; Salman Ahmed, responsable global de macroeconomía y asignación estratégica de activos; Ilga Haubelt, responsable de renta variable europea, y Steve Ellis, director global de inversiones de renta fija. Juntos, repasaron el estado del panorama macro, qué señales están emitiendo los mercados y qué activos parecen más rentables de cara a la recta final del año.
El mecanismo de transmisión va con retraso
“La inflación se ha ralentizado, pero todavía estamos por ver la caída significativa que normalmente deberíamos esperar con el endurecimiento que hemos visto. Esto plantea el interrogante de si el mecanismo de transmisión está roto o tan solo va con retraso”, reflexionó en primer lugar Salman Ahmed. La visión del experto se inclina más por el segundo escenario, y pronostica que empezaríamos a ver una caída significativa de la inflación a lo largo del último trimestre del año y durante 2024.
Para Ahmed “todavía es posible que haya una recesión”, por lo que en Fidelity seguirán monitorizando la evolución de datos macro clave como la inflación subyacente, los mercados laboral e inmobiliario, los precios de las materias primas o el estado de los balances y volumen de refinanciación, en búsqueda de señales más certeras sobre un soft landing o un hard landing.
Andrew McCaffery añadió que, aunque los mercados se han comportado bien en su conjunto, es muy importante monitorizar los datos subyacentes para poder comprender este optimismo inesperado. Por un lado, observa que hasta agosto el comportamiento de los mercados había estado impulsado por muy pocos valores y tendencias: grandes capitalizadas estadounidenses, el repunte del consumo del lujo en China o algo de revalorización de las acciones en Europa. Por otro, constata que muchos inversores habían comenzado el año con la previsión de que se produjera una recesión, y un posicionamiento acorde para poder beneficiarse de acciones que pudieran cotizar con descuento. “Sin embargo, los mercados se han mantenido más resistentes de lo esperado, en gran parte debido a los estímulos que vimos durante la pandemia y las bajas tasas de financiación que fueron capaces de cerrarse durante ese periodo”, resume McCaffery.
Como resultado el experto constata una mejora en el sentimiento, por lo que ahora se está observando “una creencia más extendida en que habrá soft landing”. El apetito por activos más arriesgados ha mejorado, y desde Fidelity esperan que se siga viendo durante lo que queda de año, aunque recomiendan mantener prudencia porque el panorama macro sigue marcado por la incertidumbre.
Situación de los balances vs señales macro
Otro de los puntos abordados en la reunión de CIOs fue precisamente la fortaleza de los balances corporativos a pesar del fuerte ajuste monetario. Steve Ellis constató que la curva de tipos se ha mantenido invertida durante meses y, aunque manifestó su creencia de que sigue siendo un buen indicador adelantado de recesión, “predecir el momento exacto es difícil”. Cita como ejemplo lo que sucedió en 2018-2019: después de un periodo de QE y tipos muy bajos, los bancos centrales trataron de normalizar la política monetaria y el mercado no lo digirió bien, obligando a los bancos centrales a revertir sus decisiones previas o asumir el riesgo de una recesión. “Podríamos ver una situación similar, en la que los bancos centrales se vean obligados a empezar a bajar los tipos de interés, y en ese punto podríamos empezar a ver la normalización de la curva”, vaticinó el experto.
Ellis añadió que, aunque el grueso de las compañías ha aprovechado los tipos anormalmente bajos para refinanciarse y extender sus vencimientos, “todavía hay compañías que afrontarán un muro de vencimientos en los próximos dos años, y se producirán impagos”. Por tanto, aconsejó a los inversores “que se aseguren de que están siendo compensados apropiadamente por la cantidad de riesgo que están asumiendo”.
La situación ha sido un tanto distinta desde el lado de la renta variable. Ilga Haubelt coincidió en que el comportamiento de la bolsa estadounidense ha estado muy condicionado por un número muy limitado de compañías, ofreciendo una rentabilidad distorsionada: “Hemos visto revisiones negativas de beneficios, al haberse moderado las expectativas, y las previsiones sobre márgenes han descendido”. La experta recuerda los resultados de la última Encuesta a Analistas de Fidelity, que recogió este comportamiento al mostrar un sentimiento positivo en Japón y Asia, y más negativo para Norte América y Europa.
Haubelt contó que, de cara a 2024, será importante vigilar el nivel de ahorros y factores que tienen impacto sobre consumidores y empresas, como los precios de las materias primas, pues podría afectar a la resiliencia que ha mostrado el mercado a lo largo de 2023.
Atractivo relativo en emergentes
Los CIOs de Fidelity International también abordaron la situación de los emergentes. Como recordó McCaffery, los bancos centrales emergentes se embarcaron antes que los desarrollados en el ciclo de subidas de tipos, por lo que el entorno macro es más equilibrado en esas regiones.
McCaffery observó que los recientes cambios en la composición de los BRICs “tienen potencial para crear nuevas dinámicas del mercado que necesitan ser reevaluadas”, dado que la incorporación de nuevas naciones al grupo (Argentina, Egipto, Irán, Etiopía, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos) “supone que más países tendrán que alinear sus intereses y tener una voz en el escenario mundial”. El experto indicó que este cambio podría tener impacto tanto para los nuevos miembros como para otros países de Latinoamérica, Oriente Medio y Asia con fuertes relaciones comerciales con los nuevos BRICs, y que podría tener un impacto geopolítico en el largo plazo.
La exposición a China también plantea interrogantes, “dado que los emergentes son vulnerables a los cambios en la demanda china”, pero el director global de inversiones afirmó que existen tendencias más amplias en torno al crecimiento industrial y los cambios demográficos que “proporcionan una previsión más constructiva para los mercados emergentes”.
Por su parte, Salman Ahmed constató que la economía china no ha cumplido con las altas expectativas de inicios del año, y que algunos de sus sectores siguen pasando dificultades. En Fidelity han observado un incremento reciente en la cantidad de estímulos financieros, “ya que las autoridades no van a tolerar una rebaja significativa en las expectativas de crecimiento”.
“Si China tiene éxito en el establecimiento de sectores relacionados con el inmobiliario, empezarán a desarrollarse otros motores de crecimiento y se podría revertir el pesimismo en torno a este mercado”, concluyó Ahmed.